—No puede ser... —susurro conmocionada observando la pequeña nota en mis manos.
—Si, bueno yo tampoco entiendo —dice, Annie sentándose sobre el sofá.
—¿Y si no es de él?
—¿Y a quien más has vuelto a encontrar desde hace años? —pregunta, alzando su ceja burlona.
—Pues... No sé, ¿qué se supone que haga?
—Creéme que yo estoy igual o más confundida que tú.
—¿Lo llamo o no lo llamó...?
—Esa es la cuestión —la miró con mala cara -Seria más fácil si fueras hombre.
Abro los ojos como platos. ¡Un hombre!
—No —susurra Annie.
—Si no he dicho nada aún.
—Pero conozco esa cara, implica que estás apunto de hacer algo estúpido.
—¿Que? Claro que no.
—¿Olvidas la vez que casi quemas la iglesia?
—¡Quería poner una vela en el altar de la virgen María!
—¡Le llevaste cien! Pensaste que era un acto lindo, pero casi incendias la iglesia.
—El padre me perdono -me defiendo.
—¡El padre perdona a todo el mundo!
—Sí, pero...
—O cuando chocaste el coche de mi padre, cuando olvidaste pasar por la abuela al aeropuerto.
—Tuve cosas que ameritaban mi presencia...
—Reeleer la saga de Hush —Hush podía esperar.
—¡Estaba a en la parte más buena! ¡Era la parte que intentaban asesinar a Nora por tercera vez! No podía dejarlo así, mis libros jamás me lo perdonarían.
—Mi abuela no pudo asistir a la boda de su hijo.
—¡Tu tío se ha casado tres veces! por una que no asistió no le pasará nada —señalo —Ademas tu abuela me perdono.
—No, no lo hizo.
Intento replicar, pero es cierto no me perdono, por eso que voy a su casa en navidad siempre me sirve la porción más chica del pavo. Anciana Tacaña.
—Total, eso no tiene nada que ver con lo que se me acaba de ocurrir —Annie pone mala cara, pero no protesta —¿Dónde está tu hermano?
—Tu idea es un asco.
—Solo hay que preguntarle qué es lo que se supone que piensa un hombre.
—Estef, querida tienes pésimas ideas, en verdad son horribles, el niño ni siquiera es un hombre, ¡no es más que un puberto! los hombres son como las mujeres, podemos tener distintas personalidades, si un hombre es idiota, el otro puede ser aún más idiota.
—Pero tú me comprendes, yo te comprendo, la vecina de abajo nos comprende —señalo saltando al sofá de al lado —Es como...no sé una forma de pensar que nos vincula.
—Mi hermano es una cosa, no un hombre. Es una cosa puberta, lo cual es peor.
—¡Hey! ¿porque tanta agresividad?, apenas estoy entrando y ya me estás ofendiendo —Edson aparece por la entrada, el hermano de Annie —Vamos, hermanita sé que me amas a pesar que digas lo contrario.
—Si mis padres no me hubieran rogado que te cuidará mientras ellos viajaban a Italia jura que estarías mendigando por las calles buscando comida en la basura —ataca Annie.
—Eso y que te pagan —señalo.
—Estoy pensando que ya no es suficiente para tolerarte.
—Por favor, no hay mucha diferencia entre lo que cocinas y el basurero, ¡las ratas comen mejor que yo! —levanta las manos —Me tratas como un perro mendigo.
—¿Hay diferencia? —pregunta Annie, enarcando una ceja burlona.
—Me amas, no podrías vivir sin mí.
Yo sigo sentada, Edson comparte los mismos rasgos que su hermana, el mismo cabello oscuro, piel pálida con pronunciadas pecas, lo único que diferencia de ellos son los ojos, los de a Annie son marrones al igual que los míos, mientras que los de Edson llegan a un verde claro.
—En fin, ¿de qué iban tus halagos, hermanita?
—Solo hay que preguntarle y ya —me encojó de hombros.
—Suenas ridícula. No, suenas desesperada.
—¿Gracias?
—Pregunta y ya.
Me volteo a ver a Edson quien mira curioso en nuestra dirección.
—Si buscan un striptease, mis amigos cobran caro.
—No, no es eso —intento explicar.
—Que bueno, iban a cobrar el doble con solo ver a Annie.
—Mocoso, idiota —comenta Annie cruzándose de hombros —No necesito a un puberto bailando con poca ropa... ¿Cuánto dices que paga?
Tomo un cojín del sillón y se lo lanzó acertando al rostro.
No le parece buena idea, pero no pierdo nada.
—Pregunta casual, estás comprometido.
-Seria decirle no a todas las chicas que suspiran por mi.
—¿Y dónde dejaste a esas chicas, que no aparecen? —pregunta sonriendo Annie.
—Es cuestión de cálculos, ¿sabías que hay más mujeres que hombres? Hay al menos siete detrás de un hombre.
Annie finge cara de sorpresa e indignación —¡No puedo creerlo, Edson!
—No se porque te sorprendes, soy irres...
—Yo estaría muy indignada si fuera tu, deberías de reclamarle al chico que te robo a tus siete chicas.
—Ja-ja para tu información, hay varias que suspiran por este rostro —dice con regodeo.
—¿Qué han llegado las chicas de...?
—Volvamos al tema —aclaro la voz —Estas comprometido —Edson intenta replicar de nuevo pero le callo mirándolo con advertencia —Pero... Justo cuando faltan dos meses para que te cases aparece alguien que conociste hace nueve años, la cual ha estado enamorada de ti desde esa cantidad de tiempo.
—En realidad...—comenta, Annie ajustándose sus gafas imaginarias —son dos meses con diesciseis días —la mirada que le lanzó no es de amigos —¿Que? ¿la boda es en enero no? Bueno, es más que una simple resta...
La ignoro y sigo: —bueno, encuentras a la chica, estás comprometido con Ellie Goodall y le...
—Woow, Woow woww para ahí-me amonesta Edson —¿Ellie Goodall? —pregunta y asiento _Estas pérdida, amiga —declara —Esa chica esta que arde.
—Gracias, por tu... Generosa opinión, pero cállate y sigue escuchando —hablo y el levanta las manos en señal de rendición —Estas a dos meses
—En realidad... —señala Annie.
—¡dos meses y diesiseis días! —casi grito —Y le mandas una nota a la chica que no has visto en nueve años, dándole tu número y pidiéndole que tienen que hablar sobre estos años que no se han visto. Tu... ¿Qué estaría pasando por tu cabeza?
Editado: 01.09.2021