Capítulo 25:
Katherine consiguió a Mikael
STEPHANIE
Cada segundo que pasa siento que pierdo todo lo que he conocido hasta ahora. Siento que mi vida ya no es lo que era. Todo esto cambió de un día para el otro y perder a los que quiero me ha hecho débil. Ahora sé un poco más de mi historia y la de mi familia, pero siento que hay cosas que me falta por comprender. No puedo culpar a mis padres por todo lo que me ocultaron durante tanto tiempo; la verdad los entiendo y comprendo que no me hayan querido explicar todo esto cuando era tan joven, ellos solo me querían proteger como ahora yo quiero proteger a mis hermanos y a mis padres.
Tengo muchos amigos que debo mantener con vida, pero sé que ellos se van a arriesgar sin importarles nada, ¿por qué? Porque cuando uno está mal, siempre hay un amigo que nos salva; en mi caso, mi amigo de toda la vida siempre fue Enzo, él siempre ha estado aquí para mí y ahora también está. Le pedí que no se fuera otra vez, ya que realmente lo necesito conmigo.
Estos meses han pasado rápido, ya siento que estoy perdiendo la fe, pero Enzo y Micaela me han estado ayudando mucho últimamente. Es más, ayer me he visto que Micaela y me ha confesado que tuvo más sueños con los Mikaelson y también con Hope; ella me comentó que Hope está en una especie de limbo ancestral, comandado por el Vacío. No puedo comprender lo que eso significa, pero ella debe saber más de lo que me ha contado.
Desde hace tres días, siento que Micaela y Enzo tienen muchas cosas para decirme, pero que no se atreven. Debe ser complicado empezar a abrir la boca y no puedo culparlos, hay mucho para perder en este juego.
Mientras que Micaela y Enzo se encargan de recuperar información en Mataderos, Josie y Lizzie me han estado enviando mensajes desde Mystic Falls y mis tías, Bonnie y Care, las están ayudando. Hoy todavía no tengo noticias y eso me duele.
Tengo que fingir que todo está bien cuando no es así, he escrito en mi diario millones de páginas con el dolor que siento. Siempre que empiezo con una línea la termino borrando porque creo que no es suficiente para los Mikaelson al despertar. ¿Por qué me duele tanto eso? Hace tiempo me lo vengo preguntando y sé que tengo la respuesta, pero no quiero decirla en voz alta ni hacer que quede en mi cabeza, ya que significaría que es la verdad… Eso me da miedo y tengo que aceptarlo.
Apago la luz del baño y entro a mi habitación. Ya no me sorprende ver a Enzo acostado en mi cama. Parece que está esperándome para decir algo importante, lo siento en mis adentros.
—Tenemos a Mikael —suelta de golpe.
¿Será la verdad? Ellos realmente tienen al padre de los Mikaelson.
Mi ceño se frunce ante la posibilidad de ver a ese hombre.
—¿Qué? —pregunto confundida—. ¿Cómo? No es posible, ellos están bajo un hechizo.
—Ni idea, creo que Katherine lo consiguió —me responde sin dudarlo ni un instante—. El plan está en marcha.
Lo miro sorprendida y él me mira arrogante.
—Te dije que sabía lo que hacía.
Me acerco a la cama y trato de quitar las sábanas para poder acostarme y descansar, pero su cuerpo no me deja.
—¿Tú no vas a reprocharme lo de Hope?
Claro que le reprocharía lo de Hope, pero no ahora. No me siento con las suficientes fuerzas para dejarlo sin respuestas. Por supuesto que me duele saber que no voy a poder hacer mucho en estos momentos, pero es la verdad: no tengo ganas de pelear… Hoy no.
—No, estoy cansada y lo único que quiero es dormir.
—Quería que el plan de Micaela y sus sueños funcionaran para verte feliz, pero… mi plan no funcionó —responde con tranquilidad y toma mi mano para verme a los ojos—. Perdón por haberte fallado. También estuve haciendo una leve investigación sobre mí.
¿Sobre él? No lo entiendo, ¿qué es lo que está pasando?
Me acuesto en la cama y me cubro con las sábanas. Cierro mis ojos tratando de que entienda que estoy muy cansada, pero él sigue hablando.
—Creo que el arma de Mikael es una estaca porque mencionó algo del tema. Step, hay algo que debo contarte y no se trata sobre los Mikaelson… —Me mira—. Soy un Guardián —confiesa.
¿Un Guardián? ¿Qué es… un eso? No entiendo a lo que se refiere, pero me da miedo de que Enzo vuelva a salir herido un día de estos. Me gustaría que se fuera, aunque sé que no lo hará. Enzo jamás nos dejaría de este modo en el que estamos. Si las cosas se llegan a solucionar, puede que él diga adiós a Argentina, pero ahora —como están las cosas— lo dudo mucho. ¿Él sería capaz de eso?
—Puede que la hubiera tallado del roble blanco antes de quemarlo —murmuro y regreso al tema de los Guardianes—. ¿Qué es un Guar… eso que eres? —Alzo ambas cejas.
—Tenía razón, después de todo, la pared nos ha llevado a Mikael. Sí… —Me mira con una pequeña sonrisa y asiente—. Mi padre tiene un par de libros y allí está sobre los Guardianes, sobre una Corte celestial y otras cosas que no tuve el valor para leer —confiesa.
Lo que me está contando, me hace dibujar una mueca en mis labios.
—Nos ha llevado a mucho más. Creo que no solo estamos nosotros. —Lo miro esperando a que profundice la información acerca de los libros que ha encontrado—. ¿Eres un Guardián? Yo creí que Elizabeth era una guardiana, pero… —Bajo la cabeza y luego niego—. No me explicaron mucho sobre esas investigaciones, ¿podrías hacerlo tú?