Tierra de villanos

Danza del fénix

Capital de Andromeda - Leguion Kronos

Devuelta en casa, di una caminata mucho mas larga por los alrededores del club donde trabajo, vivo y muero atormentada por el negocio familiar. 

Esperaba que mi encuentro con Zeta dure un poco mas, por lo menos unos mil años me hubieran hecho sentir satisfecha.

Las calles rebosantes de luz artificial empezaban a deshacer el encanto del atardecer, mientras mis tacones resonaban en el pavimento mojado, oía el rugir de los motores en algunos coches que se acercaban.

—Joder —, maldije al saber lo que se venia.

Un coche deportivo paro al lado de la acera y la música que salia desde adentro fue bajando su volumen.

—¡Ey preciosa! ¿¡Quieres que te lleve!? — Dijo el tipo que conducía, el coche era para cuatro personas y los asientos del conductor y copiloto estaban ocupadas así que supuse que me quería para que los acompañara.

—No gracias, puedo caminar —Respondí volviendo a ver hacia el frente hasta que una voz  familiar hizo que me detenga en seco mientras ponía los ojos en blanco.

—No tienes opción, sube. — 

<<Mierda... ahí vamos de nuevo>>

Entre al coche echando humos, al acomodarme en el asiento vi al segundo hombre mas desagradable, estúpido y feo del mundo, Meyson Valentine, mi hermano mayor. 

Es un muchacho de complexión delgada, piel tan pálida como la de un muerto, nariz torcida y ojos cafés

Es un muchacho de complexión delgada, piel tan pálida como la de un muerto, nariz torcida y ojos cafés. 

—La jefa te estuvo buscando durante varios días ¿donde rayos estabas? — Empezó con su rol de manda mas.

 —Que te importa. —Conteste sin ganas, mirando hacia el techo.

—Cabrona, me importa por que tenia que ver con el club, si me entero que estabas con algunos de tus amiguitos... 

—¿¡Que!? —Interrumpí—¿lo vas a matar? —Conteste desafiante al mirarlo fijamente.

—Ah ti y al infeliz con el que follas a espaldas de tu esposo —, advirtió en un tono tan serio, que por poco y me rió en su cara.

—Mira, Meyson, no es por hacerte quedar mal delante de tus amigos pero, primero conviértete en hombre y luego recién empezare a tomarme en serio tus estúpidas amenazas ¿vale?

—Almenos te un poco de respeto hacia nuestro apellido... 

  —¡El que debería tener respeto hacia la familia eres tu! ¿que, piensas que no estoy enterada de tus escapadas, tus negocios sucios con el templo y las niñas que embarazaste? 

—Pero...

—¡BASTA! —Interrumpí, ya harta de oír sus estupideces, mediante mi magia una daga se manifestó en mi mano y lo puse cerca del cuello del conductor— Deten el coche —, ordene y el conductor obedeció.

 Me baje del coche, cerré la puerta con fuerza y comencé a caminar por un callejón que conocía de memoria, tras oír que el coche arrancaba.

Sentí como mis costillas se comprimían como la mano de un cadáver, una lagrima rebelde cayo por mis mejillas y lo limpie de inmediato antes de que arruine mi maquillaje.

 <<Animo Cryss, no es momento para ser débil>>

Aproveche lo poco que quedaba del camino para sacar un pequeño espejo de mi chaqueta y ver si mi apariencia no era la de una puta a la que habían violado hace poco y agradecí que mi cabello suelto no se había despeinado. 

—¡Ah donde crees que vas! 

Escuche la voz de una jovencita, seguido de unos golpes y algunos lloriqueos ridículos de un hombre. 

No pude evitar sonreír al ver como una de mis chicas: de baja estatura, complexión delgada, vestida con una minifalda, chaqueta de cuero, botas que le llegaban hasta las rodillas. Derribaba fácilmente a un tipo mucho mas grande.

—¡No! ¡señorita por favor disculpe! yo... yo... iba a...

—Tu, tu, ¡tu que! —Dijo la pelinegra mientras se sentaba en su espalda mientras tiraba del cabello rubio de aquel hombre, si se le puede llamar así.

—Iba sacar un poco de dinero para... pagarles, por favor se lo juro, no rompí ninguna de sus reglas —, lloriqueo el niño, por un momento sentí un poco de pena, ya que conocía al pobre diablo que la golpeadora había atrapado.

—¿Ah si? —La muchacha reviso el bolsillo de su pantalón sin levantarse y saco la billetera repleta de billetes, billetes que sentenciarían al pobre infeliz— ¿Y esto que es? —Se burlo como si estuviera disfrutando el momento.

Carraspee desde la oscuridad del callejón, llamando la atención de ambos.

Carraspee desde la oscuridad del callejón, llamando la atención de ambos

—Vaya, vaya, ¿pero que tenemos aquí? —Dije al asomarme hacia la acera.

—¡Cryss! linda, ¿Dónde estabas? que te extrañe mucho. —Saludo con emoción.

—Estefani, mi amor, estaba afuera cumpliendo algunos favores y tu ¿Qué haces? veo que te diviertes —Señale con la mirada hacia el juguete en el que estaba sentada, mientras me acercaba hasta estar delante de ellos. 

—¡Si! —Chillo mientras agarraba la cabellera del rubio— ¿Dónde están tus modales?, ¡saluda!

  —Buenos días, señorita Cryss.

—¿Buenos días? —Pregunte divertida.

—Me saliste muy  menso... —Musito Estefani— ¡Ya es de noche!, ¿ves? Y luego una por que te golpea.

—Pe... perdón... era buenas noches Cryss —Cubrí mi rostro mientras intentaba no reír.



#14348 en Fantasía
#19527 en Otros
#3148 en Acción

En el texto hay: mitologia, romace, acion

Editado: 15.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.