The Magic World

C74: Desmostraré ser fuerte

Collette:

Debido al hechizo de esa bruja, Evanora, no podré dar todo mi potencial para ayudar a los demás. Aún soy capaz de usar al máximo mi magia oscura, pero el cuerpo mortal que tengo es frágil. Ya no soy o no me considero tan fuerte.

—Está pisoteando a su raza para engrandecer a los suyos. —recalca Drake mientras corremos por uno de los pasillos de nivel superior en busca de Leo y Evanora—. ¿Por qué ustedes son tan despreciados?

—Estamos muertos, nuestra forma de alimentarnos es por medio de la sangre fresca y desarrollamos habilidades monstruosas. —respondo con algo de orgullo y, a la vez, vergüenza.

—Rayos, pero no suelen tener intenciones malignas. Debería haber alguna forma o sistema que los ayude a existir.

—Los humanos son nuestros depredadores. No creo que halla forma de que podamos convivir amablemente.

—Tanta magia que existe, y solo la usamos para tener más poder y adaptarnos a combates. —comenta, decepcionado.

Hemos conseguido a Evanora, se encuentra en el quinto piso al otro extremo de nosotros, estando de espaldas. No vemos bien lo que hace. Drake se acerca con cuidado. De repente viaja a velocidades anormales, donde consigue sorprendernos a ambos. Fue tan rápida que no nos dió tiempo de reaccionar. Tiene una expresión en su rostro terrorífica y escalofriante. Muestra una sonrisa muy amplia con los ojos bien abiertos que miran directamente a Drake. Parece una lunática. ¿Qué le habrá pasado en estos últimos minutos? Ella se para frente a él y recoge su brazo lo más que puede. Drake cubre los suyos con la habilidad de armadura que posee, pero no le da chance de alzarlos ni un poco. Esto porque recibe un poderoso golpe de masa oscura en forma de mano muy grande. Lo empuja hasta chocar contra la pared de nuestro extremo, y esta se derrumba, dejándolo enterrado por los escombros.

¿De dónde ha sacado ella tanto poder?

Leo:

—¡Finalmente pude salir! ¡Ya me estaba desesperando! —exclamo, entusiasmado, mientras corro hacia la salida.

—¡Sííí! Vaya plan tan bueno que te sacaste. ¡No me había dado cuenta de que mis gases eran intolerantes para los hombres lobo! —comenta el viejo, corriendo a la par mía. Me estreso y le pongo mala cara, pero ni se da cuenta de mi molestia. —¡Los dominamos! Quedaron como completos idiotas.

—¡Deja de seguirme, anciano molesto! —le ordeno. Está saltando de forma muy extraña alegremente.

—¿Cómo podría dejarte? ¡Tú fuiste quien me necesitó allá!

Me ha provocado patearle el trasero, pero tiene razón. Debo admitir que, si no fuera por él, no sé cómo lo habría hecho. Bueno, me ha convencido. Permitiré que salga junto a mí.

Salimos del castillo y nos dirigimos al bosque. Sin embargo, varias brujas aparecieron en distintas direcciones. Disparan pequeñas masas oscuras y rayos de luz. Los bloqueo y desvío con mis llamas. El viejo ha quedado bastante impresionado, no hace más que realizar expresiones idiotas. «Rayos, estas brujas se convertirán en una auténtica molestia». No paran de llegar más y más.

—¡Viejo! Necesito que te retires. Fuiste de gran ayuda allá dentro, pero debo evitar que te lastimes aquí afuera. —le digo, algo amable y paciente.

—Mm, eso está mejor dicho. ¡De acuerdo! ¡Cúbreme mientras me voy a paso veloz! —contesta mientras se quita la ropa.

—¡¿Por qué coño te desnudas?! —Acabó con mi paciencia, no pude.

—¡Así me sentiré más ligero y correré con mayor velocidad! —responde, ya desnudo. No es cierto, no corre rápido.

—Agh, qué asco tener que ver eso. —comenta una de las brujas, y todas desvían la mirada para no seguir mirándolo.

Jum, bueno, no aumentó su velocidad, pero hizo que dejaran de fijarse en él. De igual forma me sirve. A veces la estupidez funciona más que la inteligencia. En fin, ya puedo encargarme más tranquilo de ellas.

Lucy:

—¡Alator! ¡Qué bueno haberte encontrado! —exclamo, alegre a un lado del desastre incendiario—. Bueno, tú me encontraste.

—¡Gracias por darnos la salvación!

Me agradecen encarecidamente por haberles roto el hechizo que tenían como hombres lobos. Son personas de distintas edades, entre los 16 y 60 años. Andan desnudos, exceptuando el taparrabo que llevaban transformados. Fue bastante cruel lo que le hizo a ellos y a los que murieron en el rito. «¡Malvada sea! Debí interrumpirlo. Hubiera salvado varias vidas».

—Vé y ayuda al resto de tus amigos. —habla, muy decidido, mientras camina hacia mí.

—Sí pero... causé todo esto. Estoy destrozando el bosque floral y no tengo la habilidad de apagarlo. Aún no domin... —Me interrumpe, volteándome por los hombros en dirrección al castillo.

—Me encargaré del incendio. Ellos necesitan tu ayuda, presiento un aumento de magia exponencial. —dijo con mucha seriedad. Puedo notar claramente su preocupación. Para que él reconozca algo así, significa que debe ser peligroso.

—¡Encárgate de cuidar a estos hombres y del incendio! —No le doy más charla y vuelo al castillo, cargando mi bolsa con Boky y Bookie.

Boonie:

Esquivo un rayo calórico que estalla al impactar con un árbol varios metros detrás mío. El cabello se agita con fuerza. No paro de correr y movilizarme, tratando de conseguir cercanía alguna. Los ataques son muy potentes, podría herirme gravemente al atinar un solo disparo de esas armas. Va uno tras otro, no veo manera de avanzar.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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