Theria Volumen 0.0: El niño de cabello violeta

Criaturas subterraneas

Las sombras de los arboles alrededor del camino comenzaban a alargarse conforme en sol caía en el horizonte.

En el lugar no se podían escuchar los sonidos que producían la mayoría de las criaturas, algunas huyeron a sus madrigueras para pasar la fría noche que se avecinaba, mientras que otras escaparon de aquello que, horas antes, había creado los enormes agujeros en medio de los arboles.

Con la mayoría ajenos a ese hecho, un pequeño grupo conformado por seis personas recorría el camino junto a algunos caballos y un no tan viejo carruaje.

—¡Basta! —grito Ci—. ¡Les digo que es mejor el caldo de Sñu!

—¡Estas demente! —protestó Kein—. ¡Todo mundo sabe que lo mejor es hacer lasire sazonado!

—¡Esas cosas son asquerosas! —recrimino Nierya—. ¡Lo mejor es la carne de dentíleo!

Si, hablaban de comida.

Ya habían pasado cuatro semanas desde que Kein fue secuestrado. Aunque al principio no quería hablar con nadie y siempre se mostraba retraído, Ci y Nierya fueron haciendo que se abriera de nuevo poco a poco.

El joven no quería hacerlo, pues sabia que en cuanto terminara la misión que tenían, debía separarse de ellos, por lo tanto era una mala idea hacer vínculos. Más que nada le dolía tener que ignorar a Nierya, a quien consideraba su amiga, pero pensaba con honestidad que era mejor de esa manera.

Las chicas, en cambio, seguían hablándole, aunque él se mostrara seco en sus respuestas. Sin embargo, ese estado duró poco, pues le hacia sentir muy mal hacerlo, por lo que una semana después volvió a ser el de siempre.

O casi, pues su relación con Marie se había fracturado, tal vez de manera irreparable.

Poco después de que regresara ella fue a la habitación que ocupaba y le preguntó que era lo que le había ocurrido, si había sido relacionado con ella o con el hecho de que lo buscaban. Él le respondió, con un tono indiferente, que ella no necesitaba saberlo. Era únicamente problema suyo, así que no debía preocuparle, o si era así, él no se quejaría si decidía despedirlo.

Marie le respondió que tenían un trato, pero el chico, exhausto, le respondió que aunque quisiera, no podía cumplirlo. Y que lo mejor era que desde ese momento su relación fuera puramente profesional. Él ya no podía optar ni por tener amigos. Aunque la chica deseaba replicar, se contuvo, pues en los ojos del chico había una gran determinación. Las ultima palabras que se dijeron fueron lo peor de todo, porque le indicaban que Kein no bromeaba.

—¿Tú familia?

—Haré que crean que he muerto. Es lo mejor para todos.

—¡Eres un idiota!

—Si, pero no estoy dispuesto a que nadie mas se hunda conmigo.

Ninguno de los que escuchaban tras la puerta se atrevió a intervenir. Parecía una pelea demasiado personal, además de que apenas habían logrado escuchar algo mas allá de los gritos de Marie.

Ella salio poco después, con una expresión agria, mirándolos como si fuera culpa suya lo que había pasado.

Desde entonces la chica se la pasaba encerrada en el carruaje, saliendo únicamente para las cosas que eran estrictamente necesarias. Ya ni siquiera dejaba que Nierya entrara, mucho menos algún otro. Era incómodo, pero también algo que no se podía evitar.

A dos de ellos les daba igual ese tipo de ambiente. O al menos eso querían hacer creer, pues cuando escuchaban a los tres reír entre broma y broma, no podían evitar embozar una leve sonrisa. Sonrisa que se borraba de inmediato cuando ponían atención en el camino. Y en el silencio.

—¿Sintes algo? —Zalia miraba a su alrededor, desconcertada por la ausencia del ruido que debía tener un bosque tan poblado como aquel.

—Si. Demasiado silencio —respondió Leyi—. Da escalofríos. Mejor hay que moverse para salir de este bosque, no me da muy buena espina. Parece que aquellos rumores podrían ser ciertos.

En el pueblo por le cual habían pasado antes de entrar en el bosque les habían advertido que algunas personas habían desaparecido justo en ese tramo del camino, "tragados por la tierra y sin dejar rastro alguno", fueron las palabras literales. Aunque no parecían mentir, el grupo lo tomó solo como rumores, así que no les hicieron mucho caso.

—Puede ser... ¿Que es eso? —pregunto de pronto Zalia.

Mas adelante el camino parecía descender hasta una especie de túnel recubierto de metal, pero también había un paso por encima de él.

—No recuerdo que eso estuviera aquí la ultima vez —murmuro Ci.

—Han pasado tres años desde que pasamos por el lugar algo podría haber cambiado —le respondió su hermano—. Pero no hay que descartar que sea una trampa.

—Tú eres el mas experimentado, ¿por arriba o por abajo? —dijo Kein. Él preferiría pedirle consejo a Veli, quien los seguía desde que salieron de la ciudad. Pero ella no se dejaría ver por nadie del grupo más que él.

La razón era simple: era una demonio y su raza lucia un aspecto desagradable para el resto, además de que nadie había visto a uno. Lo más probable, le dijo en su ultima reunión, es que la atacaran en cuanto la vieran.

Kein sabia que Nierya no lo haría, pero no estaba seguro de los demás, no los conocía lo suficiente como para asegurarlo, por tanto, no la podía contradecir.

—Mejor hay que rodear el bosque, esto huele a trampa, Leyi —opino Zalia.

—¿En serio quieres hacer eso? —dijo él, mirándola con suspicacia.

Zalia fruncio los labios. Leyi tenia razón, de ir a pie podrían cruzar a través de los arboles, pero llevaban la carrera y los caballos. Regresar para rodearlo les tomaría una semana más y de ahí tenían que pasar por las montañas y el río. El solo llegar al otro lado de ese mismo túnel bien podría tomarles dos meses más.

—Muy bien —suspiro Leyi—, votaremos. ¿Quien prefiere ir por el túnel?

Ninguno alzo el brazo.

—¿Por arriba?

Todas las manos estuvieron en lo alto antes de que siquiera acabara, incluso la de Zalia, aunque ella lo hizo con desgana.



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En el texto hay: theria

Editado: 17.07.2020

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