Al volver a casa, Azi se va directo al baño para tomar una ducha. Mientras Azi se ducha, Mizu se queda revisando su celular, en búsqueda del número de alguien en específico, esperando no haberlo borrado por accidente.
—¿Mizu?, hace mucho que no sé de ti, ¿Qué necesitas? —contesta una voz masculina del otro lado de línea telefónica—.
—Hola Karima, ¿estás en la ciudad? —responde la chica castaña—.
—Qué casualidad, justo estoy por el centro.
—Déjate de bromas, tú y yo sabemos que no es casualidad, eres alguien muy sabio como para estar fuera en un momento como este —contesta la chica riendo—.
—Entonces, dime, qué necesitas.
—Me encontré con un chico huérfano un tanto… especial, y parece que nos involucramos en algo más grande gracias a él.
—Entiendo, la verdad ya lo previa, iré mañana a tu casa.
—Está bien, te veré aquí mañana, adiós.
—Bye, Mizu.
La chica cuelga la llamada y suspira. Poco después llega Azi, recién bañado, y le cuestiona a Mizu si sucede algo malo.
—No, nada. Acabo de contactar con alguien que podría ayudarnos, pero tendremos que esperar hasta mañana. —Dice Mizu con algo de cansancio en su rostro—.
—Vale, aunque dudo que alguien quisiera venir a esta hora, ya es tarde.
—Tienes razón… y por lo mismo será mejor comer algo e irse a dormir pronto.
Azi asiente y después de comer algo ligero ambos se van a dormir.
Durante la noche, Azi vuelve a verse envuelto en pesadillas, pero estas son distintas.
—Azi…
Una voz femenina, que hace tiempo Azi no escucha, lo llama.
—Azi… Ayúdame…
—¿Ayaka?
—Azi… John… está tras de mi… ayúdame…
—¡Ayaka!
Azi despierta exaltado y al recuperarse del susto, siente la luz del sol en su cara.
—Ya es de día…
Azi se levanta para ir al baño. Mientras tanto en la cocina, Mizu habla con un joven de veinticinco años, cabello castaño oscuro y lacio, ojos azules y piel morena.
—¿Dónde está el chico que me mencionaste? —pregunta el joven de piel morena—.
—Suele despertar a esta hora, no falta mucho para que baje.
Como la joven de ojos ámbar dice, poco tiempo después, Azi baja.
—¿Mizu? —pregunta el pelirrojo—.
—Estoy en la cocina. —Anuncia la joven—.
Azi se acerca a la cocina y al ver al joven moreno, se detiene.
—Azi, te presento a Karima, él es quien nos puede ayudar.
Karima se da la vuelta y Azi reconoce su rostro como el que apareció en el mural del bosque.
—Hola Azi, Mizu me estuvo hablando de ti, veo que eres desconfiado, pero tranquilo, no soy tu enemigo.
Azi solo lo mira con desconfianza. Al ver la evidente desconfianza del pelirrojo, Karima se pone a pensar.
—Sé por qué nos escogieron y también sé con exactitud que tu enemigo fue el primero en encontrar el mural, puede que no confíes en mí ahora, pero lucharé para ganarme tu confianza.
El rostro serio de Azi se relaja y las palabras de Karima le transmiten calma.
—Antes que vayamos al bosque tengo una pregunta…
Azi mira con más confianza a Karima.
—Dímela y haré lo posible por responderla.
—Hace tiempo, dos años concretamente, conocí a una chica de la que me enamoré, anoche escuché su voz en una pesadilla, me pedía ayuda y decía que John la persigue… Si te muestro una foto de ella ¿serías capaz de decirme si está en esta ciudad?
—Dependerá de si la he visto, déjame ver la foto.
Azi sube a la habitación que le dio Mizu y unos segundos después vuelve con una desgastada foto entre sus manos.
—Se llama Ayaka Hayashi, fue la primera persona en la que pude confiar plenamente.
Karima toma la foto y en ella ve a una chica de unos 13 años aproximadamente, la foto está algo desteñida por el paso del tiempo, pero Karima puede deducir que es de cabello negro y piel quemada, casi del mismo tono que Azi.
—Su rostro me suena de haberla visto hace poco…
Karima se concentra intentando recordar.
—Si, la vi en el centro ayer, parecía apurada porque la vi corriendo de un lado a otro.
—Es posible que John la estuviera persiguiendo… —deduce Azi—.
—¿Quieres ir a rescatarla? —pregunta la de cabello castaño claro.
—No, ella es fuerte, sé que podrá aguantar si vamos al bosque primero —dice Azi con seguridad—.
—Entonces no perdamos el tiempo con platicas y movámonos al bosque cuanto antes —dice Karima sonriendo—.
En cuanto estuvieron listos, los tres se encaminaron al bosque, Azi va mentalizado con que posiblemente tendrán que luchar otra vez. En cuanto llegan Azi se adelanta un poco para revisar si está todo bien con el mural, cuando se acerca nota que hay gente ahí, pero no parece gente normal, luce como un grupo sectario, con túnicas negras, parece que están murmurando algo. Azi toma una piedra, la lanza y quien parece ser el líder, porque lleva una túnica morada en lugar de negra, da la orden para que revisen el lugar, cuando Mizu y Karima llegan Azi les hace una señal para que se queden quietos.