Capítulo XIV

Nota 14. 17 de septiembre, viernes.

<<"Te daré un consejo: No te fíes de nadie, a veces las personas no son lo que parecen ser. Un mounstro puede vivir dentro de cualquier sujeto.">> - Recuerdo las últimas palabras escritas por Susan en el diario. 
Obviamente no logró su objetivo. Simplemente ocurrió lo que dijo que pasaría. 
No dejo de preguntarme que hicieron con ella ¿Dónde está ahora?
Creo escenarios en mi cabeza de lo que pudo haberle ocurrido a Susan mientras trabajo en la cocina con el resto del grupo.
Un estruendo los interrumpe: A Clara, de la habitación #34, se le ha caído al suelo una bandeja llena de cuchillos. 
- ¿Estás bien? - Su compañera de habitación le ayuda a levantarse. 
De repente La señora Norris se abalanza sobre Clara le toma del brazo y comienza a gritarle. 
- ¡Ha sido un accidente! ¡Por favor! ¡No! 
- ¡Cállate niña estúpida! ¡A ver si dañas algo!.
- ¡Lo siento! ¡Lo siento! - La chica suplicaba, pero no servía de nada. Todas ya sabíamos lo que pasaría.
- ¡Ahora verás! - Arrastra a Clara fuera de la cocina y se la lleva. 
Unos minutos después comienzan a oirse latigasos y los gritos desgarradores de la chica. Nuestros rostros se encogen al escucharlo, todas hemos experimentado ese dolor. Muchas prefieren la muerte, como esas chicas que se suicidaron en colectivo el año pasado. 
Una mañana, el personal descubrió 20 chicas muertas en sus habitaciones.
Al parecer planearon irse "al otro lado" juntas. Ataron una de las puntas de una sábana a uno de los barrotes de la ventana que hay en cada cuarto y otra punta la enrollaron en su cuello, subieron a sus camas y luego...
La compañera de Clara se sienta en el suelo y comienza a colocar los cuchillos en la bandeja.
<<¿¿Qué ha sido eso??>> - La chica acaba de esconder un cuchillo en su ropa. <<¿Qué piensa hacer?>>
Me le quedo mirando y hacemos contacto visual. 
Ella se lleva un dedo a los lavios y susurra un Shhhh.
Finjo no haber visto nada y continuo lavando los platos.

Nuevamente me pongo a pensar en ciertas cosas, en Emy, por ejemplo. ¿Cómo no puedo recordar a mi propia hermana? Me siento algo culpable. Puede que la culpa no sea mía, puede que todo sea el efecto de las drogas, pero aún así... 
Mi hermanita... No dejaré qué se quede aquí por más tiempo, huiré con ella y Laura en dos días. Esta noche debo comenzar a reunir pruebas. 
Entraré en el despacho de Macklowing. Pero primero... el sótano del Reformatorio es mi prioridad. Descubriré que ocultan allí dentro.