Capítulo 37:
¿Cómo tenemos?
STEPHANIE
—¿Tenemos? —me pregunta Elijah, y yo asiento.
—Hagamos lo que hagamos, tenemos que hacerlo rápido —sentencio, y Freya asiente.
—Bueno, no pensaba en ir a bares. No quiero quedarme más tiempo del que tenemos, pero tenemos que irnos —dice Freya, y Rebekah asiente.
—Espera, espera, ¿no lo vamos a hacer hoy…? —Kol toma mi mano para detenerme de ir al auto.
—¡Kol! —chilla Freya ante la pregunta—. ¿Es necesario?
Elijah y Klaus niegan.
—¿No ha sufrido Hope suficiente? —le pregunta Rebekah.
—Sí. Y yo he muerto. Tres veces —le responde sin saltar mi mano—. No estoy por dar una oportunidad a los Ancestros a la cuarta. Ahora, digo, saquemos a esos Ancestros de la cuidad. Y cuando ellos se vayan...
—He estado lejos de mi hija lo suficiente —lo interrumpe Klaus—. Si tienes miedo…
—Se llama ser sensato —lo corrige entrecerrando los ojos—. Hasta que Freya pueda hacer cura suficiente con su rehén hombre lobo. Los Ancestros básicamente pueden morder nuestras malditas gargantas.
—No la dejaré —le aseguro—. Los años han pasado y creeme cuando te digo que ahora soy más fuerte que ellos y con varios trucos bajo la manga.
Una enorme sonrisa se dibuja sobre mis labios. Es cierto y no me pienso esconder de los Ancestros. Ya no les tengo miedo y, además, tengo mi propio plan. Nadie ni nada me podrá detener. De eso estoy segura.
—¿Cuáles trucos? —me pregunta Elijah seriamente.
—Eso no importa en este momento, estamos en peligro, pero hoy es el día en que liberaremos a Hope —sentencio con un tono fuerte, centrado, orgulloso, y él asiente poco convencido a mi evasión por responder sus preguntas.
—Lo haremos —me asegura—. Incluso si tenemos que reducir esa ciudad a cenizas.
Asiento y camino hacia la camioneta con ellos detrás de mí. Kol está a mi lado y no suelta mi mano, es como si me quisiera a su lado para siempre.
—¿Todo está bien, mi dulce Step? —pregunta con preocupación.
Cuando escucho su apodo, una sonrisa amplia se dibuja sobre mis labios y siento la necesidad de abrazarlo con fuerza. Ni siquiera me importa que su remera esté llena de sangre.
—Muy pronto todo estará más que bien, Kol… —Hago una pequeña pausa—. Muy pronto…
Siento la mirada de Elijah sobre nosotros, así que le sonrío.
—¿Qué fue lo que pasó en estos cinco años? —me pregunta.
—Es una larga historia que contaré, pero no ahora —le respondo con sinceridad—. No tenemos tiempo para eso, pero en cuanto vayamos por Hope… —Me estiro para tomar su mano—. Les contaré todo.
Kol me aferra a su cuerpo, así que suelto la mano de Elijah.
—Espero que así sea —me responde.
—Ya nos contará todo, Elijah —aclara Kol.
—¿Estamos listos para todo lo que vendrá? —pregunta Rebekah.
Asiento.
—No estamos solos, así que… —Sonrío amplia—. Espero que podamos hacerlo.
No sé lo que va a suceder, pero espero que las cosas se mejoren. Necesito que así sea. Por suerte, al menos por ahora, todo parece que está saliendo bien. Todavía no puedo creer que ellos hayan despertado. Se siente tan irreal.
—Sin duda, lo haremos y saldrá bien —responde Bex.
Un silencio incomodo comienza a formarse en la camioneta.