O9

Cuando llegamos al apartamento, el entró un poco tímido, porque de sorpresa nos encontramos con mi grupo de amigos ahí, estaban Sana, Bambam y Felix sentados en el sofá comiendo papas y viendo bob esponja, ellos voltearon al vernos y Sana me miró acusadoramente y con una ceja alzada. Me tomó del brazo y le indiqué a Minho que se sentara con los demás yéndome con mi amiga.

— ¿Que sucede?

— ¿Por qué estás con mi novio? ¿Ustedes no se llevaban mal? — ella entró en mi cuarto y se sentó en la cama con los brazos cruzados sin quitar la antigua expresión de su rostro.— Espero me cuentes todo el chisme.

Ella esperaba explicaciones y yo se las daría, no había ningún problema con haber salido junto a su novio, al fin y al cabo ella lo dejó plantado, ¿no?. Empecé a relatar lo que había sucedido, y ella empezaba a cambiar su semblante a uno burlón, empezando a carcajear por mi "obra de caridad".

Mientras iniciamos a caminar, ella volvió a hablar.— Entonces no te llevas tan mal con Minho.

— A mi no me cae mal, yo le caigo mal a él.— Me encogí de hombros y crucé miradas con el protagonista de la conversación. Le noté incómodo, probablemente nos había escuchado.— él me agrada y es bonito.

— Que me bajas al novio, descarado.

— Cuida bien alto bombón que tienes contigo. — Dije mientras guiñaba el ojo al pequeño azabache, sus mejillas empezaron a tomar su color carmesí de sonrojo.

— Si quieres te lo regalo, no le voy mucho a los chicos.

— ¿Cómo no? Yo soy hetero pero por Lee Minho me vuelvo bisexual, no hay problema. —Bromeé un poco, y ambos reímos, ignorando las miradas acusadoras de los otros.

Cuando pregunté por qué se habían reunido, hablaron de las reuniones que teníamos en Australia, comíamos bocadillos, veíamos películas o salíamos a algún parque, todo esto juntos desde que tenemos memoria. Ellos estaban viendo una película romántica y yo me senté junto a mi invitado, Sana y yo a los lados de él, sorpresivamente él se dejó caer en mi hombro, Sana observaba con la boca entre abierta mientras formaba un puchero; Ambos estábamos sorprendidos y fue como que nos comunicáramos con la mirada, ya que ella luego intentó tomar la mano de Lee y este la apartó, intenté no reírme en la cara de ella y es que me era imposible, me había preferido a mi el azabache bonito.

Entonces le di el lujo, claro que le di el lujo, lo abracé por los hombros incluso, y parecíamos tal como una pareja, volteé a mirarlo un rato, observando como sus ojos empezaban a cerrarse, tenía muchas ganas de dejar un beso en su rostro, aunque sea su frente, pero supuse a él no le gustaría mucho eso, digo, muy gay, ¿no?

Pero él se durmió en mis brazos, y cuando supe que no despertaría, nada me lo impidió, dejé un suave beso en sus labios, me incliné, y él ni se movió. O por lo menos hasta que me volví a acomodar, porque pude notar aquella sonrisa nerviosa.

Lindo.