C190: Victoria

El escenario abre la vista al público. Los jóvenes magos pueden observar a la gente animando como nunca antes habían vivido. Algunos nombran a Bextruz, posicionándose a la par de Wizard Academy en 1 - 1 de victorias. Por otro lado, empieza a escucharse el nombre de Rooper. Lo gritan fuerte la mayoría de sus compañeros, aquellos que, a pesar de no haberlos escuchado antes; ahora siente el gran apoyo que le estuvieron dando. Así fue, nunca pararon de animarlo cuando andaba en acción. En vez de ser conocido como «El ensucia pañales», muchas personas lo llaman por quien es. No pudo evitar soltar algunas lágrimas hasta abrir una cascada en sus ojos y mocos. Está feliz, muy contento, satisfecho y orgulloso de si mismo. Pero, sobre todo, agradecido por sus compañeros. Sin los que estuvieron participando, no habría logrado nada.

—¡Lo has hecho muy bien, Rooper! —le grita Agnes desde lejos.

—Ese gordito lo consiguió. Qué grande. —comenta Alaric, asombrado.

—¡JAJAJA! ¡No pasó por mi cabeza nada parecido! ¡Los muchachos están llenos de agallas! —exclama Karthus, quitándose las gotas de sudor que tenía por la preocupación—. Sabía que ganarían. No era tan difícil.

—El más débil terminó dando la vuelta. Mis chicos no podían seguir peleando, y atrapó a Payton. —repasa los hechos Aurora—. Sería poco admitir que lo hizo bien.

Las competencias para 3er año finalizaron por el día de hoy. Ahora tocarán las de 4to, que durarán aproximadamente 3 horas más. Mientras tanto, el resto de estudiantes se recuperarán y prepararán. La segunda ronda fue ruda. Los de Bextruz se dieron cuenta del potencial que trae el bando enemigo. Antes de irse, un grupo adolescente de la misma raza pequeña que Lua, la secretaria del director Sandoval; sacan sus tambores y realizan un toque estupendo durante diez minutos. Algunas personas decidieron bailar, otros reían y celebraban. Esto sorprendió mucho a los competidores, ya que el ambiente no dejaba de ser agradable. Les sirve a ellos para bajar tensiones, y así disfrutar de las competencias. Karthus le pidió la mano a su rival. Ella no dudó en aceptar, lo hizo con elegancia al apartar su mirada y dejar caer la mano en la suya.

¿Quién lo diría? Hasta los profesores que tanto pelean y compiten entre ellos bailan juntos una canción. Por más rivales que sean, eso no les impide disfrutar del momento. Una vez cierran la música, los pequeños hacen una reverencia como respeto a los presentes y, sobre todo, a los futuros magos profesionales. A Boonie y Collette les generó mucha ternura. Los abrazarían con tanta fuerza que los asfixiarían. Para las distintas razas, ellos son héroes que tienen como objetivo la justicia y el bien común. Muchísimos depositan confianza en los jóvenes. Pero alguien no lo hace. Todo lo contrario, tiene la misión de llevarle información al dios Sol, y acaba de tachar la imagen de Kevin en la lista del periódico.

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La noche es aprovechada como un descanso al tener un día intenso. Los estudiantes tienen la libertad de andar por donde quieran, siempre y cuando se acuesten antes de las 2:00 am, ya que deberán levantarse un poco temprano para las siguientes rondas. Aunque no lo hayan notado, casi todos decidieron no recibir la ayuda de Lizz durante la recuperación. Fue cuestión de orgullo y satisfacción vivir esos momentos. Por lo que no desean sanar las heridas tan deprisa, exceptuando el caso de Rooper; quien se tiró en la camilla de atención médica dramáticamente. Al haberse recuperado, se tomó un tiempo en uno de los pasillos al aire libre. Observa lo activos que están los negocios en Halstatt, por la cantidad de gente que vino a visitar. Eso mientras toma un juguito de durazno. Casi se ahoga cuando recibe una dura palmada de alguien que posa a su lado.

—Aborrezco que haya tanta gente. —confiesa Kim, mirando a las personas con actividad y ánimos.

—¿Le tienes fobia a una gran cantidad de gente a tu alrededor? —interroga Rooper.

—No, no. Simplemente me fastidia ver mucho movimiento. —responde, y dura unos segundos pensando para luego soltarlo—: Lo hiciste bien.

—¿Eh? —Rooper no se lo esperaba. Se sonrojaron los cachetes y sintió vergüenza. —Si no hubiese sido por ustedes, no habría logrado nada.

—Me sentí como una inútil cuando me venció. Pero, si algo me enseñó ese combate, es que un chico que parece inútil puede volverse alguien mejor.

—Suena raro viniendo de tus palabras.

—¡NO ME HAGAS ENOJAR, MANTE...! —Detuvo los gritos un instante.

—No hace falta recordarme que lo soy. Una de mis metas es cambiar mi físico. No por la opinión de los demás, sino por la mía.

—Lamento insultarte tanto, Rooper. —se disculpa Kim, tomando sus manos por la vergüenza y remordimiento que siente. No puede mirarlo a los ojos, pero era suficiente decirlo.

—Jum, gracias, Kim. —contesta su compañero, y extiende la mano.

Ella supo desde ese instante que significaría el comienzo de una buena relación entre los dos. Al menos como amigos, dejando atrás todos los malos tratos. Ambos con diferentes problemas personales, pero serán capaces de apoyarse el uno al otro cuando pongan de su parte. «No le importa lo que hice hasta hoy. Es más, ahora me doy cuenta que él nunca se molestó conmigo, aunque yo siempre le tuve rabia. ¿Cómo pudo aguantar tantos golpes e insultos? ¿Cómo es capaz de no tener rencor hacia alguien que lo lastimó mucho?», piensa en un silencio que se genera en el ambiente. Solo que no fue incómodo. Todo lo contrario, porque Rooper se dio cuenta que Kim consideró hacer un cambio. Una vez ella lo mira, estrecha su mano con una leve sonrisa. Un momento muy bonito que es interrumpido por una persona al lado de ellos, quien realiza una entrada llamativa, llena de energía, escandalosa y vistosa.