The elegance of love ❁ Hyunin

❥. CAPÍTULO XX

UN REGALO PARA HYUNJIN

Jeongin y Hyunjin llegaron a su casa después de haber declarado en la estación de policía. Los padres de Jeongin los estaban esperando.

—¡Jeongin, cariño! —La señora Yang corrió a abrazar a su hija —¿Te encuentras bien?

—Estoy bien, mamá, papá, no se preocupen más.

—¿Cómo es que no nos vamos a preocupar? —el señor Yang tenía el ceño fruncido a más no poder —Nunca nos ha pasado algo similar en nuestras vidas. ¿Tiene identificado a los responsables?

—Ni el señor Yoongi ni yo, pudimos ver el rostro del conductor; lo tenía cubierto.

—No se preocupen señores Yang— intervino Hyunjin —Reforcé la seguridad al doble.

—¿Y hasta cuándo durará eso? —el señor Yang seguía angustiado —No se la pueden pasar así, toda la vida.

—Tanto la policía, como los investigadores que contraté, están trabajando para aclarar este asunto —Hyunjin volteo a ver a Jeongin —Tal vez si fueras a casa de tus padres algún tiempo, dejas la universidad una temporada…

—Nada de eso... esos malvados no lograrán que cambie mis planes por ellos, además, mi deber es estar al lado de mi esposo, en las buenas y mucho más en las malas.

—Jeongin tiene razón, Hyunjin —Reconoció el señor Yang —Aunque nada me gustaría más que tener a mi niño de nuevo en nuestra casa.

—Pero ahora es una hombre casado —apoyó la Señora Yang —Y si volviera a nuestra casa, no creo que se conforme con estar encerrado.

—Entonces, confiaremos en que nuestros guardianes de la ley, resuelvan pronto este problema, y así podremos seguir con nuestras vidas.

Los señores Yang pasaron toda la tarde acompañando a la joven pareja, hasta que fue hora de retirarse.

—Saben que cuentan con nosotros, a cualquier hora.

—Lo sabemos, papá,

—Cuídate cariño, y no hagas cosas temerarias —le recomendó su mamá.

Cuando quedaron solos, Hyunjin abrazó cariñoso a Jeongin.

—Necesitas descansar, amor, iremos a tu recamara para que te recuestes.

Jeongin asintió y dejó que Hyunjin la condujera a la habitación.

Hyunjin se retiraba cuando Jeongin le habló.

—Hyunjin, esta noche… ¿Podrías dormir conmigo? No quiero que sigas durmiendo en el cuarto de invitados.

—No quiero importunarte, te podría lastimar.

—Son solo moretones, ahora más que nunca, necesito de tu compañía y tu cariño.

—Está bien, Innie, mudaré mis cosas

—¿A cambio quieres un masaje en la espalda? —Jeongin trato de bromear para que Hyunjin ya no estuviera tan preocupado.

—Lo que quiero…—Y se acercó sigiloso —Es que estés a salvo y tranquilo.

—Contigo lo estoy— y lo abrazó.

—Tal vez, sí deberías pasar una temporada con tus padres, podría yo asesorarte si faltas a clase un par de semanas…

—Guarde silencio señor Hwang— Y Jeongin inició el beso, un beso profundo y lleno de promesas y proyectos por realizar.

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Al día siguiente, al término de las clases, Hyunjin buscó a Minhyun en la escuela, pero no lo encontró, no había asistido.

Salió de la escuela y condujo hacia la residencia Hwang, llegó justo cuando sus primos salían de ella.

—Pero miren a quién tenemos aquí —la voz burlona de Yeji denotaba agresión —Tanto tiempo buscándolo, y ahora él nos honra con su presencia en esta casa.

—No es una visita de cortesía, vengo a reclamarles su proceder.

—¿De qué habla nuestro primito, Yeji? —fanfarroneo Minhyun.

—No tengo la menor idea, quizás porque se casó con un huérfano poca cosa, se le está secando el cerebro.

—Ustedes son los responsables del atentado que sufrió Jeongin.

—¿De qué estás hablando? ¿Qué atentado? —Yeji habló como si desconociera lo ocurrido.

—Ustedes mandaron a atropellar a Jeongin.

—¿Por qué íbamos a mandar a atropellar al huérfano?

—Por todo el maldito asunto del fideicomiso. Les juro que si no fuera por la promesa que le hice a la abuela, me olvidaba de todo.

—¿Qué esperas Hyunjin? ¿A que le ocurra otro atentado a Jeongin? —Bramó Minhyun.

Hyunjin se quedó de una pieza.

—Lo que acabas de decir me confirma que fueron ustedes los culpables del ataque.

—Yo sólo digo que lo esposos de un magnate millonario son… mucho más interesantes.

El cínico comentario cumplió su cometido y Hyunjin le propinó un puñetazo al rostro de Minhyun.

—¡Eres un salvaje! —Grito Yeji y corrió al lado de su hermano que yacía en el suelo —¡Déjanos en paz! ¡Si no vas a regresarnos el dinero, mejor lárgate!

Hyunjin ya no comento nada, volvió a subir a su coche y se fue a su casa.

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Jeongin se encontraba revisando sus últimos apuntes de la escuela, quería ponerse al día, con la intención de regresar a la universidad al día siguiente, cuando encontró su vieja libreta de anotaciones, ya la había dado por perdida, cuando la abrió se encontró con algunas anotaciones que le causaron daño.

Él había anotado la fecha en que Hyunjin rompió su compromiso, la fecha en que lo vio con Jisung en el café, la fecha en que ella huyó de su presencia saltando una barda con Félix, hasta llegar a la primera navidad que pasaría sin su amado Hyunjin; hizo una última anotación, una promesa.

—No lloraré en su primer cumpleaños en que no estaré con el —Jeongin hizo memoria de fechas —Su cumpleaños es pasado mañana —Jeongin se levantó del escritorio con la libreta en las manos, se acercó a la chimenea y la arrojó al fuego —No sé cómo es que me hice tanto daño, compraré una nueva libreta donde sólo anotaré días felices… y el primero será el primer cumpleaños de Hyunjin siendo su esposo… ¿Y su marido?

Jeongin tomó conciencia de que ese glorioso evento, todavía no había ocurrido, por diferentes circunstancias no se había consumado.



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En el texto hay: romance, straykids, hyunin

Editado: 11.01.2024

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