Dos meses después.
Hace aproximadamente un mes Jimin había dado a luz, nuevamente fue un varón, un príncipe al que nombró Kaan, que significa jefe o rey.
Hace dos semanas atrás, su Haseki, Jungkook había enviado un decreto en el que ordenaba disolver el harem, pidiendo además que los jóvenes que estaban en el mismo quedarán como criados para el palacio o los albergues que el Haseki fundó hace tiempo atrás, pero que el harem en menos de una semanas más, debía sí o sí disolverse.
En aquel decreto, también pedía que Candan Hatun se quedará específicamente como sirviente para él, tomando absoluto control sobre la vida del Hatun.
Los consejeros, ministros y pashás del consejo imperial accedieron a las peticiones hechas por el Haseki del sultán, quién también accedió a los pedidos hechos por su esposo, a quién no veía hace casi tres meses.
En el harem se encontraba Berat Kalfa, quién en sus manos tenía el decreto hecho por el Haseki del sultán, pidió a los chicos que formarán una fila a cada lado.
— Leeré un decreto de su majestad, Haseki Jungkook Sultan — abrió el pergamino y aclaró su garganta para proceder a leer el contenido de aquel papel. — "Como Haseki del gran sultán Jimin, quién gobierna el mundo, doy mi decreto oficial de que el harem se disuelve, se les dará una semana a todos para que vuelvan a sus casas con sus familias o se queden, quiénes decidan quedarse o no en el palacio, tendrán un trabajó en los albergues fundados por mi, Haseki Jungkook Sultan, se les dará ayuda tanto económica como del palacio. Las puertas del palacio están abiertas para quién lo necesite, quiénes necesiten ayuda, vengan al palacio, siempre se les brindará la ayuda necesaria. Atte. Haseki Jungkook Sultan".
Cuando Berat Kalfa terminó de leer, todos en el harem comenzaron a hablar del decreto, sorprendidos por todo.
— Silencio — pidió la mujer mirando a los chicos. — una petición de su alteza, Haseki Jungkook Sultan fue que Candan Hatun se quedará en el palacio como su sirviente personal.
Candan no pudo evitar tensarse levemente, temía que Jungkook se hubiera enterado de que él fue quién le mintió a su majestad sobre su supuesto "adulterio", sabía que si se enteraba, se vengaría de la manera más cruel y dolorosa posible.
— ¿Por qué yo? ¿Por qué no eligió a otro concubino como su criado? ¡Soy el favorito de su majestad! — alza la voz, recibiendo una bofetada de Berat Kalfa por tener la osadía de negarse a una orden de el Haseki del sultán.
— Pero qué insolente eres, Hatun, ¡Muy osado de tu parte creer que porque el esposo de nuestro sultán no está en el palacio, piensas que serás el favorito! — todos en el harem ríen, haciendo que Candan se sienta humillado por la mujer frente a todos. — Jungkook Sultan es rey consorte, emperatriz del imperio otomano, tu solo eres un concubino, ten eso en mente... Además, pronto nuestro sultán volverá al palacio y en ese momento, será tu fin, tus mentiras saldrán a la luz, el emperatriz del imperio otomano será liberado de la culpa de la mentira que tu inventaste, y tu.. morirás — susurró lo último en el oído del concubino y se fue dejando a todos algo sorprendidos.
Candan solamente esperaba que su majestad no se enterase de la verdad o sino, realmente sería su fin.
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Gracias a Gevherhan se enteró que su decreto fue aprobado por el consejo imperial, estando un poco más tranquilo, tomó un pequeño sorbo de café mientras Mehmed y Mihrimah jugaban en el piso alfombrado frente a él.
Ahmed y Hanzade estaban en sus cunas a su lado, se sentía feliz de tener a sus hijos cerca, se sentía pleno al ver a sus príncipes felices.
— Mihrimah, querida mía, ven aquí, por favor — sonrió levemente dejando el vaso de oro sobre la mesita de centro que estaba frente a él. Su hija rápidamente hizo caso y ya estaba sentada a su lado. — esto es muy especial para mi, su majestad me lo regaló en nuestra primera noche juntos, ahora yo te lo daré a ti, mi pequeña sultana — suavemente, tomó el collar con el tulipán de la dinastía otomana y lo puso con cuidado en el cuello de su hija. — es el tulipán de la dinastía y ahora, yo te lo doy a ti, Mihrimah.
La pequeña Mihrimah abrazó al mayor y esté besó su frente con todo el cariño del mundo.
— Ve a jugar con tu hermano, querida — acarició la mejilla de la menor y sonrió.
La pequeña sultana haciendo caso a su padre fue a seguir jugando con su hermano, sonriente debido al regalo del mayor.
Jungkook miró en su mano su anillo de matrimonio, un hermoso anillo de oro con una piedra preciosa de lapislázuli en forma de gota, aquel anillo con el que Jimin había prometido amarlo siempre.
Extrañaba a Jimin, lo necesitaba cada maldito día, joder, necesitaba abrazarlo y besar aquellos labios que lo volvían loco pero no regresaría hasta que el mayor supiera la verdad, cómo Candan sería su sirviente personal le haría pagar cada lágrima que soltaron sus hijos y él.
— Padre, llegó una carta de su majestad en la que pedía verlo y pedía que usted regresará al palacio — habló Gevherhan sacando al mayor de sus pensamientos.
— Iré al palacio a ver a su majestad, pero no regresaré hasta que él descubra la verdad de todo — se levantó y le ordenó a un guardia alistar su carruaje para ir al palacio Topkapi.
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Jungkook ya había llegado al palacio Topkapi y con cuidado bajó del carruaje, acomodó su corona y entró al palacio.
— ¡Atención, abran paso a Haseki Jungkook Sultan! — todos los guardias, sirvientes y criadas del palacio hicieron una reverencia para el Haseki del sultán.
— Iré a ver a su majestad a sus aposentos, no quiero interrupciones — le dijo a Berat Kalfa y a pasos rápidos, llegó a los aposentos de Jimin.