Parte 1
Las piedras que estaban envueltas alrededor de los árboles, comenzaron a parpadear con una luz verdosa intensa brillante.
La habilidad terrorífica de aquel chico rubio tal vez había sido un detonante para que las piedras reaccionaran tan bruscamente. No se podía decir si él era alguna clase de demonio con la apariencia de un humano. Sin mencionar que parecía una persona común y corriente, alguien de quien no te esforzarías en recordar.
—¿Por qué tienes a Sofía?
—Parece que esta chica es muy importante para ti. —Dijo el chico de cabello dorado desinteresado, movió su cabeza y observo el cuerpo de la chica que sostenía entre sus brazos— Bueno, dejando a un lado la marca de su espalda, tiene una cara bonita. Es gracioso que un hombre este más preocupado por ver a la chica que ha estado buscando desesperadamente en brazos de otro hombre, a sentirse emocionado por verla en un buen estado. Aunque, no has hecho mucho esfuerzo en buscarla realmente. ¿En verdad “esto” es importante para ti?
La voz amistosa entro a sus oídos como el canto de un ave. No había malicia en su voz, pero claramente sonaba como si estuviera burlándose de él.
Asriel camino sonriente en dirección a Renato, no mostraba ningún aura hostil pero de alguna forma todo se sentía antinatural.
El una vez ayudo a un niño moribundo en un pueblo arrasado por Jordanus de la toxina. Uso su poder para detener el veneno que lentamente acababa con su vida dejándolo con una mancha morada como la muestra de ser un sobreviviente afortunado. Por supuesto, si bien este acto parecía ser piadoso, había una razón que Renato seguía sin comprender, ¿Por qué Asriel ayudo a ese niño para que no muriera? ¿Y porque ahora mismo el tenia a Sofía entre sus brazos?
—Bueno. Considera esto un regalo.
Mientras Asriel hablaba, lanzo el cuerpo de Sofía por los aires como si se tratara de un equipaje. La había lanzado desinteresadamente, aunque la palabra correcta seria “botar”. Este era el claro ejemplo de lo que significaba ser esclavo en este “mundo”, no tener derecho a nada, y al final, a nadie le importaría lo que te llegase a suceder.
Renato se las arregló para agarrar el cuerpo de Sofía que había sido lanzado a unos cuantos centímetros de distancia. El cuerpo de la chica era ligero. Él la atrapó con los brazos, el impacto hizo que Renato cayera de rodillas, pero tuvo suerte en que el cuerpo de Sofía no se haya lastimado.
Recostó el cuerpo de la chica contra su rodilla para verificar si no tenía algún rasguño o signos de haber sido maltratada. Tenía que asegurarse que no tenga ninguna mancha morada, o algún golpe que la haya dejado gravemente lastimada. Su cuello no presentaba marcas de haber sido ahorcada, ni mucho menos golpeada, o con cortes. Podía ver claramente el sujetador de su escote pero no observo más allá de eso. Giro su cuerpo y desabrocho la parte superior de la espalda del vestido. Había tres botones de los cuales desabrocho tan rápido como pudo, no observo mucho, o sería mejor decir que para él no era necesario.
Había levantado el sujetador para ver si habría algo raro, pero su espalda parecía estar sin moretones o manchas. Volvió a girar su cuerpo, bajo un poco su vestido desde los hombros y miró a través de su escote pero no había nada malo, de igual forma, levanto el vestido para ver sus piernas y los levanto dejando ver su ropa interior, se quedó observando esas partes por un momento, sus muslos, sus piernas, No había signos de que haya sido maltratada. Tal vez si Lerika estuviera aquí le habría dado un buen golpe por esa actitud descarada y con intenciones que se podrían malinterpretar. Pero había una razón del porque él estaba actuando como un pervertido.
—Veo que eres más precavido de lo que aparentas.
Dijo Asriel mientras se acercaba al chico.
—Descuida, es imposible que alguien haya intentado profanar a esa mujer. Quizás no sepas esto, pero para dos especies como lo son un elfo y un humano, es un tema muy delicado hablar de una relación íntima entre estos sujetos. No obstante, esto no era así hace muchos años. A decir verdad, quizás te interese esa historia.
—¿Qué hacías con Sofía? ¿Dónde la encontraste?
—Ah, ah. Veo que sigues sin entender la importancia de una conversación fluida entre dos individuos, especialmente si es un tema con suma importancia para futuros escenarios. ¿Te han dicho alguna vez que es importante prestar atención a tus mayores, o acaso solo eres un hombre sin educación viviendo entre sus pensamientos?
—…
—¿Ves? Ahora tratas de compensar la falta que acabas de hacer. Este mundo poco a poco caerá en desgracia. Personas débiles como tú que intentan sacar información de personas fuertes como yo. No eres más que un cerdo codicioso y desagradecido. Tomándome las molestias de salvarles la vida a dos personas que resultaron ser importantes para ti. ¿Qué tan desagradecido puede llegar a ser el ser humano?