Prefacio

Él tomó mi mano entre las suyas, su firmeza y suavidad hicieron que una corriente eléctrica subiera por todo mi cuerpo. Mi corazón saltó y yo intenté alejarme, pero su agarre era firme y no iba a permitir que yo terminará arruinando lo que iba a salvarnos a mis hermanos y a mí.

Él deslizó el anillo por mi dedo anular y sentí como instantáneamente mi mano pesaba, esa pequeña pero ostentosa joya me hacia dudar. No sabía si estaba cometiendo un error, pero ya era demasiado tarde para echarme atrás, dos pequeñas e inocentes vidas dependían de mí y del hombre que tenía frente a mí.

—Audrey Nicole Henderson, ¿aceptas por esposo a...

La voz del juez me trajo de nuevo a la realidad, tenía que hacer eso, porque mis opciones eran limitadas y si no contestaban en ese momento terminaría perdiendo a mis hermanos.

—Sí—pronuncié suavemente. 

El juez le hizo la misma pregunta a él y su voz no titubeó mientras contestaba, fue firme y aterciopelada.

—Sí.

Ladeé mi cabeza para verlo, su expresión era neutra, no había ninguna emoción en su rostro, su seriedad me erizó los bellos de la piel. No sabía como seria mi vida después de ese día, sólo que tendría que vivirla lo mejor que pudiera, daría mi mayor esfuerzo para no caer o arrepentirme. Hacía eso por mis hermanos, tenía que recordarlo constantemente para mantenerme fuerte.

—Por el poder que la ley me otorga, los declaro marido y mujer.

El juez pronunció las palabras que me declaraban oficialmente la esposa de Theodore Anderson Christakis.