❥. CAPÍTULO XIX

PELIGRO

Así pasó una semana, Hyunjin se portaba cálido y amable con Jeongin, ante la mirada de extraños, más cuando se encontraban a solas, volvía a su frialdad de siempre.

—Extraño sus besos, sus caricias, él está enojado conmigo con justa razón ¿Qué hombre puede soportar que su esposo lo rechace?

—Señor Jeongin, llegamos a casa de sus padres —Le anunció el chofer.

—Gracias ¿Podrías depositarme estas dos cartas al correo? Una es para Australia y la otra para Gangneung.

—Por supuesto señor Jeongin.

—Y después regresas por mí, dentro de dos horas.

—Así lo haré, señor Jeongin —El chofer descendió del vehículo y le abrió la puerta a su señor.

Cuando Jeongin entró a la casa de sus padres, por un momento recordó el día en que llegó ahí por primera vez. Era un niñito llorón, temeroso de todo, pero los brazos amorosos de los señores Yang le dieron fortaleza, la misma que ansiaba encontrar ahora, que era un hombre casado.

—Jeongin, cariño, qué alegría verte aquí — lo recibió su madre abrazándola y dándole un beso en la frente — ¿Y tu marido, no viene contigo?

—Pidió que lo disculparan, tuvo que asistir a una junta urgente con Changbin, antes de que se marche a su luna de miel, tienen que resolver algunos asuntos.

—Negocios, siempre negocios.

—Y hablando de negocios —La voz de su padre se hizo presente —¿Tu marido está de acuerdo en que sigas estudiando?

—Hyunjin es un hombre muy comprensivo— Jeongin quedo pensativo —¿Cómo reaccionarán cuando sepan que Hyunjin me dejará en seis meses?

—La verdad, no pudiste conseguir mejor partido— dijo entusiasmada la señora Yang —Es muy pronto todavía, pero… ¡Me muero de ganas de ser abuela!

Jeongin se puso pálido.

—Mujer, no lo asustes, deja que disfrute de la compañía de su esposo, los hijos vendrán después.

—Lo siento, es verdad, se me olvida que no tuviste luna de miel.

—No se preocupen por eso ¿Y no me invitan a tomar el té? —Y así le dio largas a un asunto que tarde que temprano tendría que enfrentar.

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—¿Qué… diablos? —Expresó sin dar crédito a lo que Hyunjin le decía —Ustedes dos sí que lo complican todo —Changbin caminaba de un lado a otro de su oficina con las manos en la cabeza.

—Esto no tiene remedio, Changbin —Mirando por la ventana, Hyunjin le explicaba a Changbin la situación con Jeongin —Fue un error habernos casado.

—Y yo que pensaba que la situación de Félix y Chan era complicada, pero Jeongin y tú se llevan las palmas.

—Hice todo de mi parte, para que esto funcionara —Hablaba con una extraña calma.

—¿Estás seguro? Porque desde que comenzaron su relación siendo apenas unos chiquillos, nada ha ido bien.

—¿A qué te refieres? —Dijo saliendo de su letargo.

—Tú nunca lo conquistaste, él nunca te coqueteo ¿Cuándo se ha visto que una relación amorosa se base en solo "dame" y nada en "doy"?

—Ya le ofrecí mi corazón, y me lo rompió al negarse a ser mi marido.

—¿Y quieres que él se te entregue a la primera, después de que lo despreciaste como pareja?

—Eso ya es historia vieja, yo le pedí perdón, y él me perdonó… creo.

—Lo ves, Hyunjin— le habló mirándolo a los ojos —Nunca han aclarado las cosas entre ustedes dos.

—No tuvimos tiempo, sus padres nos pillaron.

—Si no los hubieran pillado, estoy seguro de que Jeongin te hubiera rechazado igual —Changbin tomó una bocanada de aire y exhaló profundo antes de continuar hablando —No me gustaría irme de viaje dejándote en esta situación.

—No te tienes que sacrificarte por nosotros, sabremos resolver nuestros problemas.

—Se te avecinan tiempos difíciles.

—Nuestros primos, lo sé.

—Si aclararas las cosas con Jeongin, si vivieran como un sólido matrimonio, a ti nadie te vencería.

—Si se pudiera…

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Al día siguiente en la escuela, Minhyun se acercó sigiloso a Jeongin, quien leía su examen calificado con un excelente promedio.

—Necesito hablar contigo Jeongin! —Y provocó que casi brincara de su lugar.

—¿Hay algo pendiente entre nosotros?

—Contigo nada, con tu marido. Mi hermana Yeji y yo, hemos notado que ahora el mundo de Hyunjin, gira en torno a ti, así que, si no podemos convencerlo por las buenas, tal vez quiera por las malas.

Jeongin tembló al escuchar su amenaza y notar cómo ardía fuego en sus ojos.

—¿Me estas amenazando? — Trató de hablar lo más sereno posible.

—Sí, dile a Hyunjin que no acepte ese tonto fideicomiso, o su tímido esposo puede recibir las consecuencias —y le rozó la mejilla, haciendo que Jeongin diera un paso atrás.

—Ese fideicomiso es protección para el futuro de Yeji y el tuyo, Hyunjin me lo explicó.

—Hyunjin te puede decir que el cielo se está cayendo, y tú se lo creerás porque eres muy ingenuo y tonto. Lo que sí puedes y debes creer— Y comenzó a cercarlo —Es que quizás, yo te pueda enseñar algunos trucos… — y volvió a tocarle su mejilla— y placeres en la cama, que el simple de mi primo ni siquiera sepa que existen —Su cercanía ya no era prudente.

—Joder que debo hacer —Jeongin trataba de que los nervios no lo traicionaran, con la cara de Minhyun a centímetros de su rostro —¿Qué haría Félix en mi lugar? —Imágenes del joven rubio le llegaron de repente.

Minhyun no estuvo muy seguro de lo que pasó, alguien le dio un fuerte pisotón, y luego una rodilla se estampó en sus partes nobles, que lo hizo doblar de dolor. Lo único que alcanzó a distinguir fue a Jeongin huyendo del lugar.

—Estoy seguro de que estábamos solos, auch.

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