Sarah:
Me siento usada, maltratada y despreciada. Fui una idiota al confiar en Trevor y una ignorante al no entender las pistas que me daban. Estoy en el restaurante italiano, en una mesa esperando a que Luke se digne a hablar.
—Lucas Weasley, me hiciste venir hasta aquí porque tenías algo super importante que contarme, ¿qué esperas para hablar?
—Bueno... —comenzó a hablar— Tengo novia, llevo un año saliendo con ella y quiero pedirle matrimonio.
—¡Luke está enamorado! Pídeselo. ¿Quién es? ¿Por qué nunca me dijiste?
—Siempre tienes algo que decir, eh. Por eso acudí a ti, bueno, también porque eres mi mejor amiga. Se llama Lea Smith, trabaja aquí... también es mesera.
—¡Lea! —alzo la voz super sorprendida— La amiga de Trevo... del señor Grace, mi jefe. Ya la conocí.
—¡Enserio! —se le iluminaron los ojos, me alegra verlo feliz. Jamás me lo imaginaría en una relación seria y duradera.
》Y además —amplió Luke—, ella... está... embarazada. De mí.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Cuanto?
—Sí, está embarazada. ¿Cómo? La delicia del sexo, muchas veces. ¿Cuando? Hace 2 meses. ¿Cuanto? Ya respondí esa pregunta. Creo que hice un buen trabajo. Estoy feliz porque me convertiré en padre.
Lo miré sorprendida y alegre.
—¿Que Luke qué? Feliz de que hizo un buen trabajo embarazando a su novia y de que va a ser padre. Wow, esa chica hizo un gran cambio en ti. El Lucas Weasley de hace 5 años nunca hubiera dicho eso. Me sorprendes, amigo. No eres el Luke que yo conozco. Jamás me esconderías algo así durante tanto tiempo. Eres mi mejor amigo, Luke. Puedes confiar en mí —concluyo cambiando mi semblante a uno serio.
—Lo sé, lo sé. Sarah, yo te quiero mas que nada ni nadie en este mundo, solo quería que fuera un misterio y luego sacarlo a la luz para que te enorgullecieras de mí.
Lo miré comprensiva.
—Luke, yo siempre he estado orgullosa de ti. Sin importar las estupideces que hagas o lo idiota que te vuelvas.
—Gracias, Sarah Queen of my dreams.
Puse los ojos blanco.
—De nuevo con ese apodo, Lucas.
—Sí, Sarah Queen of my dreams —recalca las ultimas palabras.
—Lucas Bear my server —lo pullé sabiendo que odia que lo llame así.
—Oye.
—Eso es venganza.
—No, ¡esto es guerra! —sonríe malicioso.
Así pasamos las siguientes horas, riendo, recordando cosas de nuestra infancia y adolescencia; eso me hizo sentir mucho mejor. Luke siempre hacía que estuviera feliz, eso es lo que más me gusta de él. Él es mi 'Lucas Bear my server', jamás lo olvidaré.
Flaskback*
Ahí estaba yo, una pequeña Sarah en el patio de su casa en Vancouver, cuando la vida era perfecta en mi país natal, no puedo creer que se me dio la pinche idea de mudarme de este paraíso hacia ese infierno.
—Luke, vamos a la casa del árbol a jugar —le digo a mi mejor amigo.
—¿Y a qué jugamos?
—Yo seré una reina y tú seras mi valet.
—Agamoslo más interesante —sonreí curiosa a su propuesta—. Seamos animales. Yo seré un oso. Brr, y tú serás una leona. Grr.
—Me parece bien, Luke.
Ya estábamos en la casa del árbol.
—Y... Sarah Queen of my dreams —dice Luke con un tono seductor adorable, yo suelto una carcajada—, quiero decirlo algo.
—Lo que desees, Lucas Bear my server —respondo como toda una honrosa y poderosa reina.
—No quiero olvidarla nunca.
—Eso no pasará nunca, Lucas, vivimos en la misma ciudad.
—No es eso. Es que ya vamos a iniciar la primaria y no quiero que consigas amigos nuevos y que me olvides —menciona avergonzado.
—Eso nunca —digo segura.
—Nunca. Hagamos algo para que eso sea seguro —sonrió Luke pícaramente.
—¿Qué cosa? —yo, una inocente niña de 6 años que no sabía lo que tramaba su mejor amigo.
—Tengamos nuestro primer beso juntos —no pensábamos en lo que hacíamos.
—B-bueno —respondo extrañada.
Luke se me acerca, coloca sus manos en mis mejillas, él es un poco más alto que yo, se inclina y besa mis labios inexpertos, yo respondo tímidamente y siento una caliente corriente eléctrica por todo mi cuerpo y me separo, estábamos sudando y respirando entrecortadamente.
—¡Lucas! ¡Ya nos vamos! —grita la mamá de Luke.
—Ciao, Sarah Queen of my dreams.
—Adiós, Lucas Bear my server.
Él salió de mi casa y se fue a la de él.
Ese fue un GRAN momento.
Fin Flashback*
Lo miré fijamente a los ojos sin borrar la sonrisa de mi cara y enarqué una ceja, interrogativa.
—Irán a la exhibición de mañana a las 1900, ¿cierto?
—Por supuesto... —me sonrío pícaro— que no.
Lo miré desconcertada, ¿qué estaba diciendo?
>> Hubieras visto tu cara —se mofó de mí—. Claro que iremos, Sarah.
Puse los ojos en blanco y sonreí satisfecha.