C108: Historia de los ángeles caídos

Lucy:

Antes de que sucediera eran ángeles de alas blancas más grandes y largas que sus brazos. Solían trabajar principalmente para los reinos de mayor prestigio. Hace 25 años un dios hizo presencia. No se sabía de dónde venía, pero su poder era majestuoso e inalcanzable. Él comenzó una relación fiel, duradera y amigable con los ángeles. La visión que tenía era crear el paraíso. Un terreno en el cielo que fuera maravilloso para todo aquel que viviera allá. Lo logró en el mismo año de su aparición e invitó a seres humanos, junto a criaturas, al nuevo hogar que construyó.

Él quería recibir apoyo, por lo que fortaleció la relación con los ángeles, teniendo una alianza. Estos se encargaban de trabajos muy variados en el paraíso. Solían servirle directamente al dios, recibir las inquietudes de las personas, entregar mensajes, dar seguridad y entre otras labores importantes. También importaban los productos, ya que no existen muchas maneras de viajar en el aire, mucho menos de llegar al cielo. Eran el apoyo de quien mandaba en el gran terreno aéreo. Solían estar satisfechos y felices por servir, al igual que lo estaba cada habitante. Había mucha paz, tranquilidad, seguridad, comodidad y buenas vibras. Nunca habían conflictos externos que los afectaran, y los internos fueron muy bien controlados por el dios.

Sin embargo, hace casi 21 años, cuando mamá estaba embarazada de mí, un considerable grupo de ángeles se encontraban en desacuerdo. Unieron fuerzas para armar una revolución en contra de su dios y conseguir el objetivo que buscaban: un nuevo estilo de vida. No estuvieron conformes ni les gustó aquello que creó el líder. Así que se llenaron de valor, crearon estrategias de combate en equipo y atacaron al dios cuando menos se lo esperaba. A pesar de eso, el plan falló. La capacidad y poder mágico de ese dios era sobrenatural. Los superó enormemente aunque haya sido uno contra miles de ángeles. La batalla fue exhaustiva, pero finalmente venció el que más potencial tenía.

No había pensado en asesinarlos. De hecho, trató de generar las menores bajas posibles, porque tuvo pensado un castigo peor que la muerte. Según él, fue mejor desterrarlos del paraíso al infierno: el mundo terrenal, donde vivían otros seres en situaciones y ambientes peores que el paraíso. Claro, ya que no hay nada más increíble que el paraíso. Mientras que, durante la época en que nací, mi familia buscaba algún lugar para vivir. Desafortunadamente, el dios mostró su ser al mundo para que lo conocieran, y así fue cómo mandó a escribir más contenido en la biblia; en el cual los sacerdotes por supuesto que lo hicieron. Ellos tomaron la iniciativa y responsabilidad de actualizarla, representando a los ángeles desterrados como seres inaceptables para cualquier sociedad.

—Así fue como mi pequeña familia empezó a vivir en esta ciudad que había sido construida y es propiedad del Gobierno Mundial Mágico. —continúo explicándoles mientras llegamos allí en una carroza de un chófer público—. Tuvimos la fortuna de haber recibido un hogar, pero no somos bien vistos por los demás.

—Aunque... son capaces de pasar por desapercibido. —comenta Drake—. Yo no me imaginaba que tú eras un ángel.

—Él les quitó las alas también, principalmente como deshonra, y lo segundo para no subir fácil al cielo. —cuento. Mantengo firmeza a pesar de ser una historia dura. —Yo nunca lo conocí, ni siquiera de pequeña. Aun así, él mandó a sus arcángeles para allá con el objetivo de quitarle las alas a esas nuevas generaciones. Cada ciertos años lo hace.

—En verdad buscó darles un castigo fuerte. —opina Kevin de brazos y piernas cruzados.

—Vaya, tú has vivido un caso similar al mío. —compara Collette—. ¿Por qué decidieron atacar a ese dios? ¿Era bueno o malo?

—No importa la razón, sino que las nuevas generaciones han tenido y deberán pagar los platos rotos de sus padres y abuelos. —opina Leo.

—Bueno, eso no parece tan justo. —le da la razón Boonie—. Tú apenas podías darte cuenta de quién era tu mamá. ¿Por qué deberías cargar con todas esas consecuencias? Lo mismo diría del resto de jóvenes.

—Hemos llegado a Capital Angels. —informo, mirando por la ventana.

Capital Angels, nombre asignado por el gobierno. Se le conoce como la capital de ángeles caídos. Únicamente nosotros vivimos aquí, no hay otra raza que habite en esta zona. Es muy parecida a lo que cuentan del mundo humano. Tiene muchos edificios, algunas casas en los bordes de la ciudad y llena de negocios pequeños por doquier. No hay electricidad, mucho menos tecnología. Aquí nos mantenemos de cualquier artefacto o herramienta mágica que consigamos por nuestros medios en el extranjero. Nos ha tocado salir de vez en cuando para suministrarnos, ya que no tenemos ninguna autoridad, líder, gobierno, sistema o reinado que nos guíe y se encargue de satisfacer nuestras necesidades.

La ciudad está repleta de estructuras. No hay casi rastro de zonas verdes, plantas, árboles o, aunque sea, jardines. Está situada en el borde de un desierto, a unos cuantos kilómetros de Bagres. Bastante lejos de Bextruz a decir verdad. Sin embargo, el Ministerio de Defensa se encargó de que fuera habitable para nosotros. Así que nos entregaron toneladas de pólvora nublosa, las cuales nos permiten crear nubes por medio de una máquina que las produce, aunque se encuentra algo vieja ya. De esta manera, podemos aprovechar las nubes para protegernos del sol. A pesar que las noches sean muy frías, son más soportables que el calor y fuertes rayos del sol en el día. Por lo menos podemos tener lluvia.