The Magic World

C76: Kevin vs. Ignes

Kevin:

—Tienes que dejarme subir a los pisos superiores. —dice Ignes, preocupado. Pero le sigo apuntando con ambas pistolas. —Algo muy malo sucederá si no estoy para controlarla.

—¿A qué te refieres?

—Mi bastón mágico, creado por Leanne, es el que he usado para no permitir que la magia oscura domine a Evanora. ¡Debo estar ahí por el bien de todos!

—Pero terminarían cumpliendo el plan que tienen, no nos favorece eso.

—¿Acaso no comprendes la peligrosidad de dejarla sin cuidado mientras realiza el rito? —pregunta, bastante nervioso, suda mucho.

—Nosotros nos encargaremos de cualquier amenaza para la raza de vampiros. No vamos a permitir un exterminio tan cruel, provechoso e ilegal. —declaro con total seguridad. Parezco un oficial de policía hablando así.

Él mueve su bastón de un lado a otro suavemente. Le disparo con ambas pistolas, pero las balas son detenidas por la cosa pegajosa que ha creado. Es algo claro, un poco transparente y resulta efectivo como escudo. Así que tomo dos cuadros grandes del pasillo y los funciono para crear un rifle. La potencia será mucho mayor ahora. Me acabo de dar cuenta que no hay muchos objetos que pueda usar aquí, me preocupa. Tiro cinco veces, pero de igual forma las balas son detenidas. Aunque... pudieron traspasar mejor esa cosa a los pocos instantes.

Me confundí por no haberlo visto bien y fijarme en su defensa. Escapó. Corro rápido para perseguirlo de nuevo. Hay dos habitaciones a mis laterales, donde está la cosa pegajosa. Puede que si paso por una, salga del otro lado y escape. Sin embargo, entro a mi derecha y observo un gran salón de museo. No era una habitación. Muchas fotos de la familia Nosferatu y la isla Blood Sacred, además de otros reyes que mandaron aquí.

Ignes sale de la otra habitación cuidadosa y silenciosamente. Comienza a correr un poco, pero una mina es activada y estalla debajo suyo. Por supuesto que escuché la explosión, no me tomó nada de tiempo en llegar y encontrarlo tirado en el suelo. Me sorprende ver que se levanta de nuevo como si hubiera podido resistirla.

—Esa estuvo buena, chamaco. —admite, y fija su mirada en mí—. Si no hubiese sido por el hechizo rápido que me hice, me habría quedado sin piernas.

—¿Hechizo rápido?

—Sí, el bastón de Leanne es una gran creación. No necesito tener magia venida de mi cuerpo y alma para usarla, esta arma puede hacerlo todo. —explica mientras sus piernas dejan de ser cubiertas por el líquido pegajoso. Fue tan efectivo que lo salvó de la explosión. —Magia pura, este bastón es una obra maestra de esa armera.

«Entiendo, no es un ser mágico, el problema es que el bastón le da poder. Así podrá defenderse muy bien, y tal vez atacar».

Disparo de nuevo con mi rifle. Él crea un muro pegajoso rápidamente y consigue bloquear el ataque. En seguida tiro el arma y saco de mi espalda un lanzagranadas que convertí en el museo. Ese muro recibe tres estallidos para luego derretirse y deshacerse en el suelo. Aun así, lanza desde la punta del bastón esa cosa, quedando pegada al arma. Me la quita de un solo jalón fuerte e intenta usarla, pero no le funciona.

—Ah, sí, déjame informarte que solo yo puedo usar las armas que creo. —le informo, burlón. Él me mira mal y fastidiado.

—Sin duda alguna eres poseedor de un don. ¿Qué hacen personas como ustedes aquí?

—Buscamos cumplir nuestra misión: salvar a la raza vampira de malas intenciones.

—Ellos son una raza meramente oscura, lo entiendes, ¿no? —Asiento—. Son como las brujas, zombies ¡y hasta demonios! Dios tiene razón en acabarlos.

—¿Dios? Entiendo la situación de los demonios, pero los vampiros son una raza muy serena, aislada y poco peligrosa en comparación a otras. Hay problemas aun mayores que atender.

—No entiendes, ¡solo están buscando que se sigan alimentando de nuestra sangre! ¡A nuestro dios no le agradan! — exclama con los brazos bien alzados, tirando el arma.

—Es parte de la naturaleza, así viven ellos. Entendería que no puedan convivir con los humanos, pero exterminarlos así sería muy cruel.

Lanza varios pedazos de ese líquido con su bastón que consigo esquivar con facilidad. He practicado muchas veces esto junto a Drake, no sería tan sencillo atinarme a esa velocidad en que tira. Sin embargo, me toma desprevenido cuando finge lanzar otra de esas, pero lo que hizo fue arrastrarlo hasta mí en poco tiempo. Perdí la distancia que mantenía desde el principio del combate. Me alarmo por eso. Termino recibiendo un golpe del bastón en el abdomen. La punta se pega a mí, y de esa forma me empuja fuerte hasta impactar contra la pared. Ha tenido buenos movimientos, creí que era más inexperto.

Intento quitármelo. Es inútil, la cosa pegajosa resulta un problema molesto. Ejerzo fuerza con ambas manos tomadas al bastón, pero me agarra por el cuello y, con ayuda de su arma, me alza un poco.

—¿Quiénes son ustedes?

—Somos estudiantes de Bextruz. —respondo, lentamente, ya que comienza a ahorcarme.

«Rayos, me metería en problemas si lo lastimo mucho. Conocen mi nombre y profesión, junto a mis intenciones. Tengo que quitarlo de mi camino para que deje de molestar», piensa, preocupado.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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