Capítulo 6:
Es momento
STEPHANIE
Josie toca la puerta fuertemente por varios minutos esperando a que su padre abra. Creo que no está porque no se escucha ningún ruido dentro. Todo esto es muy extraño, no entiendo porqué hace como que no está, mientras que sus hijas pueden sentir la presencia de él a kilómetros.
—¡Vete de aquí, Damon! —lo escuchamos gritar antes de que abra la puerta.
Al parecer el inicio de esta visita es uno de los mejores que he vivido hasta el momento. Espero que todo cambie por el bien de todos, no quiero tener que ver algo sin sentido.
—Hola —lo saludamos.
Acaba de levantarse.
—No las esperaba —dice, pasando las manos por su rostro para despertarse.
—Necesito que nos digas lo que sabes sobre Hope y Liniers —le pide Josie con un tono de pocos amigos.
Me sorprende el modo en que le habla a su padre. Si yo le hablara así, el mío no estaría muy feliz y, mucho menos, orgulloso; al menos, eso es lo que creo.
—¿Te perdiste la parte en la que me salí de todo esto anoche? —le pregunta a Josie dejándonos entrar.
Todos los que alguna vez estuvieron conectados con lo sobrenatural, al parecer, ahora han firmado una sentencia para ya no ser parte. Eso es lo que parece desde mi lugar. Por suerte, las chicas no me han abandonado.
—Vamos, Ric —le pido haciendo una mueca triste—. Lo que sea que papá sabe, tú lo sabes. Sé que se preocupan mucho por nosotras, pero somos grandes y podemos con esto, Ric.
Este siempre es uno de los motivos por los que nuestros padres no nos quieren comentar sobre el pasado. Supongo que tienen sus recuerdos tortuosos, pero no es justo que no nos quieran ayudar por sus experiencias traumáticas.
—Pregúntale a Damon —me responde.
Suelto una risita divertida; él entiende lo que eso quiere decir.
—Sí, pero papá no está precisamente de humor para ayudarnos justo ahora —respondo con una pequeña sonrisa.
Detesto lo que pasa y nadie nos está ayudando.
—Por una buena razón. Porque no es seguro para él —dice Ric—. Hope se descarriló con la compañía de los Ancestros. Cualquier ser que tenga cordura, sabrá que lo mejor es alejarse de eso.
—Sí, pero todavía se está aferrando a su humanidad, lo que significa que todavía puede ser salvada —le responde Josie.
Eso es lo que estamos rogando y deseando.
—¿Y por qué tienen que ser ustedes las que la salven?
Esa pregunta me deja pensando por unos minutos. Sin embargo, antes de que pueda decir algo, Josie abre la boca y suelta:
—Porque no somos la clase de personas que abandona —le tira un golpe bajo a Ric, y yo sonrío internamente—. Mira, ella nunca nos abandonaría y yo tampoco pienso hacerlo.
Esta vez siento que tengo que hablar; tengo las palabras que me piden salir de los labios.
—Dinos lo que sabes —le pido cruzándome de brazos.
El silencio reina en la sala.
—Han estado rastreando a los Makaelson, ella y los Ancestros —dice dándose por vencido después de unos segundos—. Por toda la costa Este. Pensé que los teníamos justo fuera de Capital, pero... los Ancestros saben que los Mikaelson están aquí.
Al escuchar el final de su confesión, mi mundo cae al suelo junto con mi corazón.