The truth after clues.

Capítulo uno.

Noviembre 7, 2000.

Los tres pequeños amigos, jugaban a las escondidas en la calle justo al medio día. El padre de Laurence, lo llamó a comer invitando también, a sus queridas amigas Madison y Eleannor.

En medio de aquel almuerzo, los tres pequeños hicieron desorden utilizando poderes un poco violentos para ellos llevándose así un castigo por parte del señor Villains.

Al pasar su castigo, los pequeños, volvieron a la calle a jugar, esta vez, 
más tranquilos,cada uno veía crecer a los otros, y comenzaban a nacer 
sentimientos que nadie imaginaría que sólo tres niños tendrían.

Llegó el cumpleaños del pequeño Laurence, sus dos mejores amigas y él, estaban más felices que nunca. Los regalos llenaban la casa al conjunto de la fiesta de sus padres. Habían niños, risas, hechizos, juegos y música por 
todos lados.

Madison, tomó una pistola de agua...Bueno, hielos, y comenzó a correr hacia Eleannor para mojarle. Ambas, terminaron arruinando sus vestidos pero a  ninguna les importaba, sólo querían diverción. Laurence, se burló y ambas tomaron venganza lanzándole agua también.

Los tres volvieron a teer castigo por aquellos hechos, pero seguían jugando aún en su castigo, cosa que no deberían haber hecho. Así que la señora Wells, madre de Madison, los regañó tan fuerte que lloraron como si les hubieran dado una golpiza y hacían rabietas estúpidas frente a todos. 

La fiesta pasó y los niños se habían dormido. Los padres, charlaban sobre sus hijos y los futuros de aquellos. Decían que debían mandarlos a una escuela de seres poderosos antes de que ocurra algo.Cuándo se hizo tarde, decieron irse a casa. Su vida a partir de ahora, no sería fácil. 

Los niños, nunca se interezaron en aprender a utilizar sus poderes como debían, decían que era aburrido, y los entendía perfectamente.

¿A quién le gustaría estar metidos todo el día en un aula sin diverción soportando maestros aburridos y ancianos llamándoles la atención por intentar hacerlos cumplir las reglas?

Así que, con poca edad, obligaron a sus padres a dejarlos en la normal. Donde las reglas se rompen y no pasa nada. Nadie hace nada y existe diverción a su manera. A pesar de los abucheos graves por no ser iguales. 

Sus padres aceptaron aquel hecho, sus hijos querían ser normales, como los  demás.

Los pequeños corrían en el pasillo y jugaban a que habían monstruos en el planeta y utilizaban sus poderes.

Madison, congelaba toda la casa mientras que Eleannor hacía hechizos de brujería moderna que había aprendido con su madre. Y Laurence...Él solo ayudaba a Eleannor con sus poderes. Era un mago, pero no sabía que hacer.

Amaban jugar así entre ellos, era su única forma de escapar de su triste realidad. De escapar de los abucheos de la humanida porque los tres eran distintos. Aunque ninguno coincidía con sus peculiaridades, ellos se amaban entre sí, y eso era lo importante. Eso no rompería alguna barrera entre ellos.

''Aceptarnos, estar juntos siempre y que nada nos corrompa.'' Eleannor, decía eso siempre, para tener cinco años sabía demasiado. Eso estaba bien, las brujas aprenden rápido. 

Mayo 16, 2004.

Los tres pequeños niños, habían crecido considerablemente. Aprendían cosas nuevas sobre la vida y descubrían nuevos métodos de diversión. 

Eran como imanes al metal.

Sus gustos iban coincidiendo cada día más. Celebraban sus días de vida, reían, gritaban, lloraban, e incluso, hacían ''crímenes'' hacia sus padres.

Escondían sus propios juguetes y se culpaban los unos a los otros.

Una muy linda infancia.

Madison y Eleannor jugaban a las muñecas, y  Laurence... Siempre les arruinaba el juego con su Godzilla en miniatura.

Lo castigaban por hacerlas llorar, pero ellas lo perdonaban y volvían a jugar como si nada hubiese pasado.

Se amaban mucho...Demasiado desde este punto de vista.

Cada viaje familiar, iban tomados de la mano, unidos como una cerca de madera.

Se empujaban y luego reían. Tal como eran los hermanos.

Sin embargo, ellos no se sentían hermanos.

Los pequeños niños, habían crecido considerablemente como para saber expresar todo lo suyo.

Laurence, notó que sus sentimientos por aquellas dos chicas, eran realmente distintos.

Por una, sentía amor, nerviosismo, mariposas en su estómago, algo más que una simple relación de hermanos u amigos.

Mientras que por la otra, la veía como su hermana menor, sólo aquello.

Todo eso era tan confuso para el pequeño Laurence, que por las noches, lloraba sin saber qué hacer.

No sabía como explicar aquello sin herir a nadie, no sabía como decirle a sus amigas que amaba a una y a otra no...

Laurence, comenzó a escribir todo en su ordenador,  quería tener todo en orden para él mismo, pero no quería que ni siquiera su sobra se entrase de lo que sentía.




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