Esa misma noche las nubes se pusieron una sobre la otra y volvió el cielo más oscuro de lo normal. La lluvia no se hizo esperar y cayó fuertemente sobre toda Tokio. Las gotas golpeaban ruidosamente la ventana de la habitación donde dormía Emely y un viento resoplaba violentamente que hasta hacía helar la piel.
Emely se levantó a mitad de la noche y miro a través de su ventana aquella lluvia que era como un presagio de algo que se avecinaba. Salió de su habitación y descendió a la planta baja para dirigirse a la cocina a beber algo, pero una luz llamo su atención así que camino hacía ella. Al llegar se topo con una puerta media abierta y de fondo se notaba una sombra.
— ¿Capitán Dell? — Dijo en voz baja.
— Adelante — Dijo el capitán.
Emely abrió lentamente la puerta y miro al capitán Dell sentando en un gran sillón de color rojo frente a un escritorio de cerezo.
— ¿Qué es este lugar? — Pregunto.
— Este es mi estudio y biblioteca — Respondió mientras fumaba un puro — ¿No puedes dormir? —
— Señor, necesito que me diga que pasó con mi padre. ¿Cómo fueron los hechos? ¿De dónde vengo? — Dijo la pequeña mientras admiraba la gran colección de libros que había.
— Está bien — Dijo entre suspiros — Creo que debes saber la verdad —
Emely tomo asiento y el capitán Dell se levantó y se dirigió a la chimenea que tenía y empezó a relatar la historia.
*Narra el capitán Dell*
Hace bastantes años el mundo como lo conoces ahora era uno sólo, un sólo reino. Era un territorio enorme gobernando por un sólo rey.
Ese rey era muy amado por todos ya que era muy buena persona, se preocupaba por los enfermos, por los pobres e incluso por las criaturas que al igual que ellos también habitaban la zona.
El rey tenía dos hijos a quienes amaba por igual. Para él, ellos y su querida esposa era su gran adoración, su más grande tesoro.
Todo el reino era rico en muchos aspectos: Fauna, flora, recursos naturales, en fin de todo. Pero un día la esposa del rey falleció y al mes el gran monarca también enfermo.
Todos estaban expectantes a lo que pasaba puesto que si el rey fallecía alguien debería tomar su lugar y debería de ser alguien igual que él: noble, humilde, respetuoso y sobretodo justo.
Un día el rey mando a llamar a su consejo y a sus dos hijos, era hora de tomar una decisión. El rey miro a sus dos amados hijos, pero sólo uno sería quien tomará su lugar y las responsabilidad.
Después de tanto suspenso por fin se tomó la decisión y el hijo menor sería quien portaria la corona. Esto enfureció al hijo mayor, pero no podía decir nada.
Al finalizar la última luna llena el rey murió y el reino quedó a cargo de un virrey hasta que el heredero fuera mayor y capaz de hacer frente a su responsabilidad.
El pequeño creció y se convirtió en un gran rey siguiendo el ejemplo de su padre. Era humilde, bondadoso, justo, todo lo que su padre era. Pero su hermano mayor siempre fue la sombra de su hermano, nadie le reconocía como un igual, es más, para el reino él no existía.
El hermano mayor cansando de ser siempre la sombra del rey inicio una rebelión. Reclutó a varios pobladores que estaban encontra del mandato del rey y se los llevó fuera de la comarca.
Al sur del reino una nueva población se establecía en secreto hasta que fue descubierta y dicha al rey. Ambos hermanos se juntaron para charlar, pero el hermano mayor estaba harto y tenía muy decidido en crear su imperio así que aquel reino que siempre vivió en paz y prosperidad se dividió.
Pero para aquel hermano ser rey de su propia reino no le era suficiente y quería más, quería la corona de su hermano ya que sentía que por derecha le pertenecía; así fue como un malvado plan se llevó en marcha.
En el reino del hermano menor dejo de saber algo sobre el reino del otro hermano ya que nadie sabía si seguía vivo o no así que dejaron de darle importancia. Pero un día desde las tinieblas una oscuridad salió y hundió al reino del norte bajo ella.
Un enemigo se hizo presente y quería el trono de aquel rey así que inicio una guerrera para conseguirlo. Varios más guerreros se unieron a la causa de ese dios de la oscuridad traicionando así a aquel que le juraron lealtad eterna.
La guerra parecía no acabar jamás, diario había batallas y ningún lado descansaba. El rey del norte sabía que sus tropas no durarían tanto y que pronto iban a sucumbir ante aquellos invasores. Pero por alguna razón aquel dios de las tinieblas descubrió que su rival tenía una hija nacida de una mortal, pero lo que más le llamo la atención no fue eso, no, sino que aquella niña poseía algo muy peculiar, algo que nadie en bastantes años había portado.
El dios de la oscuridad ideo un plan y atrajo a uno de los más importantes angeles a su bando y lo convirtió en su mano derecha, y en el líder de un nuevo ejército.
El plan era sencillo. Aprovechar la guerra para infiltrarse en el castillo y capturar a la princesa, pero no contaban con que aquel rey sospechaba sobre eso así que él también ideo un plan para mantenerla a salvó. Después de tanto pensar y dialogarlo conmigo el plan estaba hecho. La princesa debía ir al mundo de los mortales, pero... debía de morir para así poder reencarnar en un cuerpo diferente y tener una mente diferente hasta que sea el momento de que supiera toda la verdad.
Al final el rey dio la vida para salvar a su hija y así darle la victoria a aquellos que siempre le fueron fieles. Al final volvieron a enviar a aquel dios y a su ejército a sus tierras para después encerrarlos.
*Deja de narrar el capitán Dell*
La habitación quedó en silencio por unas horas. Ninguno de los dos hablaba, hasta que Emely rompió la tensión.
— Gracias por contarme eso — Dijo levantándose.
— Es mi deber contarte toda la verdad — Respondió Dell.
— Y ¿Cómo me ayudará a controlar mi demonio? — Dijo curiosa.
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Editado: 25.06.2020