…Estaba lloviendo, había mucha brisa, recuerdo ver a una señora que se la había caído el paraguas, la tormenta era terrible, vi a una muchacha un tanto peculiar, la tormenta estaba casi llevándosela, decidí ayudarla y prestarle mi paragua. La lleve a la plaza que quedaba cerca de mi casa y platicamos un poco:
- Gracias por ayudarme -me dijo-
- No hay problema, ¿Sabes? me recuerdas a una muchacha que un día conocí
- Enserio -se empieza a reír- me llamo Esmeralda ¿y tú?
- Me llamo Dave
- Yo he oído de ti, ¡Tu eres el que salvo el planeta!
- Si ese soy yo -le miro unas heridas en la mano ¿De que son esas heridas? -le pregunte-
- Son solo unas cicatrices de cuando era niña
No le creí, ya que se veían recientes y yo se cuando alguien miente, pero la tormenta ya había bajado, así que ella se fue a su casa, y yo también, donde me encontré una sorpresa, ¿Qué hacia aquí? Era un viejo amigo, Steven, después de tanto tiempo nos habíamos reencontrado, le pregunte
- ¿Steven?
- ¿Tu eres Dave? ¡Ni te reconozco!
- Pues bueno, he ido creciendo ¡Ya tengo 18 años!
- ¿Qué? ¿Enserio?
- Pues si ¿Qué crees? ¿Que no iba a crecer?
- Pues no pensaba eso, pero verte después de tanto tiempo es increíble ¡Estoy viendo el que salvo el planeta entero!
- ¿Tu también de enteraste verdad?
- Pues sí, quien no. Como sea, a lo que vine, te tengo una misión
Una misión, ¿Después de tanto tiempo y lo que me dice es que necesita ayuda de mí? En realidad, no me importa, quizás cuando estaba pequeño si, pero he crecido, y una madura con el tiempo. Era tiempo de ver de que se trataba la misión