—Y bien, ¿A dónde me llevas? —pregunté.
—Es una sorpresa Johnson, y no abrás los ojos hasta que yo te diga.
—Está bien —suspiré.
Creo que caminamos 4 cuadras más hasta que llegamos a donde Ashton había planeado.
—A la cuenta de 3 abres los ojos ¿Está bien?
—Sí. —sonreí.
—1....2...3. —quitó las manos de mis ojos.
—Wow, Ashton es precioso. ¿Tú hiciste todo esto? —dije llevandome las manos a la boca.
—Sí, bueno casi todo, mamá me ayudo con la comida por que no quería que la cocina terminará incendiada. —se rascó la nuca riendo apenado.
—¡Gracias! —estaba más que feliz, me le tiré encima a Ashton para darle un abrazo.
—De nada Megan, esto es poco comparado con lo que de verdad haría por ti.
Me quedé helada con aquella oración.
(...)
El rato se pasó volando, eran las 8:00 pm creo que me metería en problemas.
—¡Maldición! Ashton me tengo que ir ya, es demasiado tarde y Romina me matará.
—¡Cielos! Te acompaño. —se levantó de su asiento rápidamente.
—Pero si ella te ve conmigo no me dejará verte más. —dije angustiada.
—Megan, es muy tarde, no puedes irte sola, no me perdonaría si te pasa algo.
—Uhm está bien ¡Vámonos! —dudé por unos segundos pero luego lo jalé del brazo para apresurarlo.
Llegamos en tiempo récord al orfanato y por suerte Romina no me esperaba en la entrada.
—Gracias por traerme Ashy Ash, me tengo que ir nos vemos mañana. —Reí al darme cuenta que aquel apodo había salido de mi boca.
—Cuidate mucho y suerte con la bruja de Romina... —besó mi mejilla y justo en ese momento abren la puerta.
—¡Maldita sea casi me sacas el corazón Alexa!
—Lo siento Megan, hola Ashton. Siento interrumpir pero debes entrar ahora Romina y Clara ya estan esperándote en la sala. Quieren hablar contigo.
—Maldición. Nos vemos mañana Ashton.
Clara era la segunda al mando en ese horrible lugar, era tambien la psicóloga. Era más agradable que Romina pero nadie la quería conocer enojada.
—¡Dios! Hasta que apareces niña. Estás castigada. —gritó Romina enfadada cuando entré por la puerta.
—En serio lo siento pero no había más autobuses y perdí la hora. —expliqué.
—Esa no es excusa. Sientate tenemos que hablar contigo sobre algo muy importante. —ordenó Clara.
Clara y Romina no dejaban salir a los niños a la calle, incluso tenían para ellos un transporte especial que los llevaba y traía aquí pero si tenías de 15 años te brindaban un poco más libertad.
—¿Sobre qué?
—Te han adoptado. —se emocionó Romina, como diciendo que al fin se desharía de mí y mis problemas de adolescente.
—¿En serio? —Dije emocionada. —¿Quién?
Por un momento comencé a creer en el destino y en que todo estaría bien pero realmente no fue así sino me convencí de que mi vida era una tortura y un completo desastre...
—Cristopher Johnson... —susurró Clara con el miedo de lo que fuera a pasar después de decir aquel nombre.
—¿¡Qué?! ¡Ese hombre no! Perdió todo el derecho sobre mí desde que me dejó aqui hace años.
—Él ha cambiado Megan, y está muy arrepentido. —explicó Romina.
—¡Pero es qué eso no puede ser! ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando ya casi soy libre?
—Megan por favor, —trató de clamarme. —tu salida del orfanato se aplasa a 2 meses después de lo previsto.
En este punto yo ya no lo podía creer, estaba a un mes de salir y tenía que esperar más tiempo y al salir vivir con un estúpido hombre del que no quería saber nada.
—¡Todo esto es una vil porquería!
Yo no quiero estar ni un minuto más en este lugar. ¿Por qué me hacen esto? —estaba gritando cegada por la ira. Lágrimas, una tras de otra recorrían mi cara.
Mi vida no podía ser peor ahora.
(...)
Salí del orfanato y caminé hacia la esquina encontrandome con Ashton, corrí hasta sus brazos rompiendo en llanto.
—¿Megan? ¿Qué te ocurre? —me abrazó preocupado.
Sollocé.
—Mi padre viene por mi en dos meses. Yo no quiero vivir con ese hombre, no quiero.
—Megan, por favor tranquilizate. Podemos encontrar una solución a toda esta basura juntos. Prometo que estarás a salvo mientras yo este contigo.
—Nunca me dejes, por favor.
—Nunca lo haré.