Desde tiempos inmemorables los seres de la mitología a lo largo de la historia nos ha llegado; pero ¿cuál es la verdad detrás de todo esta mezcla de mito y realidad?
Desde la Grecia Clásica hasta nuestros días se conoce la leyenda nacida en la antigua Persia: el registro más antiguo que documenta la existencia de los vampiros es un vaso con el dibujo de un hombre luchando contra una extraña criatura que intenta succionar su sangre.
Pero, aquel descuido fue la causa de su extinción plena hacía los humanos.
Noche tras noche los gritos llenos de terror de las personas corriendo de un lado a otro para escapar de 'ellos' se oian por todo el bosque, aquello era la rutina para los vampiros, casar su propio alimento.
Como todo clan tiene a su líder, este se hallaba sonriendo mostrando sus colmillos llenos de sangre, el ser más despiadado, el más temido del clan; Jeon JeonGguk.
--- Humanos débiles e inservibles --- dijo pateando el cuerpo inserte de un niño.
Los gritos seguían por todo el lugar, la sonrisa del vampiro alfa fue desapareciendo poco a poco viendo como la situación se volvía tediosa y aburrida.
--- Matad a todos los humanos --- ordenó con seriedad --- el amanecer vendrá pronto así que será mejor que lo hagais rápido.
Dió media vuelta caminando lejos de donde su clan se hallaba pero su mano derecha le detuvo, se acercó a su oído susurrando:
--- Los lobos están cerca, señor ---
--- Maldición --- murmuró Jeon JeonGguk mirando hacia el bosque donde dos grandes criaturas de pelambres negros se asomaron saliendo de forma amenazante seguido por más lobos de la manada.
--- Será mejor irnos, ahora --- demandó serio haciendo que todos del clan se acercarán a él esperando otra orden.
El lobo que parecía ser más grande que los demás dió tres pasos al frente gruñendo mostrando lo afilado que estaban sus dientes.
--- Todos regresen al castillo, tened cuidado con los lobos --- habló intranquilo sabía que de una u otra forma debería salir con al menos una herida ya que parecía que toda la manada estaba frente a él con el propósito de matar a su clan o tal vez solo a él.
Todos los vampiros recibieron la orden de volver acatando aquello salieron corriendo siendo seguidos por varios lobos.
--- Ni hablar --- dijo atrapando a un lobo que al momento lanzó contra un árbol.
Los demás lobos corrieron hacia él gruñendo, JeonGguk se preparo para lo que venía, en guardia evito las mordidas de los lobos corriendo lo más rápido por todo el bosque en dirección opuesta hacia su territorio.
<Joder, de esta no lograré salvarme>
Pensó de forma pesimista mirando hacia atrás donde varios lobos corrían tras de él intentando rodear su cuerpo.
Se detuvo abruptamente atacando a varios lobos sin morderlos pero con una gran fuerza lanzando sus grandes cuerpos contra el suelo o contra los árboles, seguidamente el lobo de pelambres negros como carbón logró atrapar su cuello causando que diera un gran gritó de dolor.
En su desespero movió las manos y pies intentando quitarse los grandes colmillos que cada vez se enterraban en su cuello, puso sus manos en su hocico abriendo poco a poco esta liberándose de aquello que sería su muerte. Logró quitarlos de forma definitiva, con las pocas fuerzas que tenía empujó al gran lobo para luego llegar a ponerse de pie comenzando a correr de nuevo, necesitaba encontrar un escondite lo más pronto posible o realmente moriría por aquellos enormes lobos quien lo perseguían para darle su fin.
Uno de los lobos dió un aullido que resonó por todo el bosque, ahí se había dado cuenta de algo.
<¿¡No era toda la manada!?>
Pensó angustiado.
Por primera vez en sus trescientos años de vida temía por ella, se encontraba solo con una gran herida que no sanaria por falta de sangre, y estaba siendo seguido por la manada que, sorpresa, no era toda.
Estaba en un jodido lío, lo sabía pero siguió corriendo respirando de forma artificial angustiado, no supo el tiempo que paso corriendo pero logró llegar a un pueblo que yacía en un pulcro silencio.
Volteo hacia atrás viendo como los lobos detenían su andar a los límites del bosque, aquello era bueno pero necesitaba sangre o moriría por las heridas que aquella manada le había hecho.
Caminó entre el pequeño pero suficiente espacio que daban casa por casa intentando encontrar a un ser humano, pero el pueblo parecía estar abandonado. Sin más se recargo sobre la madera de una casa dejándose caer al suelo con fuerza cerrando sus ojos, ya no le quedaban fuerzas para seguir, dejo que la noción del tiempo diera con él para hacer su muerte menos dolorosa.
--- ¿¡Está bien!? --- una voz lejana se escuchó, JeonGguk abrió sus ojos encontrándo a un chico con una expresión preocupada sosteniendo sus hombros.
--- ¡Señor, esta sangrando! --- habló alterado observando como el chico pelinegro se encontraba con unas enormes heridas en todo el cuerpo en las partes rasgadas de su ropa.
JeonGguk logró oler el atrayente dulzón que destilaba la sangre de aquel chico, quería probarlo, necesitaba de su sangre.