Al día siguiente Esteban se levantó temprano y me dijo que tenía algo que enseñarme.
—¡Levántate Eva! ¡Tengo que enseñarte algo! Me gustaría que te pondrías el vestido blanco que llevabas el día que te conocí.
—¡Esta bien, por ti me lo pongo! ¿Pero...dónde vamos?
—¡Es un sitio, que descubrí! A lo mejor lo conoces, pero ¡quiero disfrutarlo contigo!
—¡Vamos entonces! —¡Esteban, eres mi guía!
Salimos de casa, y nos subimos al coche, carretera dirección a Benalmádena, no tardamos mucho está a tan solo diez minutos.
Llegando a El Castillo de Colomares atractivo turístico más raro y único en la provincia de Málaga. ya que es un monumento dedicado a la vida y aventuras del archiconocido explorador Cristóbal Colón. Pensé que Esteban habría visto todo esto por internet y quedo fascinado, yo llevo toda la vida viviendo aquí y la verdad nunca lo había visitado.
Es un edificio sin patrones prefijados, lo que lo hace especialmente singular y único.
Es el monumento al explorador Cristóbal Colón más grande del mundo. Al pasear por el jardín, encontrarás varios elementos relacionados con él y sus viajes históricos, como las esculturas finamente talladas de las tres naves que hicieron el viaje a América: La Niña, la Pinta y la Santa María.
Me acerco a una de las naves de Cristóbal colon y me coloco delante, aquello era precioso, la nave era inmensa y rodeada toda por un amplio jardín a su alrededor, plantas de color, arbustos, el día era soleado, con un inmenso cielo azul, se puso frente a mí.
Y de rodillas y con una nota en la mano comenzó a leer.
Cariño:
Desde que te conocí he tenido la certeza de que eres el amor de mi vida. Eres tú esa persona que tanto buscaba y que sin esperarlo encontré. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, porque nunca antes nadie había logrado hacerme sentir una de los hombres más afortunados del mundo. Jamás he estado tan seguro de nada como lo estoy de ti. Lo tengo claro, amor:
No quiero besos de otros labios, ni caricias de otras manos que no sean las tuyas. No quiero otro número de teléfono que me llame para preguntarme qué tal va el día. No quiero un ‘Tú’ y ‘Yo’ por separado, quiero un ‘Nosotros’ en mayúsculas. No quiero regalos caros ni ostentosos, quiero que me sigas sorprendiendo todos los días con cada mínimo detalle. No quiero otras manías. No quiero días grises sin tu sonrisa diciéndome que todo irá bien. No quiero otro hombro donde llorar. No quiero confiar ciegamente en nadie más ni cuidar a ninguna otra. No quiero salir de la rutina si eres tú quien está cada día en ella. No quiero guerras en la cama sin ti. No quiero algo simple, quiero algo que consiga que me haga preguntas a mí mismo todo el rato, pero que cuando te mire desaparezcan todas las dudas.
Quiero atardeceres contigo en la playa en verano y tardes de manta, sofá y peli en invierno. Quiero dormirme cada noche a tu lado y que seas la primera persona a la que vea nada más despertar. Quiero que nos miremos como el primer día y que nos queramos como si fuera el último. Quiero formar una familia a tu lado, educar juntos a nuestros hijos, ver cómo crece día a día el fruto de nuestro amor. Quiero que seamos capaces de hacer desaparecer el mundo ante los problemas. Quiero hablar cuando sea necesario y compartir el silencio cuando no. Quiero que nos amemos el uno al otro, incluso cuando nos odiemos. Quiero que seas mi presente y mi futuro. Quiero recordarte a diario. Quiero que siempre vayamos en la misma dirección. Quiero tener miedo contigo, hacer cosas que no haría con nadie más porque a tu lado me siento seguro. Quiero aprender a quererte cada día un poquito mejor, que no más porque es imposible. Quiero elegirte a ti, siempre. Todos y cada uno de los días de mi vida
Quiero tenerte siempre junto a mí, y no separarnos jamás.
Por mi...
Sí quiero. Te quiero, Eva.
Permaneciendo de rodillas saco, una cajita de su bolsillo, y me dijo que me acercara a él, abrió la cajita y saco una sortija con una flor de diamantes, en oro, colocándomela sobre el dedo, me pregunto.
¿Quieres casarte conmigo Eva?
Las lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas, aquello no me lo esperaba, era el día más feliz de mi vida, por supuesto ya sabéis mi respuesta.
Si quiero, Te quiero, Esteban.
Esteban se puso en pie, me rodeo con sus brazos y me dio el beso más apasionado de mi vida, nos fundimos en un abrazo, fuerte e intenso, de esos que te quedan en la vida para siempre.
Me cogió en brazos, y me llevo por todos los jardines del interior del castillo, de allí por el arco de la puerta salí, cogida entre sus fuertes brazos.
Jamás olvidare esos momentos, ni ese día...
FIN