Boonie:
Él lanza una patada que consiguo desviar con mi pierna. Lo desequilibré. Momento que no dudo en aprovechar para darle un puñetazo en el pecho. Sus pies se arrastran con intención de detenerse. Inmediatamente acorto la distancia y chocamos puñetazos fuertes.
—Qué ridículo. La chica es una completa demonio, salvarla y "ayudarla" sería una tontería. —opina Elwin, continuando la conversación que teníamos. Tomo distancia por precaución.
—Es hermana y prima de nuestra amiga. Seres importantes para ella.
—¿Estás conciente de lo que ha hecho esa jovencita? No te dejes llevar por apariencias.
—Raymond nos contó todo. Concluimos que ella necesita ayuda.
—¿Eh? ¿Ayuda? ¿Un psicólogo?
Me tiro a él y lanzo tres puñetazos que bloquea con sus manos abiertas. Preparó uno, sin embargo, logré conectar una fuerte patada en el abdomen que lo hizo retroceder. Abro mis manos para seguir absorbiendo su poder mágico. Inmediatamente realiza una patada con giro en el suelo, pero dí un salto y lo golpeé con ambos pies en su pecho. Se arrastra por el piso y vuelve a estar de pie, manteniendo la típica pose fresca y relajada de siempre. Me irrita. «Manteniendo la pelea a este ritmo, tendré grandes probabilidades de vencerlo», pienso mientras él rompe la camisa para quitársela.
—Antes de comenzar en verdad, ¿por qué no dejan que haga su vida como le plazca? —pregunta, interesado, y realiza estiramientos del cuerpo—. Ella tomó este camino, y se siente feliz aquí.
—Aunque considere sentirse bien, es terrible lo que hace. Existen millones de maneras en que puedes sentirte bien sin perjudicar ni lastimar a otros. —explico, aprovechando de absorber más energía—. La gente debe discernir lo bueno de lo malo.
—Ella hace lo que dice su corazón. Necesita ese desahogo, y yo le di la oportunidad de hacerlo.
—Le diste la oportunidad de dañar removiendo sus recuerdos una y otra vez para que nunca los abandonara. —aclaro y aprieto mis puños, furiosa—. ¡Jamás la ayudaste a sanar y superar! ¡Me alegra saber quién la adentró a este horrible ambiente!
Elwin bajó la sonrisa que siempre mantenía. A pesar de no conocerlo, noté al instante que su seriedad era una señal negativa. Se movió a gran velocidad e impactó un fuerte puñetazo en el brazo que usé para bloquear. En seguida detengo una patada antes de que cogiera fuerza y conecté un duro puñetazo en la barbilla. Echó unos pasos hacia atrás y soltó carcajadas mientras tocaba la parte dolida. Su cuerpo cambia hasta conseguir la transformación de un tigre. Intentó clavarme los colmillos, pero logré dar un salto muy elevado. Luego realicé varios giros hasta impactar un taconazo en el suelo, debido a que lo evitó, este se parte en pedazos mostrando la capacidad física en que he llegado.
No duré mucho con tanta ventaja, ya que tuvo una reacción rápida. Además de esquivar, también lanzó una clase de mordida en el aire que me dejó atónita. A unos metros de distancia, sin necesidad de clavar sus colmillos, recibí un ataque del mismo aire, impulsado con su aliento y la misma herida en el hombro como si en verdad me hubiese mordido. El dolor apenas era soportable. Molesta un montón. Se tira a mí y me bate de espalda contra el suelo, pero puse ambos pies en su abdomen y lo empujé hacia atrás. No fue nada para él, por lo que me ataca con sus garras. Gracias a mi magia, debería aguantar la fuerza de un tigre, sin embargo, se trata de un mago de buen estado físico que tiene el poder de un tigre. La combinación de sus capacidades lo hace semejante a la fuerza de Dynamo y un don tipo Zoan que las refuerza me hace dudar de cuánto resistiré.
Después de recibir los cortes de sus garras en mis brazos, intenta darme una mordida que cubriría todo mi cuello. Poco antes de que marcara mi fin, impacté un potente puñetazo que reflejaba mi furia con él, aunque también el miedo de qué me haría si pierdo. Voló por los aires y cayó de cabeza en el piso. En cada minuto, la plaza se va destruyendo debido al combate. Aunque esto no fue tanto daño para él. Se trata de un enemigo de increíble resistencia y regeneración, además de fuerza.
—Vaya, vaya, creo que te has puesto seria. —opina. Pensé en admitir que me está costando, pero en Bextruz nos enseñan a que jamás debemos expresarlo como debilidad—. Verás, un psicólogo sirve para tratar a enfermos mentales que no pueden ni cuidarse por sí mismos.
»Scarlet debía drenar todo sentimiento oscuro, y todavía le faltaba trabajo por hacer. ¡Eso es lo que he hecho toda mi vida, y mira cómo soy feliz! —confiesa en forma humana de brazos abiertos, volviendo su sonrisa—. ¿Qué haces? —interroga al ver mi acercamiento a él.
Tomo su mano y le muestro una sonrisa. —Sin importar lo que hayas vivido, créeme que hay solución para todo menos la muerte, pero para ello existe la superación. Dentro de esta sonrisa, créeme que no hay dolor.
En ese momento sentí que, desde lo más profundo de su mente y corazón, habría una parte buena que salvar. No se trata de ganar o perder, sino de hacer lo que creemos correcto. Yo decidí dejar a un lado la furia que estuvo por dominarme y cambiar su perspectiva de la vida. Mi nuevo objetivo es ayudarlo a calmar su odio, que su sonrisa no traiga nada oculto y que ya no sea más una amenaza. Duró unos segundos inmóvil mientras yo esperaba una respuesta, siempre atenta a cualquier movimiento falso o brusco que hiciera. Lamentablemente quitó la mano y tiró una patada que logré bloquear con ambos brazos, pero que me empujó tres metros.