La gran noche

Los labios de Marco acariciaban delicadamente el cuello de Ángela, desplazándose con lentitud por su piel, mientras su cálido aliento hacía que la joven se estremeciera y experimentara una extraña sensación recorrer todo su cuerpo, provocando que su respiración se acelerara cada vez más a medida que los labios de Marco se acercaban a su pecho.

Los dos jóvenes inexpertos se dejaban llevar por sus instintos, pues estando tanto tiempo juntos pero incapaces de dar rienda suelta a impulsos, más que en sus fantasías, se encontraban ansiosos de poder consumar su amor a como diera lugar, pero sabían que era mejor esperar y disfrutar el momento, ya que esa era una ocasión especial que difícilmente se podría volver a repetir en un futuro; tenían esa oportunidad nada más, y no la desaprovecharían tontamente dejándose llevar por su libido o su impaciencia, simplemente disfrutarían cada beso, cada caricia, y cada murmullo, todo eso que para ellos representaba una nueva y asombrosa experiencia.

El joven desabrocho lentamente los botones de la camisa de su amada, mientras besaba cada parte que iba quedando al descubierto, cuando finalmente logro quitar la camisa, se acercó a su rostro y la beso mientras que intentaba desabrochar el sostén; al notar que Marco estaba teniendo problemas con eso, la joven sujeto sus manos y lo ayudo.

- Lo siento – le susurro el joven, avergonzado por no poder con ello.

- No te preocupes, de hecho, si hubieras podido a la primera me habría asombrado y preguntado con cuantas chicas lo has hecho – la joven se burló del chico con una voz alegre y una sonrisa.

- ja ja ja, que graciosa eres – el joven respondió sarcásticamente y con la confianza de poder continuar.

Uso sus labios para explorar cada parte del torso desnudo de la joven, y uso su lengua para jugar con las partes más sensibles, causando que la joven soltara un ligero grito de placer y sujetara el cabello de chico, lo cual lo incentivo para continuar, lamiendo, besando y mordisqueando juguetonamente las partes más privadas del cuerpo de la chica.

La joven tomo el mando por un momento, para quitar la playera del chico, y de la misma manera que él, comenzó a explorar su torso desnudo con sus labios, que al contacto con la piel causaban una grata sensación en el joven, quien nunca se había imaginado poder sentir algo así en esa zona de su cuerpo. Mientras la joven recorría el fornido y torneado torso del joven, él sujeto sus caderas y después movió sus fuertes manos hasta los grandes muslos de Ángela y los apretó, lo que excitó aún más a la joven.

Impulsado por el calor del momento, Marco dio un giro, haciendo que cambiaran de posición, dejando a Ángela recostada en la cama, para así poder quitar el pantalón de la joven más fácilmente. Habiendo retirado los pantalones de la chica, ella quito el cinturón del chico, quien inmediatamente se quitó sus pantalones para poder proceder con lo que tanto había anhelado; Marco acerco sus labios al abdomen de Ángela, al punto en el que ella podía sentir su respiración, comenzó a besarla, y a la par que retiraba la ropa interior de la chica dirigió sus besos hacia la zona que había quedado descubierta. Sus labios nunca habían experimentado algo como eso, era una sensación que no podría haberse imaginado; sus besos se volvieron más intensos, y conforme escuchaba la respiración y los sonidos producidos por su amada, se incrementaba su deseo por llegar más lejos, así que empleó su lengua para hacer que la joven se sintiera cada vez mejor; movía hábilmente su lengua para masajear cada parte de esa zona, al inicio no sabía si lo estaba haciendo bien, pero cuando Ángela sujeto nuevamente su cabello lo animo a ser más rudo y adentrar un poco más su lengua, pero no parecía ser suficiente para el joven, por lo que comenzó a emplear también sus manos; ante tal estimulo el cuerpo de Ángela se estremeció y dejo salir un fuerte grito de placer.

Ambos jóvenes se sentían completamente listos para continuar, así que Marco se retiró su ropa interior, pero miles de dudas se acumulaban en su mente, haciendo difícil realizar aquello que tanto deseaba, sin embargo, al ver directamente los ojos de Ángela despejo su mente y se concentró solo en ella, la beso y dejo que sus instintos movieran libremente su cuerpo.

Ambos jóvenes recibieron lo mejor del otro y se unieron lentamente en un movimiento armonioso y delicado, consagrándose así el uno al otro, permitiéndose sentir todo lo que el otro tenía para ofrecer. Al comienzo fue algo doloroso para Ángela, pero conforme Marco iba moviendo sus caderas, el dolor se comenzaba a convertir en placer.

- Más – entre jadeos Ángela logro pronunciar aquellas palabras.

Marco sonrió y aumento lentamente la velocidad con la que se movía, al igual que la fuerza con la que lo hacía, provocando que la joven comenzara a gemir con más fuerza y soltara un par de gritos de placer, los cuales coordinaban perfectamente con la fuerte respiración de Marco.

Con una mano Marco sujetaba la cintura de Ángela y con la otra comenzó a jugar con sus pechos, mientras que Angela apretaba con fuerza la almohada sobre la que estaba recostada.

- ¡Sigue, sigue, sigue! – gritaba incesantemente la joven consumida por el éxtasis de su primera vez.

Marco soltó un fuerte grito y aumento la fuerza con la que se movía, haciendo que Ángela también gritara, y tras varios segundos ambos llegaron al clímax y permitieron que la naturaleza siguiera su cuso, fundiendo ambos seres en uno solo.

Tras haber terminado Marco se recostó a un lado de Ángela, quien se acurruco sobre su pecho.

- Eso fue grandioso – Ángela comenzó la conversación una vez que logro recuperar el aliento.

- Lo sé, de haber sabido que sería así de bueno habría construido un bunker solo para nosotros dos hace mucho tiempo – ambos se rieron y continuaron descansando por algunos minutos.

<< Eso es lo mejor que he hecho hasta ahora, como quisiera repetirlo, pero ¿Cómo?  >> Ángela pensaba en algún plan para cumplir con sus deseos, y cuando finalmente se le ocurrió una idea sonrió maliciosamente.