Capítulo 42- La cascada

Los árboles bailaban al compás del viento mientras los pájaros silvaban una dulce melodía, sin una sola nube a la vista el sol brillo en lo alto esplendoroso elevando el calor de la tierra, Noah y Nehuem se metieron entre los enormes arbustos, admirando la diversidad algunos contaban con poderosas espinas que producían un profundo dolor al ser rosadas mientras que otros poseían hojas oscuras pero con dulces frutos era complicado cruzar entre ellos pero el reto valía la pena.

-Dime de nuevo ¿Por qué hacemos esto?-Noah se rió echando un vistazo a ambos lados.

-Éste es el bosque más cercano a La Gruta y no es por presumirlo, pero tiene una gran variedad de animales, algunos son muy hermosos, otros sirven de alimento pero los más importante son los osos y algunos Lobos.

-¿Lobos? ¿de verdad?-El muchacho observó su rostro asustado.

-¿No me digas que le temes a unos simples "cachorritos"? Cala se sentirá muy decepcionada.

-No les tengo miedo, sólo quería saber lo que buscábamos.

-Tranquilo, los lobos emigran en estos tiempos pero tal vez encontremos un oso, podrías impresionar a Horiamy.

-No parece ser de las que se impresionan con facilidad.

-Tienes razón, no lo es...Pero podrías intentarlo. Ambos treparon por el monte cuando una repentina curiosidad invadió a Nehuem.

-¿Es una buena idea estar aquí? ¿Qué tal si un mortal nos ve?

-Descuida es una zona esbesta los humanos no rondan mucho por aquí, menos con la posibilidad de encontrar una feroz criatura aquí. 

-De acuerdo. Los dos oyeron un leve murmullo cercano haciendo crujir las hojas. Noah obligó a su amigo a silenciarse y seguirlo trepando por un poderoso muro de piedras natural.

La gruesa catarata caía cristalina hacia el pequeño oasis escondido entre los árboles y hierba espesa rodeados de diferentes inclinaciones naturales destacado toda su belleza. 

Nehuem y Noah apenas asomaron una parte de sus ojos viéndo el paisaje del lugar llevándose una gran sorpresa a diferencia de lo que pensaban no se trataba de ninguna criatura salvaje, bajo la cascada la pequeña melena rubia se mecia con suavidad dejándose llevar por la corriente igual a un bella Oda del viento. Ambos quedaron concentrados deslizando su atención a los demás rincones, Noah sintió su corazón estrujarse, viéndo la larga cabellera negra emerger de las profundidades pegándose a sus delicadas curvas , sus brazos se estiraron como los tallos de una flor al sol frágiles y hermosos dibujando una línea casi perfecta hasta la redondeada forma de su pecho, era realmente un espejismo divino.

Nehuem tragó saliva al reconocer la última figura que regalaba aquel Oasis, era pequeña y con la piel de diamante más hermosa que hubiera visto siendo aún mas fácil el reconocimiento, era Horiamy.

La joven apartó las tiras de su vestido haciéndolo rodar hasta el piso, dejando ver toda su gracia femenina, desde el fino camino que recorria su espalda hasta sus diminutas cintura, bajando por el curvilineo corazón invertido que una vez Nehuem se había tentado en marcar y el cual hoy le brindaba un ataque en el pecho imposible de parar, hasta terminar en sus delicadas piernas.

Noah sintió desfallecer al ver que la hermosa mujer en la que puso su mirada no era otra que Cala. Pudo ver a la corta distancia el color gris de sus ojos enormes clavados sobre él.

-¿Noah?- Recordando su estado Cala dio un gritó de horror sambullendose en las agua tan profundo como podía.

Liria se asomó viendo sus rostros inmóviles hacia dónde estaban las tres, gritando de vergüenza. Horiamy volteó notando lo mismo que ella regresando con rapidez a la orilla.

Nehuem y Noah intentaron esconderse pero ya era demasiado tarde, ambos habían sido pillados por las jóvenes.

-¡Demonios!- mastico nervioso Nehuem, ahora quedaría como un pervertido frente a los ojos de Horiamy.

-¿Demonios? Hades, Cronos, Tanatos ninguno va a ser tan sangriento como la que saldrá del agua, exigiendo mi cabeza.

-¿De qué hablas? ¡Tú hermana creerá ahora que soy un degenerado! Ya me llegó Caronte. Los dos respiraron profundo esperando el infierno ser liberado sobre ellos.

Horiamy se vistió y corrió detrás de las piedras viendo a ambos con la vista en el cielo, rezando, apesar del disgusto no podía opacar la gracia de aquellos dos pidiendo al cielo por sus vidas.

-¿Se puede saber que están haciendo los dos aquí?-Nehuem agachó la cabeza sintiendo un infinito rubor rojo colarse con sólo oírla.

-Lo sentimos, es que Tenacio fue a La Gruta, no queríamos estar con él, apesar de ser prometido de Coraly es molesto ¿no lo crees? Para mí sí, así que con Noah nos propusimos irnos, ya que no estaban y no nos necesitarían ¡En fín! Llegamos aquí planeando cazar algún Oso o lobo aunque no es temporada de Lobos, yo no lo sabía ¿Qué gracioso no? Pero bueno, escuchamos un ruido creímos que tal vez se trataba de un oso, nunca creímos tener la casualidad de encontrarlas aquí. Nehuem terminó de hablar quedando agitado había dicho palabra tras palabra con miedo hacer asesinado en el proceso de explicar.

-Levanta la cabeza. Timidamente obedeció su pedido sin opacas un milímetro la vergüenza que sentía. Cruzada de brazos Horiamy curvo las cejas preguntándole:

-¿Es verdad lo que dices? Veme a la cara Nehuem. 

-Sí, fue un accidente, si hubiéramos sabido que estaban ustedes no habríamos acercándonos...¿Qué clase de tipos seríamos sino? -Antes de poder hablar Cala saltó entre los arbustos con el vestido atado al cuello, su cabello aún estaba húmedo salpicando para ambos lados cuando posó la mirada furiosa sobre los dos.

-¿TÚ? ¡¿QUÉ RAYOS ESTÁN HACIENDO LOS DOS AQUÍ?!-Noah se encogió de hombros señalando su arco.

-Sólo estábamos de cacería.

-¡¿Cacería?! ¡¿Hoy?! ¡¿Aquí?!- Él hecho un bufido alzando la atención al cielo, intentó no quedar atemorizado por su mirada bravia.

-¡Sí! ¡Fue un error! LO SIENTO, Juró que sólo vi tú espalda. Cala chillo molesta escondiendo la cara entre las manos.