Capítulo 3.

Escuchaba por enésima vez los gritos de mis padres en la sala, no me hacía falta saber porque discutían, todo esto se había vuelto una rutina para mí. Coloque la música a todo volumen tratando de normalizar el hecho de que cada día se gritaban más. Ellos eran diferentes cuando estaban separados, tenían su luz propia, luego mi madre descubrió su infidelidad, y ahí quedo todo el amor que algún día se tuvieron.

Me recosté en el espaldar de mi cama. Escuchaba mi música a todo volumen porque ya no podía con esto, hasta que un mensaje llego a mi móvil.

Josh…

Estas?. Paso por ti, películas en mi casa. Te amo.

Su mensaje me lleno de vida, mi mejor amigo podía causar esa impresión en mí, tan solo tengo 15 años no debería vivir esto, esto no es justo. Sonrío dejando caer una lágrima en mi mejilla, la limpie de inmediato, corrí hacia mi armario y busque lo necesario.

Escuche el auto de Josh, así que baje las escaleras deprisa. Encontrándome con mi padre en el sillón, viendo la tv.

-A dónde vas?.-Preguntó abruptamente sin quitar su mirada de la televisión. Sostenía mi ropa con fuerza, me enojaba como olvidaban el hecho de que hace unos momentos estaban gritándose.

-Saldré con Josh.-Él asintió en aprobación, tome las llaves de la casa. Quería salir de ese lugar ya.

-Lo siento…-Confiesa con voz rota, mirando la tv. Mi corazón se hace añicos al escucharlo decir eso, mi pecho se contrae y siento la presión. Mis ojos se llenan de agua, abrí la puerta con necesidad. Siento como mis manos tiemblan, salgo de la casa encontrándome con la imagen de un porsche enfrente de lo que muchos podrían llamar hogar. Josh baja del capo de su auto, sonrío con pocos ánimos. Él se acerca a mí, toma mis mejillas, y trato, por dios que trato de contener mis lágrimas. Él tensa su mandíbula, me suelta para caminar hacia la puerta de la casa, pero no se lo permito.

-Vámonos, por favor. –Suplico, secando mis lágrimas rebeldes con la manga de mi chaqueta. Josh toma mi mano y me lleva hacia el coche. Me abre la puerta del copiloto, entro, y él cierra la puerta con delicadeza. Corre rodeando el auto, luego abre la puerta y toma asiento a mi lado. Nos regalamos una sonrisa. Él enciende el auto, un silencio abrumador ronda dentro de él, hasta que…

-Otra vez…-Trata de buscar las palabras más delicadas para suavizar mi situación, pero me niego a que me tenga lastima, así que le doy una seña despectiva al caso, a lo cual él simplemente asiente en respuesta.-Y si mejor no vamos a mi casa?.-Pregunta. Yo por otro lado observo las calles que están un poco solas, bajo la ventana, permitiéndome recibir el aire que a veces me falta en mi hogar. Cierro mis ojos, simplemente quiero oír los latidos de mi corazón, quiero que alguien me diga que todo va a estar bien…pero nadie lo hace, y la única persona que conoce mi situación me apoya…pero a veces creo que no es suficiente.-Oye! Responde.-Pide con una sonrisa en su rostro, lo cual me hace olvidar, y sonreír un poco más.

- Si.-Contesto, cierro la ventana, me dispongo a buscar música en el radio todo el camino.-Haz hablado con Kira?.-Pregunto buscando un tema de conversación con él, hace una mueca de desagrado.

-He tratado…pero ella sigue con él, no quiero que la vea, ni mucho menos la toque. Me enerva que ella aun así viva con él.-Aplano mis labios, frunzo mis cejas. No entiendo cómo es que Kira esta con ese chico, es realmente desagradable, pero aun así lo ama, y eso es algo que no comprendo: ¿Cómo amas a alguien que te hace tanto daño?. Ese día busque respuestas en todas las situaciones que he vivido con mis padres, pero aun así no lo entendí.

Y esa respuesta en el futuro…iba a ser contestada por la persona menos esperada.