MIN HO
Un suspiro abandona mi garganta, tomar un vuelo de varias horas es cansado y mi cuerpo lo resiente, pero ser el CEO de una gran editorial me encanta, ser el hombre que dejo su país para hacer que la empresa que construyó y comenzó como algo pequeño haya dado grandes frutos,
pero lo que más me gusta es volar.
Cada vez que subo a un avión, pienso en todas las maneras trágicas en qué tal vez podría morir aunque después de pensar en eso, el que podía haber sido un buen y placentero viaje por los cielos, en el que podía haber recuperado horas de sueño que casi no duermo solo en un año y medio mas podré decirle a mis padres ‹‹Lo eh logrado››. Y ver sus rostros orgullosos de ese hijo que criaron durante años.
Mientras espero que mi equipaje aparezca por la banda de equipajes, no paro de pensar en que por más que quieran mis padres que regrese con ellos y siga siendo CEO de la editorial en Corea, yo ya tengo planes para mi y este nuevo futuro. Detengo mis pensamientos al ver mi gran maleta frente a mi. Tengo que dejar de empacar tantas cosas o un día me terminaré quebrando la espalda. Empiezo a buscar mi celular por los bolsillos del pantalón y me detengo abruptamente al recordar que lo dejé en el avión ¡Demonios! Suspiro cansado y camino de regreso a buscar a alguien que pueda resolver mi problema, y sucede lo que pensé, el celular ha desaparecido, que perfecta manera de empezar un nuevo caminó.