The Magic World

C160: Rebeca

«¿Qué le pasa a este chico?», se pregunta la bandida al conectar una patada en el brazo de Drake que lo protege. Luego esquiva un puñetazo que venía con la armadura, seguido de una voltereta que impacta un golpe en la barbilla de su enemigo. Esta vez él no se protegió, pero pudo reincorporarse rápido y tirar una llamarada. Con la forma híbrida de la chica gata, posee una increíble flexibilidad, rapidez y agilidad para evitar los ataques. Luego evade un camino de fuego azul que fue generado en el pasillo, preocupada por ver que las llamas cubren en poco tiempo el pasillo. Aprovechando sus garras para clavarlas en el techo y movilizarse desde allí, finalmente se suelta e impacta de nuevo una patada en el brazo duro de Drake. «Él posee una muy buena resistencia, y la armadura me complica aun más el combate».

En un solo desplazamiento a gran velocidad, aparece a espaldas de ella, dejándola vulnerable. Cuando estuvo por voltear, recibe una patada fuerte con la armadura que la tira varios metros de lejos. Apenas le dio tiempo de correr para evitar una bola de fuego de casi su tamaño. Ágilmente Rebeca se mueve de un lado a otro para hacer lo mismo mientras acorta la distancia. «Mi interés principal es obtener esa gema tan valiosa, pero el trato que acepté con los cazadores fue atrapar a estos magos», recuerda ella. Se agacha para esquivar un puñetazo y conecta cinco golpes con la mano abierta. Fueron tan rápidos que él apenas pudo reaccionar. Debido al dolor, es obligado a retroceder y tomar aire.

—Allí no usaste tu armadura. —recalca ella.

«Fueron cinco golpes veloces, pero ese no es el problema. Todos impactaron en el mismo lugar con una precisión casi exacta. Por más resistencia que tenga, no habría suficiente aguante ni tiempo de recuperarme», analiza él.

—Vender las gemas dejaría en peligro no solo a Purple Moon, sino también a muchas otras partes del mundo. —advierte Drake, prendiendo su cuerpo en llamas.

—Mi mundo siempre ha estado destruido. —contesta la chica gatuna cabizbaja.

—¡No todos tienen la culpa de eso! —exclama mientras dispara una poderosa ráfaga.

—Pero por más que haya intentado ser una mejor persona... —dice a la vez que realiza un salto acrobático, cayendo de pie al otro lado de su adversario—... todos me tratan como si fuera una criminal por gusto.

Drake voltea apresuradamente y realiza un montón de desplazamientos cortos para esquivar. Puede darte la ilusión de que está allí, pero resulta que está allá, ahora no se encuentra en ese sitio. Entre tantos intentos inútiles de Rebeca, utiliza su visión para detenerlo. De repente él es incapaz de moverse. Está completamente paralizado del miedo que fue generado por su habilidad. «¿Qué? ¿De dónde viene esta sensación?», se pregunta. «Es como si estuviera frente a una figura atroz que está por acabarme». Mientras andaba presenciando una sensación extraña, alucinante y atemorizante, Rebeca se lanzó con sus garras y empezó a generarle muchas heridas.

«¿Por qué no puedo usar mi armadura?», se vuelve a preguntar, recibiendo mucho daño. «Jamás viví algo parecido. Este miedo causado me está bloqueando».

—¡AAAGH! —grita de dolor, tratando de calentar su cuerpo, pero tampoco puede hacerlo.

—Una habilidad paralizante que te bloquea físicamente. —explica Rebeca, y le deja una marca en la mejilla con sus garras—. ¡Ríndete ahora y déjanos mejorar nuestras vidas, hijo del rey demonio!

—¡Maldita sea! ¡Antes muerto que perder mi camino!

"Antes muerto que perder mi vida"

¥¥¥

—¿A qué te refieres si aún estás vivo? —le preguntó la pequeña Rebeca a su mejor amigo, Andru.

—Sí, estoy respirando, y mi corazón sigue palpitando. Pero no es lo mismo tener una vida afortunada a una llena de sufrimiento y pobreza. —aclaró.

»Lo triste de esto es que vemos al resto de personas felices, sin preocuparse en lo más mínimo de nosotros. Ellos ya tienen sus vidas hechas. Algunos hasta nacieron con padres, una cuna, juguetes, regalos, ropa, leche y un hogar.

—¡Guao! ¡Eso suena maravilloso!

—Lo es, y forma parte de este mundo. —dice, y señala a los pueblerinos de Oso—. Ellos tienen vidas mejores que la de nosotros, pero no están conformes. Siempre miran a los más afortunados.

—¿Quiénes?

—Los millonarios de Avestruz.

Andru era un joven de 21 años que conoció a Rebeca cuando ella tenía 5. Una niña que vivía de las sobras de otros. Solía esperar a que botaran la basura de los restaurantes en el container para escarbar y ver qué conseguía. Su fortuna era encontrar algo hecho el mismo día y que apenas fue tirado luego de ser picado. Eso era mucho mejor que no alimentarse por días. Ella vagaba en las calles de Avestruz. Sola, sin familia, y siempre buscando un buen refugio donde no pudiera toparse con gente, ya que la trataban peor que un animal. Algunos la ignoraban, pero otros la veían como una leprosa al encontrarla con ropa dañada, el cuerpo sucio, mal olorosa y durmiendo en callejones.

Su fiel compañero fue Woozi, un ratoncito de papel que ella creó en plena noche solitaria. Con tan solo cinco años, pudo arreglárselas durante casi dos semanas. Un día fue despreciada por tres guardias que andaban "cuidando" a los pueblerinos en la calle. Luego de regresar a su callejón bajo un momento humillante, se dio cuenta que el pequeño compañero no estaba en su bolsillo. Comenzó una búsqueda preocupada y desesperada. Tumbó la delgada colchoneta, revisó el container a su lado y volvió un desastre las cosas que usaba para jugar. Era de buena imaginación como muchos niños. Los vasos de plástico eran casitas. Las bolsas servían para romperlas y crear montañas. Pedacitos de comida representaban a los pueblerinos. Pero no le importó echar todo por encontrar a su ratoncito de papel.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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