—¿Entré en mal momento?
Detrás de la aparente expresión seria del profesor se escondía una pícara sonrisa que amenazaba con hacerse cada vez más evidente.
Los dos chicos a quienes dirigía su pregunta se hallaban ahora en el suelo. Lily, por su parte, estaba apoyada sobre sus rodillas y una de sus manos. El rojo de su rostro era más que notable y la razón igual de obvia: estaba prácticamente encima de Ethan.
—N-no profesor—la chica se levantó de un salto que casi la hace perder el equilibrio de nuevo y sacudió su ropa del polvo que había colectado del suelo.
Ethan aún estaba petrificado y enmudecido. Se encontraba tirado en el suelo, recostado sobre ambas manos y su torso inclinado hacia atrás, sin mostrar otro movimiento más que el de su pecho agitado por la acelerada respiración.
—Bien—agregó el profesor después de toser un par de veces para ocultar su risa—Y… ¿dónde está Roy?
Cual respuesta a su pregunta, el aludido asomó curioso la cabeza por detrás de él.
—Aquí, fui a lavar esta cosa—respondió el chico mirando con enojo el instrumento—¿Qué demonios haces ahí tirado?—cambió la dirección de su vista hacia Ethan.
—Nada—respondió cortante mientras se apoyaba para ponerse de pie.
Roy notó su incomodidad, al igual que la de Lily, que ahora se encontraba mirando hacia el suelo moviendo sus dedos con nerviosismo. Sin embargo, no quiso preguntar nada, por lo que solo soltó una risa burlona antes de continuar su camino hacia dentro.
—Parece que soy el único que ha hecho algo útil por aquí.
—¿Disculpa? Nosotros también limpiamos, ¿estás ciego?—respondió inmediatamente a la acusación Lily, olvidando por un momento su vergüenza.
—Ya, ya… veo que todos han hecho algo, tranquilos—interrumpió la discusión el profesor mientras llevaba las manos a los bolsillos—Los dejaré terminar, regresaré después—se dirigió tranquilamente hacia la puerta para retirarse, no sin antes darse media vuelta y ver de nuevo a Ethan—Y, por favor, cuidado con el piso
Tanto él como Lily giraron su vista a extremos opuestos ante la pequeña burla del docente. Roy soltó un suspiro; su comportamiento le parecía realmente repulsivo.
—Oigan—les llamó la atención a ambos—¿Piensan hacer algo o quedarse ahí como idiotas?—dijo mientras tomaba la escoba del closet.
Los dos aludidos continuaron su labor por separado. A partir de ese momento no se volvió a escuchar otra palabra en el salón hasta que el horario fue cumplido y el profesor regresó para darles el aviso y hacerles firmar de nuevo la hoja.
Lily parecía más que impaciente por terminar la jornada, así que guardó sus cosas apresurada y fue la primera en salir -escapar- con una carrera más rápida que cualquiera en sus días de entrenamiento de atletismo. En su mente solo se repetía una palabra:
—¡Tonta! ¡Tonta! ¡Tonta! ¡Tonta!—se recriminaba mientras atravesaba el patio abierto de la escuela para tomar el bus a casa—La parada de bus…—Entonces lo recordó. El lugar donde había hablado con Ethan por primera vez era ese, y lo que menos deseaba era estar con él a solas después de su bochornoso desliz.
Decidió hacer lo que cualquier persona razonable con deseos de evitar una situación incómoda haría: esconderse en los baños, al menos hasta que Ethan se fuera primero.
Permaneció recostada en la pared, haciendo tiempo para ser la última en salir. Estaba segura de que le escucharía pasar tomando en cuenta que, para esa hora, eran muy pocos los estudiantes que permanecían en la escuela, sin mencionar que los baños del primer nivel estaban muy cerca de la salida.
—Quizá debería escuchar música—pensó mientras empezaba a buscar su teléfono en los bolsos de su falda. Escuchar el par de canciones que le permitía el poco almacenamiento del mismo no parecía mala idea.
Sin embargo, en medio de su búsqueda, el sonido de pasos cercanos llamaron su atención. La chica asomó su cabeza lo menos posible para asegurarse de que fuese la persona que esperaba y, efectivamente, se trataba de Ethan.
Detrás de él, a corta distancia, Roy también avanzaba con las manos en los bolsillos. Ninguno de los dos conversaba ni parecía tener intenciones de caminar propiamente juntos, pero era obvio que se dirigían al mismo destino.
—¿Por que se irían juntos? Con lo mal que parecen llevarse…
Lily esperó unos segundos para salir del baño mientras los chicos se alejaban lo suficiente como para que no la notasen, pero no tanto como para perderlos de vista. Caminó lenta y sigilosamente por la salida mientras se recriminaba por haberse convertido en una acosadora una vez más, aunque esta vez lo sería por el bien del chisme.
El jardín frente a la escuela era bastante amplio, por lo que se permitió esperar un momento escondida detrás de la puerta mientras veía como sus objetivos llegaban a la acera y seguían por la derecha. El camino era el mismo que parecía tomar Ethan a diario, pues conducía a la estación de buses.
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Editado: 18.10.2024