Drake:
—¡Vámonos! —ordeno mientras subimos al barco y preparamos rápidamente el viaje a Lady Death.
—¿Por qué tardaron tanto? —pregunta Leo, cortando la conversación que tenía con Hana para evitar que lo vean interesado—. Eh, ya me tengo que ir. Hasta nunca.
—Nos volveremos a ver algún día, imbécil. —asegura mientras lo toma fuerte por el cuello y lo empuja.
—¡Serviremos a la princesa! —declara Mike, líder del ejército de ella. Se subdividen para montarse en distintos barcos.
Él es medianamente musculoso, alto de 1,93, y piel azulada por ser un tritón. Posee dientes de tiburón, pequeñas cicatrices en varias partes del cuerpo que simbolizan sus experiencias como soldado. Ojos azules claros, con una mirada seria y determinante. Orejas más grandes de lo normal. Cabello castaño oscuro, largo que cubre toda su espalda ancha. Tiene la habilidad de usar casi todo tipo de armas blancas, realiza técnicas sorprendentes. Es más fuerte que cualquier tritón normal, debido al entrenamiento que ha llevado por años. Lleva puesto un chaleco liviano, azul marino, con la insignia de su academia, botas oscuras como su pantalón. No trae puesta camisa para mostrar su abdomen y pectoral bien formados.
—¡Oigan! He sabido que cerca de la caverna existe el tridente. —confiesa Mary, corriendo detrás nuestro, pero se detiene en la entrada del barco—. Les podrá ser muy útil para enfrentar a un ejército tan grande, además de sus dones.
»El problema es que se encuentra en las profundidades y custodiado por sirenas. Tengan cuidado con todo lo que enfrenten. —Su preocupación y ganas de ayudar han sido persistentes, lo que me agrada, en realidad.
—Vale, muchas gracias por prestarnos a mil soldados, darnos información, suministrarnos comida, liberarnos y por todo tu apoyo. —le digo, arrodillado frente a ella.
—No tienes que arrodillarte.
—Quiero hacerlo, has sido una increíble princesa.
—De acuerdo, pero no pierdas más tiempo y ¡ve a por esos piratas!
Lucy me informa que tienen atrapado a un informante de Gibson. No conocemos su nombre, pero sabemos que posee el don tipo zoan del pájaro carpintero. Está muy golpeado, amarrado y vigilado por Alator en el dormitorio. Comenzamos a zarpar. Varios soldados navegantes de Mary colaboran en el barco. Insistí en que Tristán continuara siendo nuestro timonel, pero guiado por otro navegante. Entramos de nuevo en la corriente marina, ayudó a movilizarnos rápidamente debajo del mar. Lo que nos habría tomado 10 horas en recorrer, aquí solo fueron 2.
Salimos de la corriente en poco más de las dos horas estimadas. Lamentablemente, no podremos seguir aprovechando la velocidad que nos ofrece, pero no falta mucho para llegar a la caverna. Necesitaremos varias horas más si el viento se mantiene a nuestro favor.
Ha vuelto el presentimiento. Boonie nota mi reacción y pregunta qué me acaba de suceder. Doy el aviso por medio de una caracola que usan para comunicarse. El líder del ejército, Mike, comprende. Sin embargo, sugirió no detenernos y enfrentar lo que se venga. Están preparados para luchar tanto en mar como tierra. De repente uno de los barcos es alzado bastantes metros sobre el agua. Un tentáculo gigante lo empujó hacia arriba. Luego cae al mar de cabeza, se destruye y los tritones buscan acercarse a los barcos cercanos.
—¡¿Qué coño fue eso?! —pregunta un soldado, asustado.
—¡Armen filas marinas! —ordena Mike—. ¡Nos encontramos a un enemigo muy grande!
Otros tentáculos aparecen y golpean a los distintos barcos. Decenas de soldados tritones saltan al mar con sus lanzas, espadas y algunas varitas mágicas. Las naves se están destrozando rápida y fácilmente. Me está preocupando mucho, no podemos tener tantas bajas antes de siquiera llegar a la caverna. Leo usa su habilidad para acercarse por los aires al igual que Lucy. Los tentáculos se ocultan durante dos minutos. Vemos cómo varios tritones son tirados y golpeados con una fuerza exagerada. Están quedando reventados, apenas pudieron dejarle pequeñas heridas. Leo se impulsa a gran velocidad, realiza un giro y conecta una potente patada de fuego en el tentáculo que estuvo a punto de atacarlos. Recibió un buen daño, pero igualmente lanza un golpe. Él lo esquiva, los soldados no. Fueron aplastados.
—¿Estamos enfrentando a un pulpo gigante? —preguta Kevin, sosteniéndose con fuerza y tratando de no vomitar. La marea se ha puesto más fuerte por los movimientos del monstruo.
—Es el Cracken. —responde Mike, desde el comunicador.
—¿Entonces debemos meternos al mar y acabarlo? —pregunta Leo mientras le da otra patada al mismo tentáculo.
—No lo sé. —contesta. Fijamos las miradas impactadas hacia él. Se encuentra serio, pero aterrado por dentro. —No tengo claro por qué nos está atacando, sobre todo hoy. No es algo que pasa a menudo.
—¿Tienen dudas de cómo vencerlo? —pregunta Lucy, y esquiva dos golpes de tentáculos, recoge a cuatro tritones y los lleva a otro barco—. ¡Posee una fuerza atroz!
—Jamás creí que me enfrentaría al Cracken. Insisto: es muy poco probable encontrarlo.
—¡Pero, señor! ¡Necesitamos hacer algo para alejarlo! Continuará generando destrozos.
—A este paso, nos quedaremos sin barcos y muchos menos soldados. —comenta Tristán.