The Search in the Dark

Capítulo 5: Ortros

Ambas estábamos subiendo con cuidado las escaleras de mano para llegar al cuarto piso, en eso tras llegar ahí vimos una criatura enorme, era como una especie de perro de dos cabezas que estaba lleno de pelo, además que era completamente negro, tenía unos enormes colmillos en su hocico, con solo verlo era aterrador; en este momento estaba dormido, pero temíamos que despertara y nos atacara.

En el momento que pusimos un pie en el piso nos escabullimos detrás de una cómoda donde empezamos a hablar en voz baja.

- Muy bien, ya llegamos al piso, ¿Pero... por donde subiremos? - dije yo; estaba completamente llena de nervios y también temía que se despertara ese perro de dos cabezas - Ese extraño perro está ahí.

- Ese perro es un Darker de tipo canino... está basado de una historia muy antigua, según es lo que agregaron los Darkers; su nombre es Ortos, y no es bueno despertarlo porque si eso sucede, el se enoja y mata sin piedad a quienes estén cerca, muchos han sido víctimas de él...

- No tenías que decirme eso cuando no lo necesitaba, con solo ver su tamaño bastaba para saber que era de temer.

- ¿Fueeeh? Solo quería mantenerte informada.

- Lo único que quiero que me digas es donde está la escalera - tras haberme enojado un poco, mi voz llegó a subir de tono, ocasionando que el perro hiciera algunos movimientos por un momento; él no se despertó, pero si nos dejó a mi y a Alice con el susto.

Alice miró cuidadosamente alrededor de la zona y cuando encontró algo, su cara se veía sorprendida, o aterrada, no sabía que pensar.

- Encontré las escaleras, pero...

- ¿Pero? - pregunté a Alice, no entendía porque razón era el pero.

- Están detrás de Ortros...

Tras haberme sorprendido por lo que dijo Alice decidí echar una ojeada también, y al parecer era completamente cierto, las escaleras estaban exactamente detrás de donde estaba durmiendo el perro.

- Podría usar a Alice como carnada y subir por mi cuenta...

- Sabes que te puedo oír, ¿verdad?

- Si, por eso lo dije.

- Eres muy mala Ayumi.

- Solo... deja de decir tonterías por favor.

- Está bien... Fuehh...

Su sonido de Fuehh me hartaba al principio pero con el tiempo me fui acostumbrando, ahora me parecía menos irritante que antes, así que no le dije nada por haber hecho el sonido.

- Alice, tendremos que pasar detrás de él... - dije yo. Me aterraba la idea de hacerlo, pero era la única opción que teníamos las dos, si existía una forma de llegar a la escalera, era esta, y a pesar de que era arriesgada, teníamos que tomarla.

- ¿Estás segura Ayumi? - dijo Alice con un tono temblante en su voz. Ella se veía demasiado asustada; su rostro y su cuerpo lo decían, ella temblaba demasiado y su cara estaba algo perdida en el temor; ni siquiera podía mantenerse estable.

- Es la única opción que tenemos Alice, hay que hacerlo - dije yo con un tono de voz determinado y una mirada seria. Tenía que verme fuerte, al menos para que Alice se tranquilizara un poco; si ella seguía en su estado es posible que ella pueda dificultarnos alcanzar las escaleras, así que ella tenía que estar tranquila.

- Está bien Ayumi... - Alice se notaba algo aliviada, pero seguía teniendo miedo.

En mi mente yo estaba aterrada, actualmente me siento algo débil, así que no se que tanto aguantaría yo peleando contra ese perro, solo tenía que evitar despertarlo y asegurarme que Alice no lo hiciera tampoco.

Empezamos a caminar en dirección a las escaleras, estábamos tranquilas hasta que llegamos a la parte difícil, pasar por detrás del perro; nos intentamos escabullir por detrás, el espacio era muy estrecho, así que si nos movíamos de más, nos podríamos tropezar o peor, hacer tope con el perro; teníamos que mantener una enorme distancia de él y nosotras.

Alice se estaba tapando la boca, ella se veía muy aterrada y temblorosa ¿De verdad el perro es tan peligroso? Pensar en esa pregunta hizo que perdiera la concentración que tenía, ocasionando que yo dejara de estar tranquila.

Alice volteó a verme, pudo observar como yo estaba perdiendo la falsa tranquilidad que mostraba; queriendo controlar su temor, empezó a morderse la mano; ella se intranquilizaba más con solo verme, pero al morderse la mano logró concentrarse en su dolor en vez del temor que estaba sintiendo.

Yo no estaba tan tranquila que digamos, la pregunta que formulé en mi cabeza unos segundos antes inició todo un temor lleno de dudas dentro de mi cabeza, ahora solo era cuestión de tiempo que me alterara de más y perdiera el control.

- Ayumi... nosotras podremos - esa fue Alice, que de alguna forma intentó mantenerse tranquila para que yo me calmara, no daba mucho resultado, pero de esa forma logré volver a concentrarme en lo que debía hacer.

Habíamos llegado a las escaleras, Alice me hizo unas señas como diciéndome "Yo iré primero", decidí tomar acción y con gestos responderle "Está bien"; tras eso Alice tomó la escalera, cuando de pronto una extraña muñeca cayó. Tomé la muñeca con mi mano y esta de repente dijo.



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En el texto hay: aventuras

Editado: 14.11.2019

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