Tierra Y Sangre - Los cristales del portal oscuro

Capítulo 1: LICANTRIA

YAWAR PACHA

LOS CRISTALES DEL PORTAL OSCURO

20 años después

Libro segundo

1

LICANTRIA

Los licántropos, como se les decía, habían progresado mucho teniendo como ciudad a Licantria, que al igual que sus habitantes era prospera, aquella ciudad crecía considerablemente, teniendo muy bien establecida las reglas sociales, todos eran respetados y tratados por igual, sin ninguna diferencia porque eran hermanos y esta ciudad al igual que sus licántropos tenia paz, paz después de tanto maltrato y marginación; que padecieron hace y durante muchos años por sus propios otros hermanos que pertenecían al lado extremo, engendrados por el mismo padre, aquellos hermanos eran los vampiros, las leyendas de los primeros licántropos cuentan que de un ser oscuro fueron engendrados ambos seres, pero esa es una historia que prefieren ocultar de los demás para no poner en tela de juicio su actual estatus.

 El gran rey de esta tan prospera y maravillosa ciudad era nada menos que Licaón Aldariuz el mismo que colaboró con la misión, junto a otros guerreros, para desactivación de la FUENTE, este adoptó el apellido Aldariuz que era el nombre de su fallecido padre, en este sistema de licántropos solían adoptar como apellidos el nombre de sus padres, ya que su sistema y nueva sociedad aún era relativamente nueva.

El rey Licaón tubo un hijo ya hace diecisiete años, su esposa no soportó el parto y falleció, su nombre era Ariel, perteneciente de la noble raza de los aguillian, Lion era el nombre que tenia su antigua y enorme ciudad, ellos no participaron en los finales de la guerra contra los vampiros, ya que fueron una de las primeras ciudades atacadas por aquellas sanguinarias criaturas al estar cerca de Scránican, durante la guerra vampírica se encontraban en una situación caótica, de tal manera que los sobrevivientes se escondieron, para así salvar la existencia de su raza, después de muchas peripecias, lograron mantenerse a salvo hasta terminar la guerra y decidieron comenzar de nuevo recibiendo ayuda de los, hasta el momento indeseables licántropos, siendo allí donde Licaón como líder de los errantes licántropos conoció a Ariel de una noble casa de los aguillian, intercambiando conocimientos por protección. Los aguillian formaron y reconstruyeron su ciudad en otra ubicación celosamente escondida para los ojos de extraños, prefiriendo hacerse mas hermética hasta el punto de volverse secreta. Pero aun mantenían una también secreta relación y contacto con los licántropos, ya que no podrían prescindir de sus servicios si necesitaban protección en futuros conflictos.

Fruto del amor entre Licaón y Ariel nació su hijo del cual eligieron su nombre antes que muera su esposa, decidiéndose llamarlo Jageth en honor al abuelo de Ariel el cual fue un gran sabio. El rey viste luto ya desde la edad de su hijo. El mayor interés del rey Licaón es su hijo y su pueblo, notándose a primera vista que cumplía muy bien con sus propósitos, porque el pueblo licántropo estaba mucho mejor que antes. Desde que terminó la guerra y a medida que pasaba el tiempo, los licántropos y su reino se ganaron el respeto y la confianza de casi todas las cuidades de Resplandoria, brindando los servicios de herrería, actividad enseñada por los aguillian, también de guardaespaldas, guardias y cazadores para aniquilar criaturas peligrosas que ataquen ciudades. Siempre procuraban hacer trabajos impecables y su reputación creció como la espuma,  dejando a los mercenarios en un segundo plano, lo cual no les gustaba mucho, pero lo aceptaban ya que había trabajos sumamente peligrosos los cuales los licántropos aceptaban aun a costa de su propia vida.

Al parecer las guerras se habían acabado. Se dice que aun quedaron vampiros, pero de ellos poco o nada se sabe. Sin embargo Licaón se niega a créelo y esta totalmente seguro que Crión aún vive y planea algo desde las sombras, ya que en el encuentro que tuvieron en la misión para destruir la fuente, él huyó con el sujeto al que Gabriel llamó Luzbel y se llevaron la gema a la cual decían Fuente que estaba inactiva y aún quedaba la intriga que si tal vez algún día podían volver a activarla y a usarla, eso no se sabe, aunque Licaón está seguro de eso, él dice que lo siente en sus huesos y lo huele en el viento, ese hedor de la sangre de Crión que pudo saborear en su última pelea. Después de esos veinte años no dejaron ni rastro, por más que buscaron en el castillo del monstruo y sus alrededores, no encontraron ni una pista. Pero, aunque los vampiros quisieran atacar, con sus debilidades actuales, simplemente perderían, además delatarían su posición y los guerreros los cazarían de día para así acabar por completo con ese problema y extirpar para siempre esa raza de Resplandoria.

Ningún reino se preocupaba mucho, actualmente, por los vampiros. Poco a poco se les dejó de tomar importancia, no porque ya eran menos, sino simplemente por que dejaron de atacar, al parecer ahora eran ellos los que tenían miedo de ser aniquilados y por eso preferían esconderse, tal vez esperando el mejor momento. Pero si se atrevían a cometer tal insensatez, los reyes de todo Resplandoria no dudarían ni un segundo en mandar cazadores para que los aniquilen por completo y los monstruos sabían eso. Donde sea que se oculten, mejor sería que se queden donde están y sin duda ellos también lo preferían así.




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