Sofí continuó leyendo el libro tan extraño que había caído en sus manos. Se interesó por
la página que exponía las características de los gatos domésticos a través de las diferentes épocas en la historia de la humanidad.
La historia de los gatos en el planeta Tierra. Un breve compendio.
Los gatos empezaron a poblar la Tierra hace unos 12 millones de años. Tuvo lugar una semi-domesticación en Oriente Medio hace unos 10.000 años, como una forma de mutuo provecho con los humanos, que utilizaban al gato para controlar a los roedores que se alimentaban del grano almacenado, coincidiendo con el desarrollo de la agricultura. Posteriormente ocurrió una domesticación más profunda entorno al 3000 a. C. en Egipto, donde además de proteger las cosechas de cereales, el gato se convirtió en un miembro más de la familia. Además, adquirió una importancia religiosa notable, siendo venerado en los templos y adorado como una divinidad.
En Grecia el gato no fue tan apreciado como en Egipto. Si bien en un principio fue adoptado por su habilidad como cazador, finalmente se convirtió en un animal de compañía.
En Roma los gatos tenían buena fama y también acompañaban a las tripulaciones de los barcos, ya que acababan con las plagas.
Sin embargo, durante la Edad Media no tuvo una buena reputación, ya que llegó a ser considerado por la iglesia católica como la reencarnación del demonio. Esta persecución se agravó en países como Inglaterra, Francia o Alemania.
Es en la edad moderna, a partir del siglo XVII, cuando el gato es tratado como una mascota, protagonizando multitud de eventos y exposiciones y siendo reflejado a través de múltiples manifestaciones artísticas.
Pero a Sofí se le heló la sangre cuando leyó algo inesperado que no guardaba relación alguna con el relato anterior. Decía así: “Año 3720 Después de la Colonización. Base interestelar 500. Necesitamos que nos ayuden para proteger a los humanos. El planeta Tierra está en peligro”.