C177: Yo siempre estaré apoyándote

"—¡Wooaaahhh!

Ash cayó desde muy alto. Tomó bastante aire para inflarse y así amortiguar la caída, regresando a su estado normal otra vez. No recibió nada de daño."

«No entiendo. La serpiente simplemente desapareció. No tuve que hacer algo más para que lo hiciera», piensa, confundido. Recuerda el evento repasándolo unos breves instantes mientras se dirige a la torre llamativa. «Debió ser por la duración, o también por la distancia que el usuario se encontraba. Boah, tal vez él mismo decidió deshacerla para no gastar energía mágica. ¡Esto es muy complicado!», concluye, lanzando puñetazos a todos lados sin sentido hasta que ve de reojo algo moviéndose de un edificio a otro. Al fijarse bien, encuentra a Helaines, quien está impulsándose con la habilidad de espuma, el segundo nivel que posee. Pero no tardó nada en recibir un golpe que la hace soltar la cápsula. Generó muchas espumas para amortiguar la caída, aunque igualmente sufrió daño en una pierna.

—¡Tich! Se interpuso uno y acaba de robarme la cápsula. —le informa Helaines a sus compañeros mientras Ash va hacia la base.

De repente, en un salto que realiza al tejado de otro edificio, ella se acerca lo más rápido que puede y le planta cara de frente. Sin esperar más tiempo, aprovecha su habilidad para deslizar las manos en cada ataque de Ash. No importa que sea de corta o media distancia, Helaines demuestra tener no solo esa suavidad, sino también la técnica precisa para evitar cualquier ataque directo. Comenzando a darle problemas, Ash prepara su segundo nivel. La sangre es bombeada y circula mucho más rápido en todo el cuerpo. Ella queda perpleja y confundida por tanto vapor que suelta. Toma unas respiraciones profundas antes de ir a la acción. Luego apunta con una mano y cierra el puño con el brazo bien recogido.

«A Bibi siempre le tienen la imagen de ser la mejor. Estará más orgullosa de si misma al notar que me copié de su postura para sacar esta habilidad», piensa mientras apunta detenidamente y apretando los dientes. «Odio admitir que así fue, pero valió la pena hacerlo». ¡TAHG! Un puñetazo disparado a distancia que viajó a grandes velocidades y conectó en el abdomen de la enemiga. Helaines no tuvo forma de evitarlo, era casi imposible desviar un ataque tan rápido y de tanta potencia. Se arrastra por el suelo, bastante adolorida, gime y grita por lo duro que fue.

—Con eso te quedarás quieta.

¥¥¥

Shey estuvo a punto de cobrar una patada bastante fuerte, pero Jake se interpuso en el momento preciso para protegerla. Lo tiró varios metros lejos. Su cuerpo rebotó en el suelo. «¡No! Estoy permitiendo que él sea castigado por mi debilidad», piensa Shey, mirándolo con suma preocupación. En ese instante, siente que algo realizará el enemigo. No tuvo que dudar en dar una vuelta y evitar la dura pisada que estuvo por hacerle. «Es muy fuerte físicamente. De seguro posee un cuerpo del rango medio. Nos cuesta enfrentarlo y tratar de tomar la cápsula a pesar de que somos dos», analiza ella. Luego esquiva un puñetazo y conecta una patada. Debido al tamaño de esa forma híbrida, estaba por alcanzarle la barbilla. Pero disparó su pie, volviendo efectivo el ataque.

—Vaya telita. Eres capaz de hacer lo mismo que Helaines. —asume Mihael con una postura intimidante—. Detesto cuando detectan mis movimientos.

—¡Shey, ahora! —indica su amigo al haber preparado la trampa.

"El edificio que atrajo Mercy estuvo cerca de acabar con la mayoría de magos combatientes. Un solo movimiento para derrotarlos. Jake y Shey se encontraban en todo el medio de la calle. Tenían pensado salir juntos de esto, pero ella se dio cuenta que no sería posible. Determinó dos opciones: arriesgarse a intentarlo ambos o darle un empujón a uno para que continúe el enfrentamiento. Su decisión no fue consultada, no había tiempo de discutir qué era lo correcto. Así que aprovechó su habilidad y lo sacó de la zona riesgosa. Salvó a Jake con la esperanza de que él apoyaría en la misión.

—¡¿Por qué no me consultaste antes?! —preguntó él después de terminar la segunda parte de la competencia.

—¿Crees que había tiempo para hacerlo? —le interrogó con cara de obviedad.

—¡No debes abandonarte a ti para proteger a los demás! —aconseja Jake en voz alta mientras la toma de la camisa con ambas manos—. ¡Lo único que hiciste fue dar esperanzas a que yo cumpla lo que deseaba!

—¿Eso está mal?

—¡No! ¡Pero tú también tenías ganas de seguir adelante!

—Y continuaste luchando mientras me tenías en tu cabeza. —supone ella, regalándole una sonrisa amigable—. Eres muy lindo, Jay, Jay.

—¡¿Y eso qué?! ¡Obviamente pensé en ti!

—Por eso, al final, yo influí en tu participación. El resultado fue el que yo quería: superar a Mercy entre todos, y apoyarte lo más que podía.

Jake abrió los ojos en grande mientras la soltaba. Le hizo pensar y mover nuevamente sus recuerdos con esas palabras.

—¿Crees en las almas?

—¿Almas? Bueno, existen fantasmas en Bextruz.

—Claro, Jay, pero ellos no han muerto; solo abandonaron sus cuerpos mientras estaban "vivos". Lo que tienen ahora es una segunda etapa de sus vidas.

—¿Qué? ¿En serio? —le pregunta, completamente asombrado.

—Yo hablo de las almas que abandonan los cuerpos cuando mueren.