La lluvia seguía cayendo sobre la ciudad de Tokio y Emely ya se encontraba dormida después de que el capitán Dell le contará más sobre su pasado. Pero mientras dormía un sueño más atrapaba su mente y la mandaba de nuevo al primer castillo.
En la primera escena miraba con un hombre corría desesperado por un oscuro pasillo hasta llegar a una de las habitaciones del medio, abrió la puerta y entro con gran rapidez.
— Ilum despierta. Despierta, es hora de irnos — Decía el hombre mientras la movía levemente.
— ¿Qué ocurre? — Cuestionó la pequeña aún con sueño.
— Debes irte de aquí — Contesto rápido el hombre que al parecer era su padre.
— Pero ¿A dónde? — Dijo confundida.
— No hay tiempo de explicar. Debes de salir de aquí ya — Dijo un poco alterado.
En la habitación con fatiga entro quién parecía ser el capitán Dell.
— Señor. El escuadrón A-1 cayó, el ejército rojo está avanzando y en pocas horas estarán aquí — Dijo con preocupación.
— ¡Qué! — Grito el hombre
— Hay que hacer algo señor — Dijo el capitán con nerviosismo.
El hombre tomó a la pequeña de la mano y salieron de aquella habitación. La llevo hasta una habitación que se encontraba en lo más profundo de un pasillo en completa oscuridad. Al llegar a esa habitación se sentía una inmensa paz.
La habitación se encontraba de igual manera a oscuras, solamente era alumbrada por unas farolas de fuego y un estanque de agua cristalina que tenía un halo de luz azul. En él, se encontraban nadando dos hermosos peces de color dorado que nadaban sincronizadamente, pero cada uno en direcciones opuestas.
— ¡Señor! ¡Señor! — Entró gritando el capitán Dell — El ejército rojo logro entrar — Agregó preocupado.
— Capitán Dell — Murmuró el hombre.
— Sí, señor — Respondió con completa atención.
— Encárgate de Ilum — Ordenó.
Al oír eso la pequeña se lanzó sobre su aquel hombre que era su padre y lo abrazo fuertemente.
— ¡No! ¡No quiero! — Gritaba entre sollozos.
— Ilum escúchame. Te tienes que ir, este lugar es peligroso para ti — Le respondió mientras la miraba fijamente.
— Pero... —
— Ilum, tú eres la salvación de todos — Respondió con voz suave.
— Te quiero — Dijo la pequeña entre lágrimas.
— Igual yo... te quiero — Respondió el padre con voz seria.
— Señor — Susurro el capitán Dell.
— Háganlo — Respondió con voz autoritaria.
El hombre salió de la habitación dejando a su hija detrás, aunque le dolía dejarla, sabía que ella iba a estar bien, además tenía que verse cara a cara ante las fuerzas del ejército rojo.
Llegó al pasillo central y se encontró con varios hombres de aquel ejército, pero también se encontraba alguien más.
— ¡Vaya, vaya! — Exclamó una voz algo grave — ¿Qué tenemos aquí? —
— General Rid — Dijo con enojo.
— Dime. ¿Dónde está la niña? — Cuestionó autoritario el general.
— Jamás te lo diré. Tendrás que matarme para ir por ella — Le contesto con una sonrisa.
— Si así lo deseas entonces te complacere — Respondió el general.
El general Rid camino lentamente hasta a aquel hombre que lo recibió con los brazos extendidos señal que aceptaba su destino. Una lágrima recorrió su mejilla derecha y cayó hasta el suelo así como el caía muerto.
(Por otro parte)
— ¿Qué fue ese sonido? Mi padre — Dijo la pequeña queriendo correr.
— ¡Si vas, morirás! Y todos los planes de tu padre se echarán a perder — Dijo el capitán para frenarla.
— Pero — Replicó.
— Es hora —
— ¿Dónde iré? — Cuestionó la pequeña.
— Irás al mundo de los mortales. Ahí empezarás una nueva vida — Respondió el capitán.
Emely entro en el estanque y se sumergió en él, acostándose. Los peces nadaron a rededor de ella y una luz cegadora salió de aquel estanque. De repente la puerta se abrió y el general Rid entro con dos hombres más.
— ¿Dónde? ¿Dónde está? — Preguntaba con autoridad.
— Buenas noches, Rid — Respondió con amabilidad.
— Dejémonos de juegos Dell, dime. ¿Dónde está la princesa? — Respondió en un tono más suave.
— Y... ¿Por qué crees que te lo diré? — Dijo el capitán mientras lo miraba con una risa burlona.
— Está bien, si así lo quieres — Respondió Rid.
El general Rid saco su espada y miro fijamente a al capitán Dell que a su vez sólo cerraba los ojos.
— Señor... le prometí y le cumpliré esa promesa — Dijo para sus adentros.
El general Rid levantó su espada, pero antes de que pudiera atravesar el cuerpo de su rival un halo de luz lo cubrió por completo cegando a los presentes, cuando este halo desapareció también lo hizo el capitán Dell.
— Bastardo — Dijo entre risas el general Rid.
Emely dejo esa escena y se teletransporto ahora a una escena en un hospital, era un parto y algo le resultaba muy familiar.
— ¡Puje! ¡Puje! ¡Ahí viene el bebé! ¡Ya viene! — Decía un doctor.
Después de varias horas de parto había nacido una pequeña de ojos negros y piel algo pálida.
— ¡Felicidades! — Decía una enfermera.
— Y ¿Saben cómo le van a poner? — Preguntaba el doctor.
— Sí. Se llamará Emely — Respondía la mujer en la camilla.
La escena se empezó a borrar y Emely despertó de golpe y con lágrimas en los. La lluvia se había detenido.
— Ma-madre — Susurro entre lágrimas.
#29945 en Otros
#4146 en Aventura
#21623 en Fantasía
drama suspenso romance accion, gore sangre accion, violencia explcita
Editado: 25.06.2020