Capítulo 62:
Estoy lista para lo que viene
STEPHANIE SALVATORE
Nadie más que Freya sabe que he regresado a mi cuerpo. Decidimos que lo mejor era eso. No podíamos dejar que nadie se enterase y menos en la fiesta. Sabemos lo mucho que les dolerá a los demás saber lo que estamos por hacer, pero ella, luego de darle mis razones, comprendió.
“—¿Esto es lo que quieres, Stephanie? —Alza ambas cejas—. Debe haber otra solución.
Sé que ella ni ningún Mikaelson quieren que yo muera para salvar la vida de Hope de los Ancestros, pero si es lo que hay que hacer…
No pienso dejar que mi mejor amiga en el mundo muera por mi culpa.
—Lo sé, Freya, pero ya lo decidí. Quiero que me ayudes, no le digas a nadie más. Que sea nuestro secreto… —le pido, mejor dicho, le imploro que así sea—. No quiero que nadie se enteré de lo que haré. Sabes que si es así, no me van a dejar hacerlo y Hope saldrá herida. Nadie quiere esto, pero sé que es lo que hay que hacer.
Su ceño se frunce al igual que el mío. Sus ojos se cristalizan de tan solo pensar en lo que vamos a tener que hacer.
—Eres muy valiente, Salvatore —comenta con una pequeña sonrisa—. No vamos a olvidar jamás este sacrificio.
Se limpía las lágrimas y toma mi mano para darme apoyo.
—Yo te avisaré en el momento perfecto —le informo.
—Estaré al pendiente —responde con tranquilidad y tristeza—. Te extrañaremos.
—Y yo a todos ustedes —digo con sinceridad”.
Freya detiene el auto y ambas bajamos para entrar a la que era mi casa y ahora está abandonada. Encendemos las linternas para poder ver en la oscuridad.
—¿Estás segura de que esto funcionará? —le pregunto un poco nerviosa.
—Puedo sentir la energía que fue atrapada aquí cuando tus abuelos murieron —murmura mirando todo a su alrededor—. Así que, sí, funcinará.
Asiento y comienzo a caminar por la casa.
—¿Estás segura de que quieres esto? —me pregunta ahora ella.
Hago una mueca con mis labios al escuchar su pregunta.
—Siempre me he preguntado cómo podrían haber sido mis abuelos, lo que podrían haber pensado de mí. Mamá dijo que eran buenas personas, aunque no eran sus padres biológicos, sino sus tíos. Los biológicos no eran buenas personas —murmuro mientras toco las paredes frías—. Perdiendo a estas personas que ni siquiera conocia. Pero si nos puede ayudar a luchar contra los Ancestros... entonces terminemos con esto.
Freya asiente y saca de su mochila las velas, la sal y todo lo necesario para el hechizo. Cuando termina me pide que me siente en el suelo frente a ella, lo cual no dudo en hacer.
—¿Lista? —me pregunta, y yo asiento antes de tomar sus manos—. Ostende det siste... Ostende det siste... Ostende det siste.
>>Ostende det siste... Ostende det siste... Ostende det siste...
Frunzo el entrecejo al sentir un dolor.
—¡No! —Me alejo de Freya mientras mi corazón late con fuerza.
Me levanto del suelo y camino al lugar donde mi abuelo murió. Rompo el piso de madera y saco una llave oxidada.
"Cuarto extra en el deposito".
Mi ceño se frunce de inmediato y no entiendo nada.
—Esa llave tiene la clave para acabar con el hechizo de Klaus —dice ella con seguridad—. Debemos juntarlos, y clavarle la llave en el pecho. Eso romperá el hechizo y lo desvinculará de los Ancestros. Después, tú podrás hacer la locura que quieres…
Sonrío amplia.