Drake:
—Me comeré tu cerebrooo. —declara Jefrid, fingiendo con voz típica de zombie.
—¡¡AAAYAYAYAYA!! —grita Boonie mientras apreta con fuerza los brazos de Kevin.
—Me gusta eso que los zombies son realmente unos civiles acá. —confiesa Lucy, encantada—. En libros parecen monstruos abominables.
—¿Abominable yo? —pregunta, y se arranca fácilmente su cabeza para sostenerla con una mano—. ¿Creen que doy miedo en verdad? —lo dice, mirando fijo de nuevo a Boonie, y sigue espantándola.
—Estamos buscando a la familia Miracle, tengo entendido que son muy conocidos. —confiesa Alator con seriedad.
Jefrid nos dió la indicación de cómo llegar a la mansión en que viven. No fue nada difícil ni peligroso, debido a que estamos caminando por zonas civilizadas. Esta isla tiene vampiros y zombies como habitantes, pero existen muchos lugares seguros; siempre y cuando no entremos en territorio prohibido como el bosque.
La familia Miracle fueron quienes proporcionaron información y mandaron la denuncia al Ministerio de Defensa. Luego llegó a Bextruz para que los pasantes se hicieran cargo. Cuando son misiones de un riesgo y exigencia bajos, dan el permiso a los estudiantes de realizarlas con su mago supervisor.
Nos encontramos frente a la entrada de la mansión. Leo despertó y se tomó el medicamento que compró Boonie, aun así, le ha dado un molesto dolor de cabeza. Kevin toca el timbre, varios murciélagos son los que abren sin mucha dificultad, y avanzamos por todo un camino largo rodeado de jardines. Curiosamente, las plantas y césped son de colores púrpura, vinotinto, gris, rosado oscuro y negro, variando en distintas partes. La mansión es sumamente grande con un color grisáceo por fuera. Se encuentra en excelente mantenimiento y cuidado, pero no me quita la mala espina de presentimiento que genera el ambiente.
—Bienvenidos al hogar de la familia Miracle. —dice, cordialmente, un vampiro con elegancia, aunque su cabello y rostro no lo aparentan—. Pasen adelante por favor.
—Buenas tardes, me imagino que son los magos que vienen por la denuncia. —supone otro vampiro en el comedor—. Soy Kyriel, padre de familia y dueño del presente territorio que están pisando.
Cada uno de nosotros nos presentamos mientras él muestra poco interés, sirviéndose y tomando una copa de vino.
—El vampiro que los atendió es Morthis, nuestro mayordomo y jardinero. Posee una habilidad envidiable para domar murciélagos, no sé cómo lo hace.
—Qué indecencia tienen algunos vampiros hoy en día como para no presentar a su mujer. —comenta, indirectamente, una vampira adulta a tres metros detrás de él. Se sorprende al no haberse percatado. —En fin, soy Samantha, ¡la mujer preciada de esta casa! —se presenta, mirando mal a su marido.
Todos, exceptuando a Leo por su dolor de cabeza, nos quedamos quietos e incómodos al presenciar esto. No sabemos qué decir.
—Okey, ya que estamos aquí, pueden tomar asiento. Pero tengan cuidado de ensuciar los muebles, son realmente valiosos. —ofrece Kyriel, y eso hacemos.
Él tiene un aspecto medianamente imponente, es bastante alto, midiendo 2,02. Además, su cuerpo es robusto con manos más grandes de lo usual. Piel pálida como todo un vampiro y cabello entero de color blanco, ojos rojos claros, sorprendentes, y rostro un poco fino. Viste muy elegante, usando traje.
La mujer, Samantha, no se queda atrás. Usa varias prendas y vestido caro como si fuese a una fiesta o reunión de colegas, a pesar de andar en la casa. Posee piel pálida y ojos rojos oscuros con cabello grisáceo, uñas postizas bien arregladas, cuerpo delgado con cierto busto y estatura de 1,79.
El caso denunciado por Kyriel fue directo a los sacerdotes de la isla. Tienen el deber de contener a cada monstruo de Blood Sacred, pacificar y bendecir a las razas y criaturas de este gran lugar. Sin embargo, se ha tenido avistamientos de planes perjudicadores para todo habitante de aquí. Kyriel pudo conseguir pruebas e información sobre lo acontecido.
—Si esto es cierto, posiblemente los vampiros queden cerca de la extinción. —comenta Boky, entrando a la conversación.
—Correcto, tengo el presentimiento que la intención de ellos es acabar con nosotros, tal vez por ser razas venidas de las tinieblas. —afirma y confiesa, y continúa tomando varios sorbos de vino como si fuera agua.
—Es lamentable. —comenta un chico parado en el techo a varios metros arriba de nosotros, lo cual nos exaltamos.
—¡Jaja! No tienen por qué preocuparse, él es nuestro querido hijo, Alex. —confiesa Samantha, agraciada por la reacción que tuvimos. Él se deja caer de pie al suelo sin ninguna dificultad. —Le gusta caminar entre las sombras.
—Hola. —saluda fríamente con una mirada directa a Lucy, esto la impacta por unos segundos.
Es de cuerpo delgado, pero se ve guapo, tengo que admitirlo. Cara fina, ojos también rojos como los de su madre y la piel pálida como su familia. Cabello blanco más oscurecido, mirada penetrante, voz y habla intimidantes con personalidad seria. Mide 1,84. No viste elegante, pero la ropa gótica que lleva puesta aparenta ser costosa.
—Sabemos que el grupo de sacerdotes ha hecho una tregua con las brujas de esta isla para cumplir el plan que desean llevar a cabo. —informa Kyriel. Escuchamos con atención mientras que Leo sufre dolor de cabeza. —Tomaron el castillo abandonado principal de Blood Sacred para tener sus reuniones.