•Finales de febrero, 2015•
⸺ Muchachos, el entrenamiento de hoy será un enfrentamiento uno a uno, conforme vayan perdiendo, van saliendo del cuadro, los que ganen se enfrentarán hasta que quede sólo uno de ustedes, ¿queda claro?⸺ el tono de voz de Dmitri es firme. Todos se ven unos a otros inseguros, a Miranda y a mí nos lanzan miradas de soslayo; entiendo su inseguridad, somos sólo dos chicas entre seis hombres, en comparación somos mucho más pequeñas que ellos, pero no importa, ya que ambas sabemos muy bien cómo defendernos. Dmitri nota la incertidumbre y suelta una pequeña risa para volver a hablar⸺. Vamos, no les va a pasar nada, todos tienen el mismo entrenamiento, las chicas no los van a matar... bueno, a menos de que lo permitan.
Eso no ayudó en absoluto, lo único que provocó fue que la tensión aumentara dentro de la habitación. Dmitri comienza a gritar las parejas de los primeros enfrentamientos. Mi primer encuentro es contra un chico llamado Fiodor, el cual está bien entrenado y es intimidante a primera vista, su gran falla es que es muy lento para reaccionar, por lo que no me dejo intimidar, así que a lo largo de la pelea trato de hacer lo mejor que puedo para tomarlo del brazo de manera exitosa y doblarlo de una forma extraña, al punto de que estuviera al borde de una fractura; después de minutos que parecen eternos, Fiodor se rinde, ya que no pudo deshacerse de mi agarre.
Sin poder respirar correctamente, logro pasar a la segunda parte. La siguiente ronda fue mucho más larga, fue contra Miranda, fue muy difícil, ya que ella es muy rápida y respondía muy bien a cualquier ataque, honestamente me lastimó más que Fiodor, pero no di mi brazo a torcer y logré inmovilizarla con mis piernas y ejercí fuerza hasta que se rindió. Al término de esta pelea me siento un poco mareada, pero me reprendo ante el pensamiento de descansar un momento; necesito demostrar de qué estoy hecha.
Estoy nerviosa, mi corazón late a gran velocidad cuando estoy frente a Sergei, él es escuálido, pareciera que al mínimo golpe se puede romper en dos, pero ha demostrado ser muy resistente y sobre todo a ser persistente durante los encuentros. Sus ojos están fijos en el suelo mientras mueve la cabeza de un lado a otro, preparándose. Yo inhalo y exhalo profundamente, logrando controlar un poco mi ritmo cardíaco. El último encuentro comienza, doy dos pasos hacia adelante y bloqueo dos golpes; es increíble a velocidad de ambos, es como si supiéramos cómo va a atacar el otro; estoy realmente exhausta, él también, ya que sus intentos por atraparme son cada vez más débiles, pero eso no le impide inmovilizarme por completo; su gran error fue que se supo campeón antes de tiempo y descuidó su agarre en mí, así que invertí papeles y lo acorralé contra el suelo, dejándolo sin escapatoria alguna. Al cabo de unos segundos, la cuenta regresivatermina y me declaran vencedora del encuentro; con esto me falta el aire, no respiro correctamente y estoy verdaderamente fatigada. Sergei se levanta haciendo una mueca de dolor y cuando se recupera un poco extiende una de sus manos para que yo la tome y pueda levantarme del suelo sin tanto problema. Lo agradezco con la mirada.
Todos soltamos un suspiro y tratamos de escuchar todo lo que sale de la boca de Dmitri, quien señala nuestras fortalezas y las debilidades mientras luchamos. Trato de tomar en cuenta las que an dirigidas hacia mí y después dejo de prestar atención, enfocándome en un pequeño dolor punzante que tengo en mi muñeca izquierda. Un par de minutos después, Dmitri alza un poco más la voz y nos despide a todos mientras él se da la media vuelta para entrar a una pequeña oficina que tiene al abrir una de las puertas del lugar. Algunos de los chicos me dan palmadas en los hombros en señal de apoyo y Miranda me regala un asentimiento, el cual respondo.
Cuando ya no hay nadie más dentro, decido ir a la oficina de Dmitri, necesito que me apoye en la decisión que voy a tomar. Penándolo bien, no necesito su apoyo, sólo necesito hacerlo de su conocimiento. Lo he meditado esta última semana y le dejaré saber qué pasa por mi cabeza porque, aunque odie admitirlo, siento miedo de que algo no resulte como lo planeo y no salga viva, necesito que él sepa para que, por si me pasa algo, él pueda avisar a mis hermanos. Tal vez hacerse pasar por un testigo o inventar alguna historia retorcida para no involucrarlos.
Cuando toco la puerta ligeramente, recibo una pequeña autorización, así que abro la puerta, encontrando al mafioso detrás de su escritorio y tecleando algo en su móvil. Me sorprende que este tipo sea considerado un hombre peligroso, ya que todas las veces que ha tratado conmigo es una persoa normal, hasta se podría decir que es muy pacífico y paciente. Es extraño, porque he hablado con algunas personas que trabajan para él y todos y cada uno de ellos me han dicho que es despiadado y que ade con cuidado a su alrededor, porque en serio es peligroso y cruel. Tal vez es por eso que aunque no me crea esos cuentos chinos, es preferible no tentar a mi suerte, ya tengo a un hombre peligroso tras los talones, o me gustaría añadir otro.
Editado: 27.01.2019