Tierra Oscura

CAPÍTULO 23. “EL BAILE DE DOS SE CONVIRTIÓ EN EL TANGO DE UNO”

Esta vez Neil si le mantuvo la mirada a su padre, un acto sorpresivo porque en primer lugar nunca hubiera hecho algo para fastidiarlo y si en algún punto lo hubiera pasado nunca lo miraría más de lo estrictamente factible.

La amenaza abierta era de donde nacía ese valor, la advertencia no le intimidaba, sino que le enojaba. Ira que nació como un leve picotazo. Agachó la mirada a sus manos que se contrajeron en puños sobre sus piernas.    

-Eso creí.

Su padre confundió el gesto creyendo que había cedido. Sin embargo, Neil la alejó porque en cuestión de nada aquel sentimiento flameó con intensidad y eso lo desconcertó enormemente.

En un largo rato lo único que se escuchó fue el repiqueo de los cubiertos sobre el plato, la fricción del cuchillo al cortar la carne y el sonido del viento al azotar los ventanales.

"Con lo friolenta qué es, de seguro agarró todas las cobijas del armario", pensó y se alejó de la cena tan disparatada que tenía.

La imagen de Vanya volvió a mantenerlo sosegado, hasta que su padre sacó el tema, que sabía llegaría, a colación.

-Supe que te encontraste con Kara.

-Sí – respondió con sumo cuidado, ya había agitado muchos las aguas.

-Y supe lo que pasó – " por supuesto que te enteraste" –. Nunca habías reaccionado así, siempre... – se detuvo en media frase buscando el adjetivo perfecto para describirlo.

Eso no enojo a Neil, pero si lo lastimó porque lo siguiente que dijo fue algo que nació de su corazón, sin reproches, pero cargado de soledad.

-¿Me mantenía callado aunque fuera su objeto de burla?

-¿De qué hablas?

"Lo olvidé, cuando ellos me intimidaban tú no estabas cerca"

-Olvídalo, padre.

-¿Cómo puedo olvidarlo? No estás actuando como tú – eso sí prendió el fuego que creyó haber apagado.

-¿Cómo yo? – sarcasmo – ¿Y acaso sus otros hijos actúan como son realmente, frente a usted?

La expresión de su padre no cambió, lo miro en un desconcertante lapso que el aire pesado en los pulmones.

-No lo ves ¿verdad? – dijo finalmente con un brillo de decepción –. Peleas con tu hermana y ahora lo haces conmigo ¿que vendrá luego Neil? La dejé a tu cuidado porque eso te ayudaría con los líderes y ¿qué obtienes? Doblegarte a su naturaleza, cuándo debía ser, al contrario.

***

En medio del pasillo Neil se mantenía de pie frente a la puerta de Vanya. No sé atrevía a entrar, por lo menos no con los pensamientos tan ofuscados.

Cómo fin a su diatriba interna, suspiró y se alejó hasta su alcoba.

Se sentó en la cama perfectamente tendida con los codos sobre sus rodillas. El silencio asfixiante lo golpeó una vez más y cómo quién siente la necesidad de volver a sus vicios, regresó a la puerta, al abrirla se encontró con ella. Sus ojos estaban muy abiertos por la sorpresa.

-¿Qué haces? – preguntó primero él.

-Yo...– señaló las escaleras al final del pasillo –... iba por un vaso de agua – le sonrío torpemente mientras sutilmente rascaba su cuello.

Ese simple gesto hizo ruido en Neil y un único pensamiento se interpuso a cualquier otro.

"Está mintiéndote"

-¿Acabas de despertar?

-Sí – otra vez llevó la mano al cuello.

-No estás somnolienta.

-Por supuesto – rodó los ojos y rio un poco más alto de lo usual –, si no quiero rodar por la escalera, me toca estar muy despierta.

"No se acaba de despertar y por la posición de su cuerpo cuando abrí la puerta, parecía regresar a la alcoba."

-¿Cuánto tiempo?

-¿Eh?

-Me espiadas ¿cuánto tiempo?

-No lo hacía – con la inquisición resuelta dejó caer sus brazos a los costados.

-Entonces ¿qué hacías? – ella no respondió –. Eso creí.

-Entonces ¿yo hice algo malo? Porque quién lo dice es la persona que ha taladrado la puerta de mi alcoba con su mirada. Sí me tachas de espiarte, yo lo haré por acosarme.

Con su mente alterada Neil estaba dispuesto entrar en cualquier pelea, ella lo paró con un gesto de su mano.

-Detengámonos aquí, estás molesto y presiento que otra vez es por algo que escuchaste de mí – la rudeza de sus ojos marrones, se suavizaron en cierta decepción y añoranza a la vez –. Iré a mi alcoba y tú regresarás a la tuya. Si aún necesitas reclamarme algo por la mañana, hablaremos.

Le dio una última mirada triste, qué recorrido desde sus ojos, a su boca y de regreso, como si imprimiera una imagen de él antes de marcharse. En ese momento recordó la mañana de su primera pelea y como el oxígeno no era suficiente para mantenerlo sobre la Tierra.

"Se marchará y no la volverás a ver."

El resto pasó en cámara lenta: el parpadeo de ella con el que rompió contacto visual, el giro de su cuerpo para alejarse y su propia mano de teniéndola de no irse.

-¿Qué fue lo que me hiciste? – musitó solo para ellos dos y con el cuidado de quién teme romper algo frágil, la atrajo hacia sí. Con su mano libre le acarició la fría mejilla y finalmente cubrió sus labios con los de ella.

La electricidad que existía con un roce se convirtió en una chispa al contacto con sus labios, pero solo llegó a ser una fogata cuando ella respondió a las exigencias de su propio ser. Dulce y amargo vino era lo que se mezclaba entre alientos. Un beso casto que rugió en cada uno, mientras se aprisionaban en la piel de otro.

La mano Neil que se mantenía en la mejilla de ella, viajó a su nuca. La otra descendió por su columna hasta instalarse en su espalda baja. Y ahí donde la tela del suéter acababa y la del pantalón iniciaba, encontró su cálida piel.

Ella se estremeció en un gemido sordo y se separó para alcanzar aire. No duró mucho antes de que él la trajera de vuelta a su boca. Esta vez el roce tímido de sus lenguas estalló en un completo incendio a su alrededor. Perdía el equilibrio por lo que sus manos ascendieron hasta enredarse en el cabello de Neil. En algún punto la pared y él la encarcelaban por lo que la distancia que los separaba apenas si existía. El tacto de sus pechos creaba una única cadencia de latidos que componían una misma canción.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.