The other Gilbert

Capítulo 3

Me encontraba en clase de historia. Algo que normalmente me encanta, pues me apasiona la asignatura. Noto como Matt me está mirando muy fijamente y eso hace que me incomode. Decido girar un poco mi cabeza para encontrarme al chico de los baños. Me le quedo mirando unos segundos, hasta que él se gira y nuestro ojos chocan. Yo con una sonrisa vuelvo a prestar atención a la clase. De pronto noto como mi móvil vibra y disimuladamente, con cuidado de que el profesor no me pille leo el mensaje. Cuando enciendo el móvil me doy cuenta que me lo ha enviado Bonnie.

 

“El guay te esta mirando.”

 

Vuelvo a guardar el móvil con una sonrisa en mi rostro e intento prestar atención a la clase. Después de salir del instituto, me dirigí al cementerio. Cuando llegué me dirigí a la tumba de mis padres y mi hermana. Tengo que admitir que todavía no he terminado de asimilar que ya no están conmigo, pero lo que más me cuesta es que ya no van a estar ahí. Puede que suene mal y que no tenga corazón, pero a la que más echo de menos es a Elena, mi hermana, ella no era una simple hermana, era mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera de travesuras, ella era mi pilar en la vida, era la que se quedaba a dormir con migo cuando de pequeña tenia una pesadilla, ella siempre fue la más valiente de las dos y siento que nunca podré llegar a estar a su altura. 

 

Cuando llegué me senté en el suelo y noté que algo húmedo en mi mejilla derecha. No me había dado cuenta de que estaba llorando. Limpie mi lágrima, con la manga de mi jersey y saque mi diario. Este tenía una cubierta verde esmeralda, el color favorito de mi hermana.

 

“Querido diario, me las he arreglado. He debido de decir "estoy bien... gracias" al menos unas 50 veces, sin sentirlo una sola vez. Pero nadie se ha dado cuenta. Cuando me preguntan "¿Como estas?", no quieren realmente una respuesta.”

 

De pronto oigo el graznido de un cuervo, a si que instintivamente he levantado la cabeza, para encararlo.

 

- Vale, hola pájaro- como respuesta obtuve un graznido de su parte.

 

-Una respuesta un poco siniestra.- Tras decir eso siento como empieza a aparecer mucha niebla. Asustada me levanto e intento espantar al cuervo.

 

-Fuera- digo mientras muevo mi mano para ahuyentarlo. Cuando logro asustarlo, se va. -lo que yo decía.-Me doy la vuelta y me encuentro al cuervo negro posado en la lápida en la que yo estaba graznando. Asustaba por aquel sonido, pego un bote hacia atrás. Me agacho, bajo la atenta mirada del cuervo y me dispongo a coger mis cosas. Una vez que tengo todo, me doy la vuelta y me empiezo a marchar del cementerio. Cuando me doy la vuelta, veo una sombra detrás de un ángel de piedra y todavía más asustada acelero mi paso. Al darme la vuelta de nuevo veo la sombra más cerca y empiezo a correr colina abajo. Ocasionando que me tropiece y me rasguño la rodilla. Me levanto y al volverme a girar me encuentro con el chico misterioso de los baños.

 

-¿Estas bien?

 

-¿Estabas siguiéndome?

 

-No, te he visto tropezar.

 

-Ah y estabas por casualidad en el cementerio.

 

-De visita, tengo familia aquí.

 

-Oh, caray. Que tacto perdona. Lo siento es la niebla y ahí detrás había un pájaro. Parecía de Hitchcock por un segundo. Era suya la peli de los pájaros, no?-seguro de lo nerviosa que me he puesto debo de estar hablando rápidamente. El me da una sonrisa cálida y amable que me hace tranquilizarme un poco.- Me llamo Lara.

 

-Yo Stefan.

 

-Lo se, vamos ha historia juntos.

 

-Y a lengua y francés.

 

-Cierto.

 

-Oh- dice mientras me quita una rama de mi pelo.

-Gracias.

 

-Bonito anillo.

 

-Oh es de mi familia, lo llevo siempre. Es increíble eh.

 

-No, no pero hay anillos y luego está eso.

 

-¿Te has hecho daño? ¿Que si te has hecho daño?- Menuda manera más rápida de cambiar de tema.

 

-No lo se.- me dirijo a un tronco que hay y levanto el pantalón un poco.-Oh, fíjate. No tiene buena pinta eh.- digo mientras me dirijo a él, pero lo encuentro con la cabeza volteada.- ¿Estás bien?

 

-Debes irte y curarte eso-dice todavía sin mirarme.

 

-Enserio, no es nada- digo mientras dirijo mi mirada de nuevo al pantalón para bajarlo. Cuando me vuelvo a dar la vuelta. Me encuentro con que Stefan ya no está. Dejándome totalmente desconcertada, por la rapidez con la que se ha ido.

 




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