Han pasado tres meses. Tres meses desde que sepultamos a mi mejor amigo y desde que nació mi hijo, el cual no ha dejado de crecer. Es realmente increíble lo rápido que crecen los bebés. Hace poco menos de tres meses que Nick se me propuso, pero la fecha de la boda parece estar a años de distancia, siendo que es tan solo en unos días. No he vuelto a tener estos sueños especiales, como les decimos ahora. Por más que intento no logro hacerlo y eso me tiene algo decepcionada ya que era la manera de ver a mis difuntos seres queridos, mis padres, con Louis, con Charles... únicamente los puedo ver en esos sueños especiales que de producen de manera involuntaria y que desgraciadamente ya no he logrado repetir.
Me despierto con un sonido repitente y molesto a mi lado. Abro los ojos lentamente y siento susurros a mis espaldas y no volteo a ver a las personas que están hablando. Miro sigilosamente la hora y veo que son las 2:30a.m. No entiendo por qué Lucy le está susurrando a Nick a estas horas, pero debe ser algo importante.
- ¿Estás segura? -. Susurra Nick.
- Sí -. Solloza Lucy. Definitivamente algo está mal.
- Tranquila -. Le responde Nick y se pone de pie. - Probablemente solo fue un sueño -. Dice él aún susurrando.
- No, no lo fue. Fue demasiado real -. Responde Lucy llorando. – Tienes que encargarte de ella -. Solloza. - Estoy no fue un sueño, fue como los sueños especiales que todos hemos tenido. Es real y peligroso.
¿De qué rayos están hablando?
- ¿Puedes repetirme lo que viste? -. Le pide Nick suspirando pesadamente.
- Emma estaba encerrada en un baño, sola. Sangre comenzó a salir por debajo de la puerta y William la forzó para romper la cerradura. Después de eso tú y William la llevaban en una camilla improvisada por las calles mientras Emma no dejaba de llorar -. Susurra Lucy llorando.
- Pero ella no muere ¿O sí? Nadie de nosotros muere, es solo sangre ¿No? -. Pregunta Nick.
- Sí, todos estábamos bien, pero Emma estaba destrozada e iba en una camilla -. Explica la rubia. - No sé qué signifique eso, pero no parece bueno.
Después de que Lucy se tranquilizara y marchara de vuelta a su habitación, Nick volteó y me abrazó fuertemente, preocupado y pensando que yo sigo durmiendo puesto que estuve todo el tiempo dándoles la espalda. No saben que escuché la conversación. Estoy preocupada por lo que Lucy soñó ¿Qué me puede pasar? Si es que estoy en peligro por qué no fui yo la que soñó eso y por qué fue Lucy. Al menos sabemos que nadie va a morir, pero definitivamente no es una buena predicción. La angustia en mi pecho hace presión y por primera vez volteo para abrazar de vuelta a Nick, pero éste ya se encuentra profundamente dormido. Lo abrazo de todas formas con todas mis fuerzas, no quiero que nada nos pase.
No pude dormir en lo que resta de noche, entre Charlie despertando cada dos horas y la angustia incesante, no he podido pegar un ojo durante toda la noche. Decido levantarme e iniciar el día, son las 6:30a.m. y todos duermen, pero no me importa, no voy a poder seguir durmiendo de todos modos así que no hace la diferencia si me levanto ahora. Bajo de la cama y me pongo mis pantuflas para dirigirme a la habitación de Charlie, me acerco a su cuna y veo que él también se encuentra despierto a estas horas así que lo tomo en mis brazos, meciéndolo suavemente y beso su cabecita. Camino con él hasta el living y me siento en un sillón para amamantarlo.
- ¿Qué hacen acá? -. Pregunta Nick tallándose los ojos y se sienta a mi lado.
- No podíamos dormir así que decidimos iniciar nuestro día ¿Cierto Maní? -. Le pregunto al bebé.
- No me gusta dormir solo -. Se queja él haciendo pucheros y yo sonrío acariciando su cabello. - Vuelvan a la habitación y estamos los tres juntos, recostados la cama -. Pide poniendo ojos del gato con botas.
- Está bien -. Accedo y beso sus labios.
Caminamos por los pasillos de vuelta a la habitación. Nick se recostó a su lado de la cama y yo dejé a Charlie en medio para luego recostarme a mi lado y cierro los ojos agotada, la verdad es que estoy muy cansada y necesito dormir. Nick está recostado observando a su pequeño hijo alimentarse, su mirada de fascinación es innegable. Acaricia su pequeña y casi calva cabeza y yo recuesto la cabeza en la almohada, definitivamente voy a intentar dormir.
Despierto con unas manos apretando suavemente los hombros. Abro los ojos con brusquedad, alerta de los que sucede a mi alrededor y me encuentro a mi mejor amigo agachado a mi altura. Estoy en un sueño especial. Me siento en la cama y lo abrazo con fuerza, cosa que él responde de igual manera, pero rápidamente me separa para que lo mire a los ojos, me tiene que decir algo pero su boca se ve incapaz de pronunciar una sola palabra, cosa que comienza a asustarme un poco. Me pongo de pie y lo ayudo a ponerse de pie también, sin soltar sus manos trato de entender lo que me quiere decir pero, aunque sus labios se mueven, ninguna palabra ni sonido sale de éstos. No entiendo por qué esto está sucediendo. Él está intentando decirme algo que asumo es importante ya que si me lo vino a decir hasta acá, pero por alguna extraña razón no puede emitir ningún tipo de palabra ni sonido. Cansado de que no lo entienda me guía de la mano por los pasillos hasta la entrada, y al cruzar la puerta de entrada, nos encontramos instantáneamente en otro lugar. Una calle vacía y abandonada, donde nunca en mi vida había estado. Lo miro extrañada y jala de mi mano nuevamente para que lo siga hasta una gasolinera, abandonada por supuesto. Ingresamos a los baños de ésta y algo me dice que esto tiene relación con el sueño de Lucy.
Suelto su mano y cubro mi boca ante la imagen frente a mí que es algo aterradora. En el suelo hay sangre esparcida, no pareciera ser tanta, pero hay rastros sobre ella, como si alguien se hubiese arrastrado sobre la sangre, cosa que también explica porqué se encuentra esparcida por todo el piso del baño. Vuelvo a mirar a Charles y éste me mira, pero no la cara, sino que tiene la mirada, preocupada, puesta más abajo de mi rostro. Bajo la vista y encuentro mi pijama manchado con sangre por todos lados, al igual que mis manos, las cuales observo aterrada. Levanto la vista nuevamente buscando a mi mejor amigo, pero Charles no se encuentra ahí, en su lugar está mi madre, mirándome con tristeza y preocupación en sus ojos. Lentamente ella se acerca a mí y la abrazo, pero ella no me corresponde, más bien me aparta y con los ojos cristalizados y presiona mi vientre provocando un dolor intenso en éste.