Félix no es muy disimulado con sus miradas momentáneas.
Por mi parte yo solo puedo disfrutar ver su nerviosismo a flote, sus mejillas se enrojecen cada vez que le sonrió y eso hace que desatienda todo para estar volteando a mirarme cada que piensa que estoy distraído.
A pesar de ser “amigos” por ya un tiempo, si es que se le puede decir así, sigo siendo una persona que no demuestro mucho lo que siento o pienso, no es por él, en este caso es por mí.
No quiero arrastrarlo a mi mundo, mis problemas, mis peleas y dañarlo como hago con todo lo que está a mi alrededor.
Prefiero retraerme y ver lo feliz que es mientras no estoy cerca. Verlo dibujar, pintar con todos los colores que lo caracterizan a pesar de que lo hace horrible.
Pero lo que más amo de él y apuesto a que él también es su cabello, es donde más disfruta usar colores. Cambiar cada dos meses su peinado y su color de cabello le divierte por ende a mí también. Su cabello ahora es de un color verde esmeralda, lo sé porque él me lo dijo y es el mejor color que ha podido usar, sus ojos miel combinan perfectamente con ese tono, no puede ser más atractivo.
Pero yo no puedo decir esas cosas, menos de un hombre, eso está mal.