The Meddler (El entrometido)
Capítulo 5: El Crimen
La codicia es un mal que nubla el juicio, los codiciosos se desprenden de la moral y se construyen a sí mismos destruyendo a otros.
La pobreza no es codiciosa, la pobreza es envidiosa, los seres humanos que nacen en la escasez toman dos caminos, la lucha conformista por sobrevivir, que se le llamara ser pobre o la lucha constante por salir de ese estado de precariedad y se le llamará clase obrera trabajadora.
El pobre espera siempre que sus problemas sean resueltos, que otros hagan por él, lo que él debería de hacer por sí mismo para sacarle de ese estado.
El obrero se levantará cada mañana y saldrá en busca del dinero que quizás a él no le cambie el destino, pero si a sus hijos, el obrero procurará darle educación a su prole, pero el pobre va a lamentarse que no pudo ser educado y que no halla trabajo.
Por su parte, la mujer o el hombre trabajador, encontrara la forma de obtener o crear trabajo y generar ingresos, el pobre conformista se le hará molesto las jornadas de labores pesados, y optará por convertirse en delincuente o sexo servidora.
Por eso hoy en día encontramos, desde personas con carretas vendiendo verduras, hasta hombres con navajas robando en las casas o calles; mujeres con tinas llenas de atole o pan, y a damas posando en los bares o esquinas en buscas del mejor postor.
Es un equilibrio desequilibrado, Indira Lejarza tenía 20 años cuando se vio obligada a trabajar, antes de eso prefería ir a lugares donde se frecuentan camioneros o cargueros y ganarse el día, se enamoró de un joven, el cual al enterarse de su oficio, termino la relación, y esto para ella fue un golpe en el alma.
Le busco, y le rogo permitirle redimirse, entonces este la condiciono, a encontrar otro oficio y retomar sus estudios. Del amor que le tenía, esta se buscó un trabajo como conserje en una empresa, regresó a la secundaria, e ilusionada regeneraba su vida.
Meses después, mientras regresaba a su casa, una amiga de su colonia, le salió a encontrar, apresurada y con tono agitado le dijo…
-¿Sabes quién se casa? Habló aquella mujer de apariencia indígena
-No, no, ¿Quién? Le respondió Indira con incertidumbre.
- Como ves que Oscar se está casando en la iglesia Evangélica que está aquí por Las Brisas.
Hubo un silencio breve, Indira se dio la vuelta, y pese que la iglesia estaba bastante cerca de ahí, tomo un taxi y sofocada con lágrimas en sus ojos, decidió ir y comprobarlo.
Oscar, el novio de la boda, era su ex pareja, el que la condicionó y prometió regresar con ella.
Esa mujer se bajó del taxi y se mezcló entre la gente, hasta alcanzar a ver la pareja en el altar, era el, su Oscar, junto a una mujer, que se veía de edad mayor a él , se estaba casando con otra y enviando a la basura todas las ilusiones que juntos se habían creado, la había engañado.
Deseó gritar, deseó correr, pero tan solo dio la vuelta inundada en llanto y desilusión.
El lunes que regreso al trabajo, se dirigió a la oficina del sub administrador, Don Estanislao, le decía ella, y entrego su carta de renuncia.
-Quiero entregarle esto, creo que debo avisar con mas tiempo, pero la verdad es que voy a irme hoy y no volveré más.- Dijo Indira sin ver a los ojos del hombre sentado en la oficina.
-¿Por qué te vas muchacha? Le contestó el.
-Problemas señor, problemas sin solución.
Entonces Stan se puso de pie, cerró la puerta de su oficina, y acercándose a ella, le sonrió y le susurró al oído,
-pequeña, todos tenemos problemas, pero solo para la muerte no hay solución.
Ella le miro con asombro, mientras él le regresaba la carta.
-Te invito a un café si quieres, a la salida, le dijo aquel hombre.
Y esta aceptó con una sonrisa.
Paso lampaceando y sirviendo café con una radiante alegría, olvido la angustia que estaba viviendo por el despecho amoroso y espero ansiosa la salida. Se lavó la cara, se pintó los labios de rojo, y roció perfume por todo su cuerpo.
Estanislao le esperaba a la vuelta en su motocicleta, y a partir de ese día como muchos, se encontraban y tomaban un café, con besos y caricias.
Su ilusión se hizo más grande cuando él le prometió enviarla donde un amigo para que le contratara como recepcionista o sino, le ascendería de cargo y la haría su asistente.Era feliz, y el hecho que este fuese casado no le causaba inconformidad; lo único que le resultaba extraño era el hecho que aun, tres meses después, no hubiera sexo.
Pero entones el día llego, tres o cuatro ocasiones sexuales, en las que solo eyaculo en dos, pasado el tiempo su menstruación no venía, y una prueba de laboratorio lo confirmó: estaba embarazada.
La situación en la empresa era más tensa, Stan la esquivaba o usaba excusas para no verla, tuvo un sangrado que le mando al hospital, subsidio permanente por peligro de aborto. Y no regresó a trabajar.
Si algo había decidido no permitir, era el ser engañada nuevamente , no hubo ascenso pero ahora venía un bebe ; así que con la misma decisión con la que fue a la iglesia a buscar a Oscar, se atrevió y tocó la puerta en la casa de Estanislao.