Los rumores del ofrecimiento que había hecho Rey, casar a su hija, con aquel valiente caballero que le salvara la vida, se expandieron por cada rincón de la tierra, pero nadie había aparecido a ofrecer su vida por la Princesa, bueno casi nadie, porque de repente y de la nada aparece alguien, que ojos humanos jamás habían visto.
Era un Caballero indescriptible, el porte de su cuerpo parecía el de un Dios, que había bajado del cielo, cuando iba caminando hacia el palacio, era el centro de atención de todos lo ciudadanos que vivían en el monte Strong.
Este Caballero entra al palacio como el que estuviera dispuesto a todo, y se presenta delante del Rey, y dice: Un placer el estar delante de usted señor, quisiera quedarme a conversar con usted, pero vine a cosas más importantes, vengo a salvar a su hija, mi futura esposa, daría mi vida por ella.
El Rey con aquellas palabras, por primera vez desde el incidente de su hija, había recuperado la confianza y la deposito en ese Caballero apuesto, bien portado, valiente y decidido, que parecía mandado por los Dioses.
Desde ese entonces tome las riendas de esta historia, las otras cosas me la habían contado, como sucedieron. Sin perder más tiempo, salgo del castillo y emprendo mi maravilloso viaje hacia el monte maldito, hazaña nunca realizada entre los caballeros, según las supersticiones, iba en búsqueda de una flor mágica, sin importar si existía o no, mi deber y deseo era entregársela antes del último eclipse del mes y para eso solo faltaban seis día. CONTINUARA.
Editado: 06.06.2020