Tiempos de Gloria

IX: La Subasta

-¿Estás seguro de esto?-. La voz de la chica suena tranquila, a pesar de que está nerviosa por lo que harán esa noche.

-No te preocupes, ya todo fue planeado. No va a pasar nada fuera de lo previsto- responde Anders, y la joven de cabello rojizo le dedica una sonrisa apagada.

-No quiero que le pase nada. Haré cualquier cosa por él- dice con seguridad, decidida a matarle ella misma de ser necesario.

-Tranquila Danielle, no hay necesidad de llegar a extremos.

Caminan, Danielle sujetando su brazo, por la espaciosa sala con lentitud, envueltos en un halo de majestuosidad y belleza. Anders saluda a los presentes con un movimiento de cabeza, regresando su mirada al balcón del salón, donde su madre lo observa entre orgullosa y pícara. El joven suspira.

-Lo hiciste a propósito, ¿verdad?.- Danielle le dedica una sonrisa socarrona, haciendo que Anders salga de sus cavilaciones, mientras ella se refugia de las lujuriosas miradas aferrándose a su brazo.

-Por supuesto que no- concluye él, aunque el tono de su voz indica que miente y se ríe de ello.

-Sabes que va a estar por aquí- comenta Danielle.- Quieres llamar su atención.

El rostro de Anders se tiñe de un ligero tono rojizo, mientras su postura se tensa, y mira de frente a su acompañante.

-No lo digas así- le murmura abochornado.

-Te gusta.

Anders la observa, y Danielle sabe que en su mirada le dice que en realidad está loco de amor. Le regala una sonrisa llena de ternura, es el mismo sentimiento que tiene ella hacia Elliot. La expresión de Anders cambia drásticamente, volviendo a su máscara de belleza y misticismo.

-Está a tu derecha. Viste un traje dos botones en color azul. Tiene el cabello peinado hacia atrás. Es el único que no lleva anteojos.- El joven describe el sujeto que Danielle tiene que seducir. Es parte del plan, aunque a ella no le gustase eso.

Aunque no saben por qué deben encargarse del sujeto, lo cierto es que el grupo simplemente ejecuta las órdenes que reciben. Esta vez, intentando acabar con ello lo más pronto posible.

-¿Cómo me veo?- pregunta dudando.

Anders la mira de arriba a abajo.

-Exquisita- responde sencillamente.

El rostro de Danielle se sonroja por la forma del cumplido.- Voy a decirle lo que has dicho, Hide- murmura avergonzada.

El hombre sólo se ríe. Danielle inhala profundamente, da media vuelta y se encamina a cumplir con su misión. Anders la observa alejarse y, una vez confirma que Danielle ha obtenido la atención de aquel hombre, comienza a buscar con la mirada a su persona especial, hasta que una chica de vestido rojo se interpone entre él y el amor de su vida. 

-Hola.- Henna ha esperado pacientemente a que Anders estuviese solo, pues de alguna forma le ha tocado a ella interrogarlo.

Anders la mira sorprendido. Realmente no esperaba verla en la fiesta, después de todo su prometido había sido asesinado hacía cosa de un par de días.

-Señorita Meyers, es… un placer verla aquí- saluda Anders, intentando cubrir su sorpresa.

-No tenía pensado asistir, pero surgieron algunas cosas y bueno… aquí estoy- menciona ella casualmente.

Anders busca con la mirada a Elliot, rogando por ayuda. En la esquina del salón, Fabien y su acompañante observan la escena con detenimiento.

-Es una sorpresa que la joven Henna haya venido a la celebración- dice Elliot.

-No creí que asisitiría- responde Maureen.

-Sí, realmente pensé que se quedaría en casa. No han pasado ni quince días desde lo que sucedió con Henry- comenta Fabien.

-Lo siento chicos, pero no se preocupen. Lo tengo bajo control.

-Sólo espero que se encuentre bien.

-Lo estará- resuelve Mau.

- Por cierto ¿cómo se ha movido la Bolsa en estos días?- cuestiona Fabien.

Anders regresa su mirada a Henna. La conoce desde hace varios años, pues sus padres se mueven en el mismo círculo social. Ha visto crecer a Henna desde que era una niña, y verla vestida de esa forma le resulta bastante extraño. Aún así, intenta mantener la conversación con ella para no parecer maleducado.

-Así que, ¿quién era esa joven?- cuestiona Henna con curiosidad.

Anders traga saliva, sabe que Elliot, Skllyler, Fabien y Maureen están escuchando.- Es una íntima amiga. 

-¿En serio?- inquiere Henna.- ¿Y por qué no la conozco?

El hombre duda un poco antes de seguir hablando. Aunque sean amigos, sabe el golpe que va a recibir de Elliot por sus palabras.

-Te lo diré, pero no puedes decirle a nadie- susurra Anders.

A pesar de lo que pudiera parecer, Anders y Henna han sido amigos desde la infancia, cuando el joven recién llegó a la familia Betancourt. No son tan íntimos como Eliott, Maureen, Danielle, Fabien y Skllyler lo son para Anders o como Erick, Leonel y Aideé lo son para Henna, pero sí son bastante cercanos. Por lo que Anders no duda en soltarle una pequeña mentira piadosa.

-Claro, mi boca está sellada- murmura ella en respuesta.

-Es mi chica para la subasta- declara él, avergonzado, aunque hace un intento magistral para que el sentimiento no se refleje en su rostro, algo que resulta a la perfección.

El rostro de Henna se sonrojo a creces.- ¿¡Q-q-qu-e-é!?

Anders casi puede jurar que escucha los insultos de Elliot en su cabeza.

-La conocí en una página de citas… en internet.- Anders continúa su mentira.- Es muy bella, así que salimos un par de veces y terminé invitándola. 

-No creí que fueras de esos- juzga la chica.

-Bueno, es que me apetecía encontrar algo diferente- se excusa Anders.- En este círculo siempre es más de lo mismo.

-¿Más de lo mismo?- reclama Henna, medio bromeando medio molesta.

-Bueno, hablo de las modelos y de las actrices- responde Anders, tratando de no molestar a Henna. Con todo, la joven es pieza clave en sus próximas jugadas. 



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En el texto hay: crimen, romance, venganza

Editado: 16.11.2020

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