En la senda del cazador solo importa tres cosas. Uno la presa, dos la trampa y tres el filo de la navaja.
Un cazador veterano sabe bien que la selva lo convertirá en una presa, por lo tanto se debe asegurar de hacer bien el papel de una presa sumisa y asustadiza o estará acabado antes de iniciar.
Segundos, solo tres segundos bastan para que la presa se convierta en un cazador.
Un consejo que jamas se debe olvidar es el bailar al ritmo del enemigo, ponerte en los zapatos del rival, pensar en la trampa perfecta y caer en ella, o al menos hacerle creer que lo hiciste.
Segundos que demuestran sobre que tan peligrosas son tus habilidades.
Por ultimo y lo mas importante... el filo de la navaja.
Cuando se habla de filo no exactamente es sobre tus armas, sino de ti. Tus instintos de asesino nato, deben estar bien desarrollados para estos tres segundos decisivos, tres segundos de gloria.
—Equipo uno, en posición.—
Aviso Dumtruck mientras yo me hacia su espectador mediante el elixir del sádico, veía como el y Arthas estaban escondidos tras la sombra de una pared de concreto solido.
—Procedan.— Ni bien di la orden, Dumtruck salio disparado hacia el cielo y al descender, aterrizo en la ultima planta del edificio, perforando dos pisos completos antes de llegar al indicado. Por suerte las armaduras que traían puesto silenciaron aquella hazaña.
Arthas no se quedo atras, se teletransporto al lugar mientras acuchillaba a todo aquel que Dumtruck dejaba en el suelo, lo apoyaba con hechizos que reducían el daño recibido. Hasta que llegaron a un corredor angosto en el que solo cabía una persona, Dumtruck uso su fuerza bruta y gran tamaño para despejarlo, la puerta y una gran parte del muro quedaron derribados por la velocidad a la que iba. Entre el polvo y el rugir de la bestia, Arthas aprovecho el aturdimiento de todas las personas que estaban en la sala de mando y mil cuchillas de hielo salieron disparadas desde sus palmas como metrallas, acabando con todos de una sola jugada.
Entre chispas y cadáveres, el caballero de la muerte camino hasta la maquina central, apuñaló la pantalla con una daga particularmente dorada, la torció y toda la ciudad quedo incomunicada.
—Nuestra parte esta hecha, buu yeah.— Comunico y mi elixir me llevo hasta el sur, donde dos hermosas damas celestiales se arreglaban el maquillaje y repintaban sus labios al ver su reflejo en una pared completamente de oro.
—Equipo dos, Procedan.— Ordene, Ellas se miraron entre si y asistieron, momentos después un destello me hizo perder la visión del hechizo seguido de una fuerte explosión que sacudió la tierra.
—Espiar a las chicas mientras se arreglan es de muy mal habito ¿lo sabias jefesito?— Hablo una de las ángeles.
—Ay por favor, ni siquiera estaban sin ropa.— Me queje haciendo una mueca.
—No importa, igual es un pervertido.— Me acuso la voz de Celendis.
—Bla joder, tercer grupo reporten novedades.— Fui directo al grano cuando me percate que había mas movimiento en la ciudad.
—Bueno pues, las cosas se pusieron un poco mas interesantes señor.— Dijo Viper, y cuando mi elixir me llevo hasta su mente, vi un montón de soldados saliendo y entrando en las distintivas casetas verdes.
—Y mas jodidas.— Añadió Falcon.
Cuando vi a través de el, distinguí varias unidades de apoyo como helicópteros, troppers, segadores, bestias y algunos hechiceros.
—¿Pueden con ello?—
—Si señor...— Respondió Viper y empezó invocar elementales y criaturas a través de su magia. Los otros dos saltaron por la borda del gran puente, dirigiéndose al enfrentamiento con los refuerzos de Mohevius.
Una risa leve se pinto en mis labios al saber lo que se avecinaba.
<<Presa asegurada>>
Las nubes grises que cubrían el cielo comenzaron a oscurecer, un extraño ventarrón lleno el ambiente de tensión y tras la caída de un bullicioso relámpago, apareció... el invoquer mas poderoso del reino.
Editado: 15.12.2021