Cómo te atreves a irrumpir en mis valles,
en mis limites lejanos, como amazona,
como animal cimarrón que se asoma
recorriendo asustada todas mis calles.
Cómo vienes con agujeros borrados, sin baches
con lianas bravías y trepadoras sin abrazos,
que poco a poco acurrucan en nada,
llenando de ti mis pensamientos culposos.
Cómo vienes con tus sueños podridos,
a darme migajas de un infame te quiero,
a inundarme de esperanzas vacías y sueños insulsos,
como tocar el orto del cielo de un infierno profundo.
¿A qué vienes como sombra… a escondida?
Como fugitiva en busca de libertad,
a mis calles, buscando un respiro
o revivir un recuerdo que tú misma ha quebrado.
¿A qué vienes como luciérnaga en la noche?
¡A provocarme el vicio, que no satisface tu cuerpo!
A recordarme que estás ahí aunque resulte prohibida
o simplemente, hacer que aún no te olvide.
¿A qué vienes? ¡A que te recuerde!
a resurgir del polvo de extintas cenizas,
a que te recuerde como la más perversa
o la más desgraciada egoísta, que ha tocado mi puerta.